Si bien lleva años en la pantalla chica, no fue sino hasta su incursión en el programa estelar “Mentiras Verdaderas”, donde ya lleva 5 temporadas, que Cristián Contreras Radovic (49 años) –más conocido como el Doctor File–pasó al salón de la fama. Y también de la polémica, a causa de sus teorías para muchos transgresoras. Periodista de profesión, Doctor en Filosofía con mención en Filosofía de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Barcelona, conferencista, autor de tres libros, ex corresponsal de la NBC y ex atleta de alto rendimiento, hoy su tiempo está dedicado por completo a su pasión –el conocimiento– y a su familia. En esta entrevista, se refiere a varios temas polémicos y nos adelanta su participación en “El Encuentro” y su regreso a La Red.
Por Antonio Muñoz, Periodista PUC
Es hermano de la actriz Ángela Contreras. ¿Cómo fue para usted convivir con la exposición mediática de ella?
“Empecé en la televisión antes que mi hermana, como estudiante en práctica en el Departamento de Prensa de La Red. Al
año, ella se tituló de actriz y protagonizó la teleserie Ámame, por la que se hizo famosa. Para mí, fue un orgullo que haya
tenido reconocimiento por su profesión, por sus propios medios y cualidades, además de ver que, de alguna forma, representaba la imagen de la mujer chilena en un momento dado. Siempre fue bueno, aunque pocas veces hice referencia al
hecho de que fuera mi hermana”.
¿Y hoy cómo es convivir con la fama ahora más inclinada de su lado?
“Una anécdota no más. Cuando me encuentro con mi hermana, me cuenta: “Adivina lo que me pasó: me detuvieron en la calle, pensé que me iban a pedir un autógrafo y me dicen: ‘¿Usted es la hermana del Doctor File? La felicito’”. Jajaja. Pero a ella –incluso hasta el día de hoy– la reconocen, pese a que está retirada. Se dedicó a su familia y al deporte, porque apoyó mucho a sus hijos en todo lo que es el enduro en bicicleta.
¿Usted también es deportista?
“Toda mi vida de juventud fui deportista, hasta como los 20 años, cuando entré en la universidad, lo que significó ir dejando el deporte por los estudios. Siempre lo lamento, porque a las universidades de nuestro país les falta apoyar a los deportistas para que se destaquen, como es en los Estados Unidos. Desde pequeño participé en varios deportes. Después hice fútbol. En su momento, estuve a punto de debutar en la primera división, pero ya era muy tarde porque, cuando terminé la carrera de Periodismo, tenía 22 años y ya era muy viejo a esa edad para iniciar mi carrera profesional en el fútbol. Ahora hago tenis, aunque me queda poco tiempo. Mi hijo menor, Batista, que tiene 8 años, es bien deportista”.
¿Cómo saltó de la filosofía al estudio de los fenómenos paranormales?
“Más que lo paranormal, porque suena a fantasmas y cosas por el estilo, comencé a investigar enigmas de la ciencia. Cuando tenía 20 años, me hice la pregunta sobre las causas del Big Bang, esa explosión que dio origen al universo. Y me dediqué a investigar esta pregunta que Stephen Hawking calificó en una revista como un misterio de la ciencia, porque nadie la había contestado. Y yo, después de 15 años y 6 títulos, le di una respuesta que está en mi primer libro titulado ¿Por qué ocurrió el Big Bang? En ese camino por responderla, partí del enigma del origen del universo, que a su vez me llevó al enigma de las grandes civilizaciones. Y he recorrido todas las civilizaciones del mundo. En resumen, mi profunda fuente de inspiración son los enigmas, los misterios del universo, la historia, las conspiraciones. Y, claro, eso te lleva a ciertos fenómenos paranormales, en una derivada muy lejana de mi profesión, porque yo más bien soy un filósofo de la ciencia”.
Cuéntenos cuándo y cómo nació el Doctor File.
