Por Paola Ramírez, Nt. en Medicina Biológica Ortomolecular /Diplomada en Homotoxicología y GNM
Se llama bursa a una pequeña bolsa o cavidad membranosa, que a su vez, contiene otra bolsa llamada capa capilar, que está llena de un fluido viscoso llamado líquido sinovial(o sinovia es un fluido viscoso y transparente que se encuentra en las articulaciones. Tiene la consistencia de la clara de huevo. Su composición es la de un ultra filtrado del plasma, con la misma composición iónica). Se ubica entre los tejidos blandos y los huesos, como una almohada. Las bursas existen en diferentes zonas de fricción (articulaciones), entre los diferentes huesos. Su función es asumir las fricciones del cuerpo, de modo que huesos, músculos, tendones y los demás tejidos consigan una movilidad libre y segura.
¿Qué es la bursitis?
Es un aumento de la producción de líquido sinovial. Causa inflamación, lo que no permite la movilidad. Genera dolor y molestias.Se puede originar por causa de excesivas fricciones o traumatismos directos (golpes). También se puede activar por una simple acción mecánica. Por ejemplo, por arrodillarse o apoyar los codos sobre una superficie durante tiempos prolongados.Además, puede ser estimulada o agravada por la intoxicación de tejidos, debido a la acumulación de toxinas o residuos metabólicos en tejidos blandos y articulaciones (ej. microcristales y ácido úrico). Llevar una vida poco saludable en cuanto a alimentación, pero activa en movimiento, es algo a lo que las bursas reaccionan con mucha facilidad, como si estuviesen realmente recibiendo un golpe. Es como si la articulación protestara y dijera “no quiero que me fricciones más, necesito descansar”.Las bursitis son muy incómodas y dolorosas. A diferencia de otras inflamaciones, no suelen ser calientes. Los hombros, codos, rodillas y caderas son los lugares más expuestos a padecer bursitis.
¿Qué hacer si tiene bursitis?
Muy por el contrario de músculos y tendones, las bursas no necesitan movimiento. Para ellas el descanso es lo mejor.
El masoterapeuta Carlos Pérez Bravo, en su experiencia tratando bursitis, ha tenido éxito con la crioterapia, que consiste en la aplicación de frío de forma directa en la bursa inflamada, entre 15 y 30 minutos, como norma general. Luego hay que alternar con masaje suave por el contorno de la bursa, de forma distal a proximal (de afuera hacia adentro), llegando máximo a dos centímetros del inicio de la inflamación. De esta manera, se activará el sistema linfático, que logrará la reducción del exceso de líquido sinovial y la desinflamación de la zona afectada. Jamás se debe hacer masaje sobre la zona afectada. Esto sólo producirá irritación de la misma y mayor inflamación.
“No es recomendable aplicar el frío por un tiempo mayor a 30 minutos, ya que aumentaría la probabilidad de que se produzca un efecto rebote. El organismo, al notar que el cuerpo se ha enfriado demasiado, nutrirá de sangre para temperar la zona, dejando los beneficios de la crioterapia en cero”.
Carlos Pérez Bravo, Masoterapéuta profesional
Desintoxicar el organismo es un factor muy relevante. Esto contribuirá a suprimir los niveles de inflamación.
Eliminar embutidos, sal de mesa, refinados y excesos de azúcar disminuye notoriamente la inflamación. Integre para esto al menos tres zumos de clorofila con jengibre al día. Bébalos frescos, inmediatamente después de preparados. Tome abundante agua. Coma frutas y vegetales ricos en agua durante todo el día.
Zumo de clorofila, aloe vera y jengibre
Coloque en una licuadora media manzana pequeña picada. Agréguele una taza de espinaca, dos cucharadas de gel de aloe vera natural, un trocito de jengibre del tamaño de una almendra y 150 ml de agua. Licúe y sirva completo en ayunas.
Suplemente omega 3 de sardinas en dosis de dos cápsulas de 1000 mg, tres veces al día como mínimo. Si el dolor es mucho, aumente las dosis.
¿Cómo prevenir la bursitis?
La mejor forma de prevenir la bursitis es prestando atención a nuestras actividades cotidianas.
1. Haga pausas y estiramientos frecuentes al realizar tareas que sean repetitivas.
2. No sobrecargue ni haga presión en zonas como rodillas, codos, caderas y hombros.
3. Evite la fricción contínua de las zonas más vulnerables.
4. Fortalezca su musculatura.
5. Cuide su alimentación y trate de llevar una vida saludable.
Fuentes:
-www.niams.nih.gov/portal_en_
-www.youtube.com/watch?v=
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