Iván Soto Canales
Iridólogo – Fitoterapeuta Ancestral
Se conoce como hiperlipidemia a un grupo de alteraciones del metabolismo de las grasas que se caracteriza por dar lugar a un aumento de una o varias fracciones lipídicas en la sangre.
Los dos tipos más importantes de grasas circulantes en la sangre son los triglicéridos y el colesterol, que pueden estar elevados juntos o por separado. En la mayoría de los casos, la elevación de las grasas en sangre no produce síntomas agudos, por lo que es necesario realizar un análisis de sangre para efectuar el diagnóstico. Sin embargo, cuando excepcionalmente las cifras de triglicéridos son muy elevadas, pueden producir episodios de dolor abdominal debido a pancreatitis, aumento del tamaño del hígado y bazo, y aparición de erupciones de grasa en la piel llamada xantomatosis eruptiva. Si el aumento de colesterol y/o triglicéridos es crónico, entonces constituye un factor de riesgo para el desarrollo de arteriosclerosis. Las hipercolesterolemias, especialmente, pueden dar lugar al desarrollo de insuficiencia coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio), accidentes vasculares cerebrales y trastornos de la circulación de las extremidades inferiores.
Tratamiento natural
Para prevenir y tratar esta patología, la medicina convencional recurre a unos fármacos llamados estatinas, que actúan bajando el colesterol y los triglicéridos.
La medicina natural, en cambio, es mucho más útil en estos casos, ya que se enfoca en realizar cambios en la alimentación que, además de bajar las grasas en sangre, contribuyen a mejorar la salud general del paciente. Se trata de una dieta de eliminación en la que se debe dejar de comer grasas saturadas; leche de vaca; trigo (u otros cereales con gluten); productos procesados con químicos como aditivos, colorantes, etc.; azúcares refinados, y otros. Además, se debe reducir al máximo la proteína animal procesada (como embutidos y vienesas) y sustituirla por proteína natural (en especial pescado) y de fuente vegetal (cereales, legumbres, frutos secos y semillas). Y se debe consumir, en abundancia, fibra y alimentos frescos de temporada (idealmente orgánicos).
Hierbas que ayudan a reducir las grasas en sangre:
- Diente de león: maravillosa planta para nuestro sistema digestivo que ayuda también a reducir el nivel de grasas en sangre. Se prepara como infusión de hojas frescas, agregando dos cucharadas de hojas picadas en 250 cc de agua hirviendo. Deje reposar 10 minutos tapado, cuele y beba.
- Alpiste: un remedio magnífico para controlar nuestro peso y reducir el colesterol. Consiga alpiste para consumo humano y hierva una cucharada en un vaso de agua durante 10 minutos. Beba sin colar, dos veces al día.
- Cardo mariano: beneficioso para el hígado y para regular los niveles de grasa, ya que favorece su eliminación, ayudándonos a mantener el correcto metabolismo de nuestro organismo.
- Cáscara de naranja: contiene unos flavonoides excelentes para combatir el colesterol (la cáscara dispone de más flavonoides que el propio jugo de naranja). Ralle la corteza de una naranja (sin la parte blanca) y obtenga una cucharada y media. Hiérvala en una taza de agua y añada una cucharadita del miel. Tome una infusión de cáscara de naranja (sin colar), dos veces al día.
- Fenogreco: reduce los niveles de triglicéridos de la sangre. Agregue una cucharada de fenogreco (15 g) a una taza y vierta agua hirviendo (250 ml). Deje enfriar un poco y agregue un poco de miel.
- Té verde, rojo y blanco: estas tres especies de té aportan muchos beneficios para la salud, sobre todo para bajar de peso y reducir el colesterol.
Se aconseja consumir entre 2 y 3 tazas al día. El té verde es el más potente de todos porque también ayuda a rejuvenecer los tejidos.
- Hercampuri: es un desintoxicante sanguíneo que ayuda a eliminar los lípidos de baja densidad de la sangre y reducir el colesterol LDL o “malo”.
Suplementos para tratar la hiperlipidemia
- Lecitina de soya: gran poder emulsionante que ayuda a desplazar el colesterol almacenado en las arterias. Tiene una acción de “disolución” de las grasas.
- Niacina o vitamina B3: disminuye los niveles de colesterol LDL (malo) y aumenta los de HDL (bueno).
- Omega 3: mejora el balance entre el colesterol bueno y malo. Reduce los niveles de colesterol total y triglicéridos, disminuyendo –como consecuencia– la agregación plaquetaria y la formación de ateromas. Es importante buscar uno de calidad idealmente de sardinas y ojalá con certificación libre de metales.
- L-arginina: útil para remover las placas de colesterol malo que se encuentran adheridas sobre las paredes de las arterias, y para mejorar la circulación sanguínea. También ayuda a acelerar el metabolismo lipídico, disminuyendo los niveles de colesterol y favoreciendo la vasodilatación arterial.
Fuentes
-www.ecured.cu
-https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/natural/875.html
-www.supernatural.cl
Encuentra este Artículo y más sobre Hígado Graso en la edición Nº163 de El Guardián de la Salud
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