Por Paola Ramírez / Nt. Medicina Biológico Ortomolecular
Cuando comienzan a producirse estas ulceraciones por presión, la alimentación también juega un rol de vital importancia.Una de las formas de ayudar a la piel es tratándola desde la “matriz” de sus células, consumiendo alimentos ricos en ácidos grasos esenciales como por ejemplo: aceite de oliva, pescados ricos en omega 3, nueces, almendras, huevo, mantequilla, palta etc.
La suplementación de Vitamina C en estos casos es necesaria sin duda para producir cemento intracelular (colágeno) y con esto fortalecer la epidermis, dándole mayor firmeza.
Al tener una óptima producción de colágeno habrá mayor cicatrización, y a la vez, evitaremos que la piel se “rompa” fácilmente.
Se debe beber mucha agua (idealmente filtrada), para evitar la deshidratación del sistema celular (recuerde que éste necesita del agua para poder funcionar de manera óptima).
Y si se puede, es bueno tomar a diario un zumo de zanahoria con manzana a la hora de la colación de la tarde, ya que será de gran apoyo.
En forma tópica, aplique diariamente el gel de una paleta de aloe vera, para proteger de infecciones y refrescar. Deje que el aloe se absorba y luego haga un suave masaje con aceite de oliva extra virgen, ¡nada más que eso! No ocupe cremas ni aceites con aromas o colorantes. Siempre para la piel lo natural es mejor.
Finalmente, cada vez que el tiempo lo permita, procure que quien padece de este problema tome bastante sol.
(Articulo publicado originalmente en la edición 120 pagina 29 de El Guardián de la Salud)