MCA Festival 2017: «Un festival que celebra todo nuestro ser»

Con reconocidos nombres nacionales y extranjeros, mayor número de expositores y un 20 por ciento más de visitantes, se desarrolló la cuarta versión de esta muestra, nuevamente en Estación Mapocho. A los siempre fieles Pedro Engel, Humberto Maturana, Patricia May, Gonzalo Pérez y Alfredo Sfeir, se sumaron este año por primera vez el psicólogo español Enric Corbera y los mediáticos Dr. Ricardo Soto, Dr. Rodolfo Neira y Cristián Contreras, alias Dr. File.

 

Por Antonio Muñoz B. / Periodista PUC

 

Entre el pasado viernes 8 y el domingo 10 de septiembre se desarrolló, en el Centro Cultural Estación Mapocho, el MCA Festival 2017, igual que los otros tres anteriores y siempre organizado por Exhibits, la  isma empresa responsable de ferias y
congresos que, desde hace cerca de 30 años, ha traído a nuestro país diversos personajes relevantes en el desarrollo
social. Por nombrar algunos: el ex vicepresidente norteamericano Al Gore con el calentamiento global; el bioquímico y neurocientífico Joe Dispenza, considerado un devoto de la Escuela Ramtha de la Iluminación y quien apareció en la película “What the bleep do we know?”; y al físico indio Amit Goswani, autor de varios libros donde explora las conexiones entre ciencia y espiritualidad.

Está cambiando el paradigma “Hace más de diez años, tú hablabas de lo que hoy se habló en el festival y te miraban raro, especialmente los médicos. Hay muchos reactivos, pero también hay muchos abiertos, porque se están dando cuenta de que ciertos paradigmas están cayendo, de que la medicina alópata no es lo único y de que las personas están buscando una mayor calidad de vida, asociada a la prevención en salud. Por otro lado, también han ido cambiando los conceptos de  eligión. Hoy día, sobre todo la gente joven, se habla de unidad, de una sola gran verdad que cada cual puede llamar de una forma distinta y que va más allá de los dogmas religiosos. Hay otro cambio en el campo de la alimentación, muy fuerte, vinculado con el desarrollo de huertos orgánicos, especialmente por parte de las generaciones más nuevas. También está cambiando
mucho el tema de la sustentabilidad del medio ambiente, con mayor conciencia sobre el reciclaje y el uso de combustibles
ecológicos en vez de fósiles, porque somos responsables de este planeta, lo que explicaría por ejemplo el aumento del uso de las bicicletas. Y, por otro lado, están cambiando también de una manera muy potente las relaciones organizacionales,
humanas, de padre-hijo, de matrimonio, de compañeros. Como producto de todo lo anterior, decidimos hacer un gran evento, dado que hemos definido nuestra misión como un puente entre la gente que anda buscando información de sabiduría y las personas que entregan información de sabiduría”, plantea el ingeniero comercial Edgardo Vogel, Director Ejecutivo de Exhibits.

Por eso nació Mente, Cuerpo y Alma (MCA) en 2012, que se repitió en 2013 y 2015, donde, además de facilitar esta  convergencia en un mismo recinto, se incentiva el diálogo entre la ciencia y el espíritu a través de un lenguaje comprensible, común, que no genere distanciamiento de los conferencistas con respecto al público. Y, por supuesto, teniendo de respaldo una capacidad de organización profesional basada en la experiencia, dejando como saldo un número siempre mayor de visitantes de una feria a otra. Como los casi 20 mil que se contabilizaron en la que recién concluyó. O las 170 empresas, organizaciones, instituciones, productores, PYMES (pequeñas y medianas empresas) y fundaciones instaladas principalmente en la nave central del centro de eventos. O los 140 conferencistas que repletaron las tradicionales salas de las Artes (Acario Cotapos y Camilo Mori), a las que se sumaron otras habilitadas especialmente para el mega evento, como Calidad de Vida, Armonía, Talleres, Talleres Verdes y Talleres de Alimentación Saludable.

“Nos hemos ido dando cuenta de que cada vez hay más interés, más necesidades, por parte de la gente que quiere vivir
más simple, con mayor bienestar. Por otro lado, cada vez están surgiendo más emprendedores orientados a desarrollar productos, servicios y tecnología para una vida más saludable”, sostiene el Director Ejecutivo de MCA Festival 2017.
Para él, es importante destacar la participación constante de algunos conferencistas en las cuatro ferias, como Pedro
Engel, Humberto Maturana, Patricia May, Gonzalo Pérez y Alfredo Sfeir.

