Por Matías Jeffery
Investigador de El Guardián de la Salud, Australia
Ante el diagnóstico de hipertensión, ¿qué es lo primero que te piden? DEJA LA SAL. Esto resulta extraño, ya que desde finales de los años 50, muchos estudios han demostrado que en las sociedades industrializadas no es el aumento de sal el factor significativo en la alta presión sanguínea, sino la disminución en el consumo de potasio.
El sodio y el potasio son dos de los minerales más esenciales de nuestro cuerpo. El potasio es abundante en el interior de nuestras células, mientras que el sodio se encuentra en el exterior de éstas, en el fluido extra celular. Ambos son electrolitos que, entre otras cosas, conducen el flujo bio-eléctrico por todo nuestro cuerpo, ayudando a mantener el voltaje a través de la membrana celular. Los nervios dependen de este voltaje para producir una corriente que pueda pasar de las fibras nerviosas a nuestros músculos.
La insuficiencia de potasio promueve la acumulación de líquidos
Bajo condiciones normales, el potasio permanece dentro de las paredes de las células y el sodio afuera. Cuando hay una deficiencia de potasio, sin embargo, el sodio reemplaza al potasio entrando a las células, llevando con él grandes cantidades de agua. El resultado es una hinchazón de las células. A menudo se culpa de esta retención de líquido (edema) a un exceso de sal, cuando de hecho, la causa es una insuficiencia de potasio. Dicha retención da la apariencia de sobrepeso.
La medicina moderna lucha contra los edemas al tratar los síntomas de la enfermedad. En este caso se expulsa el exceso de líquido y sodio usando fármacos diuréticos. Desafortunadamente, estos fármacos también son muy efectivos en la eliminación de muchos nutrientes necesarios, tales como el potasio. El sodio removido será rápidamente reemplazado, gracias a nuestra dieta moderna. La deficiencia de potasio, sin embargo, es sólo exacerbada, una vez más gracias a nuestra dieta moderna. Por lo tanto, mientras los diuréticos resuelven el síntoma principal en corto tiempo, contribuyen, en realidad, a acentuar la causa del edema, que es una deficiencia crónica de potasio, pudiendo conducir a muchas complicaciones de salud.
Dieta moderna
Debido a que el potasio se encuentra en la mayoría de los alimentos naturales (no refinados), resulta difícil darse cuenta, a nivel superficial, que existe un problema de deficiencia de este mineral. Pero es así porque el estilo de vida moderno ha reducido increíblemente la cantidad de frutas, verduras y granos integrales que comemos.
Usualmente, cuando sí comemos verduras, el potasio contenido en éstas es literalmente desperdiciado cuando desechamos el agua usada para hervirlas. El pan integral que venden en todas partes es, a menudo, un menjunje de harina blanca, una penosa cantidad de harina integral y mucho colorante caramelo. Y las frutas, como bocadillo, ya perdieron la popularidad contra las galletitas, los dulces, los pasteles y los confites.
En resumen, hemos reemplazado muchas fuentes de alimentos crudos por alimentos refinados o preservados. Frecuentemente estos tipos de alimentos son abundantes en sodio, pero deficientes en cada nutriente, incluyendo potasio.
El potasio es la clave
Debido a lo anterior, tenemos una deficiencia de potasio y un exceso de sodio. Sin embargo, la clave es el potasio. Puedes dejar de comer toda la sal que quieras, pero si no restauras tus niveles de potasio, tus músculos, venas y órganos se verán afectados. Por lo tanto, debes aumentar la ingesta de potasio al comer más alimentos NO refinados: frutas crudas, verduras crudas o cocidas al vapor y granos integrales.
La reducción de la sal también es necesaria, ya que consumimos demasiado de ésta. De hecho, la sal es tan frecuente en nuestra dieta que si dejáramos de cocinar con ella y agregáramos sal sólo para saborizar, esto reduciría nuestra ingesta de sodio en sólo un 12%. El 88% restante proviene de condimentos o preservantes en los alimentos refinados y procesados.
Cuando existe una deficiencia de potasio, el exceso de sodio exacerba el problema. El sodio filtra el potasio desde las células para que luego se pierda en la orina. Alcohol, cafeína, cigarrillos y muchas drogas de uso recurrente también filtran el potasio, agravando el problema.
Tratamientos
Los estudios han demostrado que las dietas altas en potasio son tanto protectoras como efectivas en el tratamiento de los problemas de presión sanguínea y otras enfermedades relacionadas. Sin embargo, las deficiencias minerales no pueden ser patentadas ni vendidas, así como tampoco resultan de interés para los accionistas de las farmacéuticas. De hecho, este tipo de información representa un peligro para la existencia de muchos medicamentos orientados al tratamiento (ojalá eterno) de los síntomas de la hipertensión.
¿Qué pasaría si la ingesta de potasio del ciudadano promedio aumentara a niveles importantes? ¿Qué pasaría si las sociedades industrializadas comenzaran a consumir más alimentos sin refinar; más fruta, más verduras, más granos integrales y reemplazáramos la sal de mesa por sal de mar que tiene muchos minerales necesarios para una buena salud? Comenzaríamos a disfrutar de una vida mejor y necesitaríamos menos medicamentos farmacéuticos.
Consume potasio para controlar tu hipertensión
La dieta de los indios Yanomami (originarios de Brasil), libres de hipertensión, consiste en cuatro partes de potasio por una de sodio. Un Yanomami adulto tiene una presión sanguínea promedio de 95/60 mm Hg (mercurio por milímetro) que no aumenta con la edad. Esta presión estaría catalogada como relativamente baja para los índices que se consideran normales, es decir 120/80 mm Hg. Sin embargo, estos indios son perfectamente saludables.
Una persona promedio en nuestra sociedad consume más de 10.000 mg de sal por día, o doble de lo que se considera saludable, y si desea suplementar su dieta con potasio, lo más probable es que encuentre uno que sólo le aporte 100 mg de potasio al día. En ese caso, es mejor que coma un plátano, ya que éste contiene 422 mg de potasio. Cada persona debería comer al menos tres porciones de alimentos ricos en potasio al día. Estos incluyen:
Camote (1 taza, horneado) = 950 mg
Papaya (mediana) = 781 mg
Damascos secos (1/3 taza) = 610 mg
Papa horneada (mediana) = 610 mg
Porotos pinto o burro (1 taza) = 583 mg
Espinaca (1 taza, cruda o al vapor) = 574 mg
Jugo fresco de tomates (1 vaso) = 556 mg
Jugo fresco de naranjas (1 vaso) = 496 mg
Melón calameño (1 taza) = 473 mg
Plátano (1 mediano) = 422 mg
Higos (6 medianos) = 390 mg
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