Lorena Castillo
Paramédico, Orientadora en Nutrición y Terapéutica Natural
En la etapa inicial de la vida, entre el primer y el tercer mes, las guagüitas sufren un malestar muy común. Se trata de los cólicos, que les producen espasmos o contracciones dolorosas en el intestino, causándoles gran molestia e incomodidad.
El llanto es normal en los pequeños. Es su único modo de comunicación. Pero en bebés con cólicos, el llanto es muy persistente. Así, es probable que exista un problema de cólicos si el pequeño llora más de tres horas todos los días, durante tres semanas, pasando explosivamente desde estados de tranquilidad a sufrimiento, estirando y encogiendo piernas y brazos, con la cara y los ojos muy enrojecidos.
Aunque esta condición es bastante dolorosa para el bebé y para los padres, no es grave. Y además, no está asociada a otro tipo de complicaciones.
¿Qué causa un cólico?
El cólico puede ocurrir tanto en bebés alimentados con leche materna, como en pequeños alimentados con biberón. Para tranquilidad de las mamás, se estima que es un problema gastrointestinal causado por una inmadurez del sistema digestivo. También se puede originar por intolerancia a la lactosa, alergias y/o ansiedad de la madre durante la alimentación del bebé. Pero independiente de la causa subyacente, el cólico se asocia al dolor de estómago y a los gases intestinales; por esto, a menudo los bebés sienten mejoría después de haber emitido gases o de hacer evacuación intestinal.
Remedio anticólicos
Existen remedios caseros y recomendaciones naturales que puedes aplicar a tu bebé, para disminuir sus dolores.
- Prepara una infusión casera con hojas de menta o de apio. Dásela a beber. Esta infusión calmará sus dolores y relajará su estómago. Ahora, el sabor a menta o apio no debe ser demasiado fuerte, pues el estómago del pequeño es delicado. Con una pincelada de la planta, basta y sobra.
- Prepara una infusión de manzanilla, hinojo o estrella de anís (10 g en 150 cc de agua). Dale al niño una pequeña cucharadita de esta mezcla al menos tres veces por día.
Nota: Para preparar la infusión se ponen las hojitas de la planta en una taza. Se agrega agua recién hervida y se deja reposar tapado entre 5 y 10 minutos. Luego se cuela y se deja entibiar.
Correcta posición del bebé en la lactancia para prevenir los cólicos
Una mala técnica de alimentación en los primeros meses de vida del niño, suele ser causa recurrente de cólicos. Si le das pecho a tu bebé, tienes que asegurarte de que no trague aire mientras se alimenta. Para esto, la cabeza del pequeño debe estar al frente del pecho, no recostada o inclinada. Además, tienes que hacerlo eructar con frecuencia: cada 10 minutos en caso de lactancia materna y cada 30 o 60 ml en caso de alimentación por biberón.
Técnicas sencillas para calmar al bebé durante un episodio de cólico
- Reflexología
Es muy simple y la puedes hacer de forma cotidiana. Consiste en masajear la planta del pie del bebé, de forma circular, con tu dedo pulgar. Primero masajea el área del abdomen superior y luego el área inferior, según indica la imagen. Realiza cada rotación tres veces. Finaliza friccionando toda la superficie de la planta del pie, y culmina con un baño en agua tibia o aplica compresas tibias en el vientre.
- Masaje abdominal
La estimulación del proceso digestivo con un masaje muy cuidadoso ayuda a aliviar el dolor. La “terapia de masaje” estimula la secreción de melatonina y los ritmos de actividad y reposo abdominal. Se recomienda hacer las rotaciones con aceite tibio de almendras, de ricino o de coco. Este remedio es bueno si el vientre de tu bebé está hinchado por gases, porque ayuda a su expulsión y alivia los cólicos. Los movimientos se hacen suavemente con los dedos, en tres pasos, siguiendo el recorrido del colon, tal como muestra la imagen. Repite diez veces cada secuencia.
- Ejercicio de activación a través de movimiento y vibración
Extiende tu brazo con la palma hacia arriba. Coloca al bebé sobre tu brazo, boca abajo, con su cabeza en tu mano y sus piernas a cada lado de tu codo. Sostén al bebé con la otra mano y camine por la casa con el pequeño en esta posición. La vibración que se generará cuando camines lo calmará y relajará. Recuerda que para esto tú también debes estar calmada.
La vibración es un excelente aliado, por esto el movimiento de una cuna mecedora muchas veces también funciona.
Otra opción para tranquilizar a tu niño es la música suave y relajante. Además, los sonidos parecidos a los que tu bebé escuchaba dentro del vientre, o los ruidos de la naturaleza, como las cascadas por ejemplo, también emiten vibraciones tranquilizadoras.
Soluciones herbales para la madre
Puede ser útil para no traspasar malestares al bebé. Hierve 10 g de semillas de eneldo, 10 g de semillas de anís y 10 g de semillas de manzanilla en un litro de agua, durante diez minutos. Deja reposar tapado otros diez minutos y cuela. Bebe una taza de esta infusión, tres veces al día, en caso que tu recién nacido tenga cólicos y lo estés amamantando.
También es importante que detectes si eres alérgica a algún alimento. Para ello sugerimos que elimines durante tres semanas los principales sospechosos: huevos, frutos secos (principalmente maní y nueces), pan y harinas (gluten), leche y derivados (lactosa), pescados y mariscos. Luego, introdúcelos nuevamente a tu alimentación, de a uno por semana, siempre observando cómo se comporta tu bebé.
Preparados a base de soya
El Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría no recomienda el uso de fórmulas a base de proteínas de soya para el tratamiento de cólicos en forma rutinaria. El argumento en contra de este tipo de preparados es que no han demostrado beneficios claros en la prevención o la gestión del cólico. Además, los niños alérgicos a la leche de vaca son más propensos a desarrollar resistencia a la proteína de soya.
Prueba con probióticos
Estudios han demostrado que los bebés que padecen cólicos tienen una microflora intestinal diferente a la de otros pequeños. Los probióticos, en particular el lactobacillus, ayudan a reducir los síntomas de los cólicos en algunos bebés. Si amamantas, puedes consumirlos para traspasarlos a través de tu leche. El kéfir (yogur de pajaritos) es un buen probiótico, pero si prefieres puedes tomarlo en forma de suplemento.
Publicado originalmente en la Ed. 140, pág. 30 de El Guardián de la Salud
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