También la del Dr. Ricardo Soto, quien estuvo en la del 2012, con un tema sobre el buen morir –el mismo que presentó este año– y en un contexto mediático por completo diferente. Uno de los debutantes fue el psicólogo español Enric Corbera,
autor de varios libros entre los que destacan “Visión cuántica del transgeneracional”, “El soñador de sueños”, “Lecciones
básicas en bioneuroemoción” y “Biodescodificación” y al que, según los organizadores de MCA Festival 2017, “persiguieron desde el principio”. Entre los nombres nacionales nuevos se destacaron los de Gastón Soublette y Cristián Warnken, responsables de “un diálogo muy bonito que va a quedar para la historia”, según Edgardo Vogel. Ellos, al igual que Corbera, se hicieron acreedores de los premios MCA Nacional y MCA Internacional, respectivamente, por tratarse de “personas que han hecho aportes al crecimiento y al desarrollo humano en el país y de la sociedad en general”.
Otros debutantes nacionales que concentraron el interés fueron Francisco Alcoholado, Fresia Castro, Alfredo Collovati, Cristián Contreras alias Dr. File, Lita Donoso, Adela Herrera, Ziley Mora, el Dr. Rodolfo Neira y María Eugenia Weinstein.
Variedad de expositores.

En cuanto a los stands, varios llamaron la atención en sus respectivos rubros. En orfebrería, AM Joyas por sus creaciones en ámbar certificado del mar Báltico y con propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Liwén Belleza Orgánica fue el epicentro para quienes buscaban productos cosméticos elaborados con plantas nativas y sin químicos. En alimentación, Positiv atrajo las miradas gracias a Alpisán, nombre de fantasía para comercializar el alpiste sin la sílica de la cáscara, ayudando al buen funcionamiento del páncreas y regulando, asimismo, el azúcar en la sangre, entre otras muchas propiedades. En cuanto a los líquidos, Budda Bebida de Hierbas sorprendió con sus exóticas combinaciones de sabores, como piña con hierba de trigo.
Siempre en la línea de lo saludable, Brota fue otra apuesta exitosa, gracias a los superalimentos, elaborados sobre la base de cúrcuma, maqui y berries, por citar los más populares, y donde se podía adquirir el libro “Depura vida / nutrición depurativa”, de Nicolás Alfsen, en papel reciclado por supuesto. También en el área de la salud, Socoterapia atrajo a varios con sus diversas propuestas de imanes en pulseras o en collares, ideales para combatir las várices, inflamaciones y dolores articulares, como también para purificar el agua en la cocina o en el baño, protegiendo incluso los electrodomésticos.
Medical Cannabis y sus aceites medicinales y para masajes, al igual que los lubricantes íntimos para mujeres y hombres, atrajeron también a varios. Otros stands que promovieron el cultivo de plantas para usos gastronómicos, estéticos y medicinales fueron Plántame, Dedos Verdes y Vitagreen, instando a cultivarlas en casa en espacios que no siempre se aprovechan bien, como terrazas y jardines, para llevarlos luego a la mesa, sin la presencia de transgénicos ni pesticidas.
Los amantes de la meditación disfrutaron con la Casa del Cuenco, cuyos recipientes elaborados con 98% de bronce, de diversos tamaños y diseños, son importados de Nepal, al igual que las campanas rituales y las trinchas. Para quienes buscaban algo más decorativo, imperdible Naturalesal y sus lámparas de sal del Himalaya, con su característico tono rosado,
además de otros objetos confeccionados en amatista.

En Breath, muchos encontraron arreglos de bambúes, bisutería en piedras semipreciosas y colgantes de prismas para limpiar las energías de una vivienda, lo mismo que el cautivante sonido de los instrumentos musicales, cuya particularidad eran los diseños. Para descansar y reponer energías, nada mejor que la Ruta del Cuarzo, con su cama de cuarzo que siempre estuvo muy solicitada, habiendo incluso lista de espera, y donde se promovió el turismo mezclado con terapias alternativas en el valle de Quilimarí, en la Cuarta Región. Para los niños, ideal fue la visita a Caja Club Juguetes Infantiles, con propuestas en materiales orgánicos, con pinturas libres de tóxicos y diseños para desafiar el ingenio. Las mascotas fueron consideradas en Cloo Design, con las bandanas diseñadas en varias tallas para perros y gatos, con símbolos sagrados para su protección, al igual que los cojines para terrazas y caminos de mesa, además de los botones a los que se les confirió el carácter de amuletos, aparte de lo decorativo. Y si la idea era el cuidado, La Botica Animal fue la respuesta que muchos esperaban,
donde los médicos veterinarios han apostado por remedios y tratamientos en base a homeopatía, con varios años de exitosa
experiencia a cuestas y ampliando sus servicios de Concepción a Santiago.