“Desde hace mucho tiempo, yo tengo una página web que se llama www.docfiles.cl, donde comencé a poner mis cosas, los archivos del doctor. Cuando entré como panelista estable al programa Mentiras Verdaderas, de La Red –al que me habían invitado varias veces antes–, me preguntaron: ‘¿Cómo le ponemos a tu sección?’ Ahí aparecieron los productores, Carlos Lobos y Jorge Abate, quienes me dijeron: “Doctor File, pues’, a partir de los docfiles, que son los archivos del doctor. De ahí que la gente me dice Doctor File, porque mucha veces ni sabe mi nombre”.
El Doctor File fuma pipa. ¿También lo hace Cristián Contreras en la vida real?
“El Doctor File es una parte de mi personalidad. Pero es mucho mejor que uno. Es la parte académica que uno tiene, la parte de investigación, la parte de la búsqueda de la verdad con mucha profundidad. A veces lo veo como el filósofo de nuestro pueblo. Que quede claro que nuestro pueblo también tiene filosofía y pensamiento. Y el Doctor File se debe a nuestra ciudadanía, a aquellas personas que muchas veces no pueden entrar en la universidad y a las que, a través de él, les llevo conocimientos fantásticos. Muchas veces, al estar en los programas de televisión, en vivo, y sube el rating, hay mucha presión, por lo que uno puede equivocarse en cosas más superficiales como fechas. Pero, en lo profundo, el Doctor File siempre busca la verdad y entrega sabiduría. En eso, no lo pueden cuestionar. Y esa es una tarea muy difícil, ser filósofo en un país al que le están quitando las horas al pensamiento reflexivo. Así y todo, estamos ahí y hay que seguir caminando. Siempre que esté la pipa del Doctor File, ahí va a estar la búsqueda de la verdad”.
Gracias a “Mentiras Verdaderas”, logró posicionarse como un referente mediático. ¿Cómo valora su participación en ese programa estelar?
“Para mí, Mentiras Verdaderas, de La Red, es el mejor programa de conversación que tiene la televisión chilena. Y la verdad es que la televisión depende del rating. Si uno está ahí es porque, básicamente, hemos logrado tener un público al que le interesan los temas que estamos exponiendo. Además, en Mentiras Verdaderas no tengo censura. Nunca me han dicho: ‘No hables de esto ni de aquello’. Uno tiene que hablar como hablamos siempre: prudentemente, con respeto. Pero la libertad que
tengo para hablar ahí es invaluable para mí. Es un gran programa, el mejor que hay de conversación y de exposición de los pensamientos de los chilenos. Por eso reclamo cuando se entregan estos premios como el Copihue de Oro, porque Mentiras Verdaderas pelea con estelares que son de otro género”.
Como consecuencia de su popularidad en La Red, pasó luego a Chilevisión, donde participó en “La Hermandad”
y “Las Últimas Horas de…” ¿Cómo fue su experiencia allí?
“Mi experiencia en Chilevisión fue muy buena. Primero, trabajé con un equipo fantástico de profesionales de televisión. Cuando me fui, había una visión editorial que, lamentablemente, se impuso en enero del año pasado. Ya se venía conversando, por parte de los mandamases del canal, de un cambio en la línea editorial. Entonces, decidieron hacer una
señal televisiva de entretención familiar. Y, en ese contexto, lo que yo desarrollo no era prioridad. Como consecuencia, los proyectos que teníamos para hacer la segunda parte de La Hermandad y Las Últimas Horas de… quedaron en la mesa. Frente al escenario de tener que quedarme ahí en el matinal con los proyectos detenidos, sin saber por cuánto tiempo, justo se dio la posibilidad de volver a Mentiras Verdaderas, y lo hago encantado, porque en este programa podemos desarrollar temas de investigación, que son más profundos”.
¿Cómo asume los comentarios negativos de sus detractores?
