Mostaza: Pequeña semilla con grandes beneficios para la salud

Por: Equipo GS

La mostaza es una semilla originaria de Oriente que pertenece a la familia de las crucíferas. Es conocida y utilizada desde tiempos remotos, pues ya estaba presente en la mesa de antiguos egipcios y griegos. Se menciona con frecuencia tanto en la Biblia como en la literatura griega y romana.

Existen subtipos de mostaza, aunque casi todos provienen de tres variedades: la mostaza negra, la blanca y la parda.

Vitaminas en sus semillas

Las semillas de mostaza son una excelente fuente de vitaminas del complejo B, como vitamina B9 (ácido fólico), B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico) y B6 (piridoxina). Todas estas vitaminas sirven fundamentalmente para que el cuerpo pueda asimilar las enzimas, y regular el metabolismo y las funciones del sistema nervioso. La mostaza ofrece especialmente una buena cantidad de niacina, vitamina que ayuda a regular el colesterol y los triglicéridos. Asimismo, contiene una buena proporción de vitamina E (100 g de semillas de mostaza contienen casi 20 mg de vitamina E, lo que representa más del 100% de la dosis diaria recomendada). Esta vitamina es un antioxidante soluble en grasa, indispensable para la salud de las membranas mucosas y celulares, y para proteger la piel de los radicales libres.

Excelente fuente de selenio y magnesio

El selenio ayuda a reducir la intensidad de las crisis asmáticas, disminuye los síntomas de la artritis reumatoidea y podría prevenir el cáncer. El magnesio disminuye la hipertensión, restituye los patrones normales de sueño –principalmente en las mujeres durante la menopausia–, combate los ataques de migraña y evita infartos en personas que sufren de arteriosclerosis.

La mostaza, más allá de ser un rico condimento, es una aliada para nuestra salud y belleza. Por ejemplo:

  • Ayuda a adelgazar: Al ser altas en vitaminas del complejo B, estas maravillosas semillas pueden ser muy buenas para acelerar el metabolismo.
  • Retrasa el envejecimiento: La mostaza es una buena fuente de caroteno, zeaxantina y luteína, y vitaminas A, C y K. Todos estos compuestos hacen que sea muy rica en antioxidantes que retrasan el proceso de envejecimiento.
  • Protege contra el cáncer gastrointestinal: Las semillas de mostaza están llenas de fitonutrientes, lo que las hace estupendas para prevenir y retrasar el progreso de cánceres en el tracto gastrointestinal. Según estudios, estas semillas pueden restringir el crecimiento de células cancerígenas ya presentes y prevenir la formación de nuevos cánceres.
  • Alivia dolores reumáticos, artríticos y musculares: El contenido de selenio y de magnesio de la mostaza le otorga propiedades antiinflamatorias y productoras de calor. Cuando se aplica en forma externa como pasta, la mostaza calienta la zona y ayuda a relajar los músculos, aliviando el dolor.
  • Estimula el crecimiento del cabello: Esto, por su alto contenido de betacaroteno. Durante la metabolización, el betacaroteno se convierte en vitamina A, que es excelente para el crecimiento del cabello. Además, también contiene hierro, ácidos grasos, calcio y magnesio, todos estimuladores del crecimiento capilar.
  • Ayuda a reducir el estreñimiento y aliviar los síntomas de hemorroides y fisuras: Además de mucha fibra, sus semillas contienen una sustancia llamada mucílago que es gruesa y viscosa, y es clave para evitar el estreñimiento. (Consumir una cucharadita de semillas de mostaza dos o tres veces al día para aliviar el estreñimiento). También, las semillas son conocidas por aumentar la producción de saliva, lo que facilita una mejor digestión.
  • Lucha contra infecciones a la piel: Al contener sulfuro, las semillas de mostaza son buenas para frenar las infecciones cutáneas. El sulfuro le da a la semilla propiedades fungicidas y antibacteriales que ayudan a luchar contra las enfermedades más comunes de la piel.
  • Mejora nuestro sistema inmune: La mostaza ayuda a mejorar la capacidad del cuerpo de luchar contra las enfermedades porque tiene una gran cantidad de minerales elementales como hierro, manganeso, cobre, etc.

Terapias naturales a base de harina de mostaza

La harina de mostaza se obtiene simplemente moliendo las semillas de mostaza. Se debe conservar en un recipiente oscuro y hermético, en lugar fresco, y utilizar dentro de 2 a 3 semanas luego de ser preparada, ya que luego sus propiedades curativas se reducen considerablemente. Para consumirla siempre ha de ser disuelta en leche o vinagre de sidra de manzana con agua.

Para preparar una cataplasma de mostaza, mezcla 100 g de harina de mostaza con agua tibia (a una temperatura de 25-30°) hasta formar una pasta suave que pondremos entre dos paños. Para niños, utiliza 50 g de harina de mostaza y 50 g de harina de lino (semillas de linaza molidas).

Para tratar el asma, la bronquitis y la neumonía, aplica durante 20 minutos una cataplasma con harina de mostaza negra sobre el pecho. Luego de retirar, cubre el área con un paño o material tibio.

Contraindicaciones

Las semillas de mostaza no representan ningún riesgo para la salud siempre y cuando se consuman con moderación. Exceder su consumo puede ocasionar efectos no deseados como diarrea, irritación de la garganta y, en algunos casos, desarrollo de ampollas en la piel, específicamente por el consumo excesivo de mostaza negra. Asegúrate de consultar con tu orientador naturópata antes de usarla en forma terapéutica.

Fuentes:

ocw.upm.es/botanica/plantas-de-interes-agroalimentario/contenidos/especias_y_condimentos.pdf

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