Leucemia infantil, prevención desde el embarazo y opciones de tratamientos

Por Paola Ramírez, Nt. en Medicina Biológico ortomolecular / Diplomado en Homotoxicologia y GNM

 

El término ‘leucemia’ (del griego leuco emia que quiere decir sangre blanca), denomina los tipos de cáncer que afectan a los glóbulos blancos (leucocitos). Es el cáncer más frecuente En los niños y se manifiesta en la medula ósea, produciendo grandes cantidades de glóbulos blancos inmaduros que no pueden cumplir adecuadamente la función de proteger al organismo puesto que son defectuosos.

 

En general, las leucemias se clasifican en agudas (desarrollo rápido) y crónicas (desarrollo lento). En los niños, aproximadamente el 98% de las leucemias son agudas y se subdividen en leucemia linfocítica aguda (60%) y leucemia mieloide aguda (38%). La forma linfocítica de la enfermedad se da con mayor frecuencia en niños pequeños, de 2 a 8 años, con una incidencia más marcada a la edad de 4 años. Sin embargo, puede afectar a personas de cualquier edad.

Síntomas

Los primeros síntomas de esta enfermedad son cansancio, falta de apetito, fiebre intermitente, sudoración nocturna, escalofríos, disminución  importante del peso, molestias articulares y en algunos casos, inflamación de gangleos. A medida que avanza el cáncer interfiere en la producción de otros tipos de células sanguíneas y aumenta el riesgo de contrerinfecciones. Aparecen dolores en los huesos por la multiplicación de las células leucémicas en el sistema óseo, y anemia, con palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio, fruto de la disminución de los glóbulos rojos. La reducción de las plaquetas provoca hemorragias esporádicas en encías, nariz, boca y en ocasiones de recto, aparición de manchas en la piel (petequias) y grandes hematomas por golpes leves.

 

Había sido un misterio hasta que se descubrió que una mutación genética origina la leucemia infantil. El desarrollo del cáncer requiere de dos mutaciones; una durante el primer periodo de gestación y otra durante sus primeros meses de vida, que podría ser desencadenada por una simple infección común. Cabe señalar que el 1% de los niños nacen con células pre leucémicas, pero de estos sólo un número muy reducido sufre la segunda mutación, desarrollando la enfermedad.

 

También podemos señalar el uso indiscriminado de rayos X y de algunas drogas, en niños y mujeres embarazadas, mala alimentación, como el consumo excesivo de azúcar y carbohidratos refinados (especialmente en niños) excesiva flourización del agua, exceso de sal, mal funcionamiento de la tiroides, deficiencias de vitamina C, D, hierro, vitamina B12 y ácido fólico, infecciones virales crónicas y propensión hereditaria.

 

Según la opinión alópata, en la mayoría de los casos, padres o hijos no pueden frenar los factores que desencadenan la leucemia. Para ellos sigue siendo un factor “al azar”. Pero para nosotros, que entendemos que el funcionamiento óptimo de nuestro organismo no es precisamente gracias a los fármacos, claro que hay esperanza en su prevención desde la gestación.

 

“Como en la medicina convencional  no sabemos en detalle el origen de la enfermedad hablamos con conjeturas, entonces el Dr. Hamer  viene y rescata esa diferencia de y entonces se menciona diferente a la leucemia. El Dr. Hamer dice que lo que para la medicina convencional son síntomas de leucemia (trombocitopenia, plaquetopenia, linfopenia, anemia y cualquier otra sintomatologia)  para la Ciencia Curativa Germánica son síntomas inequívocos de curación… Hamer dice que siempre la leucemia va a presentarse en la fase vagotónica o en la llamada fase de curación. Y esto es muy importante por que si la leucemia ya se encuentra en la fase de curación, seria absurbo, sería incongruente y hasta cierto punto criminal darle a una apersona quimioterapia o radioterapia a una persona que se está curando y pues lo digo sin tapujos ,  muy claro.” GS.

En el embarazo

*Evite la exposición prenatal a la radiación. En caso de que porte el gen, podría provocar su mutación.

* Procure llevar una alimentación saludable, rica en frutas, verduras y aminoácidos naturales, evitando Alimentos refinados, preservantes, pesticidas, colorantes, exceso de carnes, agua de la llave.

* Consiga una buena asesoría ortomolecular en suplementación, ayudará a que el sistema celular del bebé se desarrolle de manera óptima, previniendo la mutación celular y el desarrollo de la enfermedad.