“Habría que ver crítica por crítica. En realidad, cuando uno está ampliando los paradigmas, contando historias que estuvieron en el silencio durante muchísimo tiempo, la gente evidentemente va a criticar y, si quiere hacerlo, que critique. Siempre es positivo, hay que enfrentarlas y sirven sobre todo cuando uno tiene alguna imprecisión que mejorar. Las descalificaciones son otra cosa, aunque tampoco me afectan mucho. Pienso que hay gente que se quedó con una versión de los hechos y estructuró su vida sobre una versión religiosa, política, económica, filosófica. Y, cuando uno muestra otra versión, más descriptiva o con verdades que habían estado ocultas, evidentemente se puede generar mucha controversia y polémica, porque es una reacción desde el miedo. Hay algunas personas a las que les duele más que a otras lo que uno dice. Pero, así es el mundo. Aunque insisto, la crítica con argumento es válida. La descalificación gratuita no lo es, aunque hoy es parte del asunto por las redes sociales. Siempre digo: si todos pensaran igual, nadie estaría pensando. Siempre es bueno el diálogo, la discusión, el debate”.
¿Puede dar crédito de las experiencias paranormales que ha investigado?
“Todos estos fenómenos paranormales se verifican caso a caso. No los puedes repetir a voluntad como un experimento, según lo requiere el método científico. Entonces, lo único que te queda es hacer algún registro del fenómeno paranormal.
Y, en este sentido, yo sí he tenido más de una experiencia. Por ejemplo, en dos ocasiones he visto objetos voladores no identificados. Una vez fue en grupo,como a los 15 años, en el sur de Chile, en el horizonte, sobre unos cerros, siendo ya de noche. La otra vez fue en Bolivia, el año 2012, cuando estaba haciendo una expedición con mi señora y tuvimos una observación de un objeto volador no identificado u OVNI, es decir, la típica luz en el cielo con un movimiento extraño, pero inteligente. No era un satélite ni algo explicable, sino un fenómeno muy extraño. Respecto de experiencias paranormales, recuerdo que hace mucho tiempo tuve una experiencia, pero de tipo energético. Enfrentar estos temas cambia cuando tú tienes la experiencia.Pero si nunca la tienes, es muy difícil. Lo que sé es esto y es muy importante: tanto los fenómenos OVNI como los fenómenos paranormales propiamente tales –como fantasmas, espectros y otros afines– son explicables en el 99% de los casos, o son datos falsos. Pero hay un 1% de casos que son fantásticos, lo que te permite dejar ese campo de investigación abierto y no negarlo como si fuese una tontera. En cuanto a los OVNI, de las miles de observaciones que hay al
año, al menos hay una que vale la pena estudiar y que te abre hacia un nuevo paradigma. Eso es lo hermoso de los enigmas. Para resolverlos, la clave es ampliar la visión que tienes de la misma disciplina. Entonces, esos ejemplos te permiten tener una visión más amplia de la realidad y no negar estos campos de lo humano. El racionalismo y materialismo del siglo XX prácticamente disecaron el espíritu humano. Desde hace unos pocos años, ese espíritu humano está volviendo a renacer y yo
estoy en esa línea de equilibrar lo físico y lo metafísico”.
En algunos programas, usted se ha referido al virus del VIH y al SIDA. Nos interesa conocer su postura frente a las declaraciones que vertió en torno a este tema y sus vínculos con la industria farmacéutica.