Para los interesados en estudiar profesionalmente estas materias, los acreditados Centros de Formación Técnica IDMA y ENAC se perfilaron como los idóneos gracias a carreras como Terapias Complementarias en Salud, Técnico en Masoterapia y Técnico en Estética Integral. Y, como era de esperar, hubo también librerías, “porque siempre son atractivas, dando un mayor servicio a los visitantes que quieren conocer el libro de los relatores que les interesan, accediendo a una información más completa sobre lo que se habla. Es superbienvenido y a la gente le encanta”, sentencia Edgardo Vogel.

A juicio del Director Ejecutivo de MCA Festival 2017, luego de cuatro versiones, han llegado a un nivel óptimo de organización
donde sólo quedan pendientes algunos detalles que rectificar para la próxima jornada, en calendario para 2019 y en la que ya se encuentran trabajando.

“Creo que la parte de contenidos está bien. En todo caso, siempre hay que estar adecuándose, porque en dos años pueden pasar muchas cosas. Sí creo que falta más la relación de ciencia. Y, aunque invitamos a un científico, a un físico, creo que hay que tener más nombres en esta área. También considero que hay que potenciar más fuertemente el tema de la  sustentabilidad del medio ambiente, porque me parece que está un poquito débil. Creo, asimismo, que hay que profundizar en esas áreas donde se están desarrollando mayores tecnologías y se están cayendo los paradigmas, con el fin de explicarlos mejor e incluir personas que, quizás, ya se están abriendo en ese camino. Y, por último, creo que hay que mejorar aspectos de servicios, que a veces  nos complica por el exceso de personas y la limitante del espacio en Estación Mapocho, ya que solemos colapsar un poco en los baños, las cafeterías y hasta en las salas, que también se hicieron chicas para el número de personas que llegó a escuchar a los relatores”, afirma Edgardo Vogel. Por eso, tomaron ciertas providencias como contar el número de quienes esperaban en la fila y avisar a quienes quedaban fuera, con el propósito de que pudiesen asistir a otra conferencia en el mismo horario, generando algo de molestia, confiesa, “pero en el fondo agradecidos por avisarles”.

Con todo, el balance que entrega de la cuarta versión del MCA Festival es en azul. “La verdad es que nosotros quedamos muy felices, primero por la reacción de las personas, de los relatores, de los visitantes y de los expositores, que eso  finalmente es lo más importante, que ellos queden satisfechos. Creemos que se está cumpliendo el objetivo de ir transmitiendo información de sabiduría y que esto nos sirva a todos como sociedad. En otras palabras, si alguien entra a
una meditación y hasta ese momento nunca supo lo que era, y esa actividad le provoca un remezón, un cambio de visión, sentimos que logramos nuestro objetivo. Creo que eso se está logrando y es superconstructivo. Por otro lado, sí estamos conscientes de que hay que mejorar mucho, especialmente porque el crecimiento es muy grande, sobre todo mejorar en términos de infraestructura y ser cada vez más impecables, porque el mensaje del festival tiene que ser coherente con el de la organización. Y eso lo intentamos y hacemos lo mejor que podemos. Por ejemplo, capacitamos a todos los chicos de las salas, a los casi 30 anfitriones que tuvimos, a la gente de audio y video. Nos hemos preocupado mucho de que en todo haya una armonía, un buen servicio, como en el caso de la persona que tocaba el piano en la Sala de las Artes con el propósito
de generar una vibración. Hay que mejorar también la seguridad, porque de repente uno de ellos se pasa de revoluciones
y se puede enojar, como producto, quizás, de la llegada de demasiada gente en un recinto que se hizo un poco pequeño”, concluye.

Artículo publicado originalmente en la Edición 161 de El Guardián de la Salud. Octubre del 2017

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