Tratamiento

En 1990, el Dr. Matthias Rath presentó un nuevo enfoque de investigación para controlar el crecimiento y la diseminación de cáncer mediante el fortalecimiento de la integridad de la barrera natural de colágeno y tejido conectivo que rodea todas las células. Con el fin de diseminar a otros órganos, las células cancerosas  desintegran esta barrera de tejido conectivo con la ayuda de enzimas específicas. Para detener la desintegración incontrolada de este tejido, el Dr. Rath propuso el uso de componentes naturales como la vitamina C y el aminoácido L-lisina.

Esta combinación de nutrientes esenciales naturales se ensayó a fondo en el Instituto de Investigación de Medicina Celular Dr. Rath en los EE.UU., viéndose que presentan una sinergia biológica.

Aunque las células continúen produciendo elevadas cantidades de enzimas disolventes de colágeno, la Presencia de suficiente lisina impide que destruyan el colágeno. Sufrir una sobredosis de lisina es igual de imposible que sufrir una sobredosis de vitamina C. Nuestro metabolismo está acostumbrado a manejar grandes cantidades de lisina, pero la mayoría de las personas padece una deficiencia crónica de este aminoácido.

nota: Existen varios formatos de vitamina C, siendo los más comunes el ácido ascorbico (ácida) la cual no está recomendada en personas con problemas gástricos, y también el ascorbato de sodio (no ácida) no recomendable para hipertensos.

Por otra parte, la suministración de vitamina C (intravenosa) ayuda en la regeneración del colágeno y sobre todo, en la inducción de la muerte natural de las células cancerosas (apoptosis).

“La industria farmacéutica conocía estos datos, puesto que en algunos estudios se utilizaban derivados Artificales de lisina. Ahora bien, la perspectiva de poner fin al cáncer y a las demás enfermedades graves suponía, al mismo tiempo, la pérdida de los enormes beneficios recaudados por esta industria. Es por eso que se ha preferido ignorar este campo de investigación, a fin de no hacer peligrar el inmenso mercado de la quimioterapia y demás fármacos costosos” Dr. Matthias Rath

Plan de desintoxicación en base a una alimentación saludable

-Beber agua purificada para mantener las células sanas en un ambiente óptimo.

-Consumir zumos de hoja verde que son altos en clorofila.  Puede añadir a estos zumos fruta como manzana, la cual es altamente alcalina, en dosis de 250 ml, mínimo 4 veces al día. La clorofila detiene la proliferación de  células cancerígenas, inhibe su crecimiento y, además, es capaz de neutralizar compuestos cancerígenos como las nitrosaminas. Es un excelente reconstructor celular en caso de leucemia, al igual que el ginseng.

-Alimentos con hierro:  levadura de cerveza, polen, germen de trigo, garbanzos, nueces, almendras, pasas, avellanas, semillas de maravilla, coles, alcachofas, brócoli, moras y betarraga.

-Alimentos con L-Lisina: berros, espárragos, espinaca, legumbres (en especial garbanzos), quínoa y soya. Las carnes también son altas en este aminoácido, pero en este caso en particular deben eliminarse del plan de alimentación (pH muy ácido).

-Suplementación de vitamina C. Ésta, además de las funciones comentadas anteriormente, ayudará a alcalinizar el pH sanguíneo. El Dr. Frederick Klenner recomendaba megadosis de vitamina C intravenosa de entre 25 y 30 gramos diarios para frenar el avance de la leucemia y curar la enfermedad.

-El Aloe vera (sábila): Esta reconocida planta nunca dejará de sorprendernos; contiene un monosacárido llamado acemanano, un gran regenerador celular que interactúa con los glóbulos blancos (normales) en la destrucción de bacterias y células cancerígenas.

-Terapia hipertérmicas: Se utilizan las temperaturas altas (como un sauna) para regenerar las células dañadas y ayudar a la destrucción de las células cancerosas. Además mejora la irrigación sanguínea y la eliminación de toxinas.

-Terapia de amor:  Es la más importante. Recordemos que los sentimientos tristes contribuyen a agravar todas las enfermedades, especialmente en los niños. Necesitan de mucho amor y fortaleza de sus padres. Bésenlos, ámenlos, regalonéenlos el mayor tiempo posible, compartan un paseo sólo para tomar aire fresco. No es necesario el dinero en esta terapia, ¡es gratis! Nos la entregó la vida.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición 88, pagina 6 de El Guardián de la Salud.

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