“Es una pregunta muy amplia, pero lo que me interesa afirmar es lo siguiente: esta enfermedad hay que prevenirla utilizando
los medios señalados oficialmente. Lo que sucede es que esta polémica con el SIDA se suscitó cuando el doctor norteamericano Robert Willner se inyectó públicamente, a fines de los años 80, el virus del VIH con el objetivo de probar que no necesariamente es la causa del SIDA. También realizó este acto para instar a la comunidad científica a revisar, estudiar e investigar el AZT, que era la droga que entonces se utilizaba para combatir el SIDA. Simplemente, aludí hace algunos años a este episodio de la historiografía médica en el programa Mentiras Verdaderas y, el año pasado, me volvieron a preguntar sobre lo mismo en Vértigo, de Canal 13. Entiendo que no se sepa mucho lo que es la disciplina de la historiografía médica o científica, pero, insisto, mi intención fue simplemente recordar lo que este doctor hizo, que, por lo demás, es de conocimiento público, ya que existe el vídeo circulando en las redes sociales de ese momento en que el doctor Willner se inyecta el VIH. Lo
que yo sostengo es que es importante que esta acción sirva y motive para investigar sobre las causas y las curas de una enfermedad que, a la fecha, ha costado alrededor de 85 millones de muertes, la mayoría en África. Es, evidentemente,
un problema humanitario y de política pública de salud que, hasta ahora, no tiene solución y que debe incentivar la investigación científica en pro de una cura, porque todas las medidas que se han ejecutado no han detenido el problema. Quiero dejar bien en claro que, quienes padecen la enfermedad del SIDA, deben seguir las indicaciones médicas y respetar los protocolos establecidos. Así y todo, hay mucho que investigar sobre el SIDA”.
Sabemos que formará parte de la versión 2019 de “El Encuentro”. ¿Qué nos puede adelantar al respecto?
“Voy a concentrar mi participación en proponer una visión sobre el nacimiento de una nueva cultura. Creo que, cuando uno observa la civilización en la que estamos, uno ve una decadencia cultural, que significa que solamente los ámbitos científicos han avanzado. Son los campos humanistas los que están en decadencia y hablo de la antropología, la filosofía existencialista, la economía capitalista, la política maquiavélica, de la educación, de la religión devastada, el erróneo orden lineal del calendario y las nefastas posturas antimetafísicas que tanto daño le hacen al alma humana. Todos estos campos, que son los pilares de la cultura, están en decadencia sin excepción. Entonces, tú puedes decir: ‘Bueno, parchémoslos’. Y yo digo: No,
reformulemos, propongamos una visión nueva para levantar una nueva cultura en nuestro país y en nuestro continente, que
sea original y auténtica, que es lo que no tenemos. Sobre eso va a versar lo que voy a exponer en El Encuentro”.
¿Confía en que aquello pueda ocurrir?
“Esa es una pregunta del millón. Te la voy a responder, pero pregúntame en 500 años más. Todos los procesos de cambio cultural demoran siglos a veces. Piensa en Jesús. Durante 300 años el Cristianismo fue perseguido. ¡300 años! Ni 10 ni 20 ni 30. Y solo después de ese tiempo pasó a ser la religión oficial del Imperio Romano, perpetuándose hasta hoy. En este sentido, yo siempre me inscribo dentro del calendario maya, de 13 lunas. Por lo tanto, el 21 de diciembre del año 2012 comenzó una nueva era. Eso quiere decir que estamos en el año 6. Entonces, lo importante es crear y partir con una visión nueva. Nosotros, los chilenos, nunca hemos tenido una cultura original y auténtica. Somos un híbrido. No hemos reconocido nunca las tradiciones de nuestros pueblos originarios, entre muchos otros problemas. La economía es de afuera; la visión de
la historia que se tiene es de afuera. Todo es de afuera y trabajamos para financiar lo de afuera. Entonces, lo que voy a proponer, aquello en lo que he trabajado, es una gran reformulación de estas disciplinas culturales para levantar o crear una nueva cultura en nuestro país y en nuestro continente”.
Libros publicados :
¿Por qué ocurrió el Big Bang? El enigma del origen del universo (Editorial Universitaria, 2005)
La teoría del Big Bang y la perfección de la sabiduría. El vacío como síntesis ontológica de todo cuanto existe (Editorial Universitaria, 2009)
Politikon 2012. Una teoría política sobre una fundación cultural en Sudamérica y el rol de Chile (Editorial Universitaria, 2012)
Entrevista publicada oficialmente en la Edición 177 de El Guardián de la Salud. Febrero 2019.