Adictos, cómo evitar la codependencia y reconocer la manipulación

Por Nadia Dobrinine

¿Usted tiene alguien en su vida que sea adicto? La adicción dentro de una relación, familia, grupo de amigos, etc., es siempre una situación difícil de vivir y de manejar. Conlleva, a menudo, sentimientos de impotencia y culpa, y a veces de rabia hacia el adicto y sus actos. ¿Cómo ayudarlo, cómo hacer que se mejore o que cambie?

Lo primero es bastante simple, aunque nada fácil: Analice su propio comportamiento. ¿Está facilitándole las cosas al adicto al ser usted un codependiente?

La codependencia es un término que viene de los programas de Alcohólicos Anónimos cuando se hizo notar que la familia y el entorno del cual viene una persona adicta juegan un rol importante en su comportamiento. El adicto es, por naturaleza, manipulador en sus acciones. Es parte de la enfermedad y, para que pueda manipular, tiene que tener a quién hacerlo, alguien que se lo permita.

El codependiente es quien tiene una relación poco sana con el adicto. En otras palabras, al querer ayudarlo hay personas que exageran sus buenas intenciones para sentirse necesitadas y valoradas. Se convierten en una especie de “mamá gallina”.

Las parejas y los padres pueden fácilmente caer en este círculo de codependencia, al querer sentirse validados a través del apoyo y cuidado que le dan a la persona adicta. Suelen verse aquí los hijos de padres alcohólicos, acostumbrados a un entorno donde ellos deben cuidar de sus padres. Son sumisos con los deseos del otro y también cumplen el rol de cuidadores tratando de resolver situaciones específicas. No obstante, terminan empeorando las cosas, dado que aquí el problema es que un adicto, en su peor estado, se aferra innatamente a este comportamiento y lo usa a su ventaja; o sea manipula. Pero es la otra persona la que se deja manipular.

Cuando las personas más cercanas al adicto se conforman a sus necesidades, se crea un destructivo ambiente facilitador para él, y cabe preguntarse si esto es o no producto del deseo propio de cumplir favores y hacer sacrificios por otros. Muy común también es proteger al adicto tomando responsabilidad por sus actos, mintiendo por él y ocupándose de los desastres que genera, lo cual termina facilitando que el enfermo siga con su comportamiento.

Si queremos ver mejoría y dejar de crear un ambiente que apoye la adicción, primero hay que reconocer los elementos auto-destructivos presentes en la persona y desarrollar estrategias para enfrentarlos.

¿Cómo ayudar entonces?

Si conoce a alguien que empieza a tener un comportamiento adicto, puede tomar estos pasos:

Investigar los factores externos que podrían estar contribuyendo a su adicción

Malas influencias (ej. amigos o conocidos) – averiguar quiénes son, su situación familiar y escolar/laboral, tratar de identificar al líder negativo e intentar conocerlo mejor. No sirve tratar de “cortar” la relación.

También debe fijarse en el estado amoroso y estado académico/laboral de la persona y si tiene problemas sentimentales. Trate de averiguar las áreas de su vida que le traen más conflictos, si tiene una pérdida irresoluta, cosas sin resolver que gatillan su forma de enfrentar las pérdidas.

Además, averigüe cuáles son sus otros pilares de ayuda como amigos, apoderados, tíos y/o profesores. Personas que representen de una u otra manera algún grado de autoridad, ya sea ésta positiva o negativa.

Enfrentar la realidad y mantenerse firme

Si tiene un ser querido adicto, por ejemplo un alcohólico, que sufre una grave pérdida de algún tipo, no puede caer en la tentación de dejarlo ahogar sus penas, y si él decide hacerlo no debe apoyarlo. Por muy fuerte que sea la situación del momento, usted no puede caer en el comportamiento facilitador de pensar que en esta ocasión lo humano es sentarse a tomar alcohol con él (aunque sea una ocasión especial).

-Reconocer la manipulación y aprender a soltar

Puede ser un paso muy difícil, en especial si se trata de un hijo. Por supuesto que la crianza trae consigo la responsabilidad de cuidar y proveer las necesidades básicas de los hijos, pero esto es sólo por un tiempo hasta que se vuelven adultos.

Con una persona adicta, esta fase podría durar para siempre, a menos de que usted logre soltarlo y desprenderse del sentimiento de culpa o de miedo que hace que mantenga y apoye la adicción. No suministre dinero ni vivienda para el adicto hasta que haya emprendido su recuperación. Cuando deja de ser el proveedor y facilitador, el adicto tendrá que encarar las verdaderas consecuencias y decidir si quiere tomar otras decisiones o no, y la decisión quedará por su cuenta.

Buscar apoyo para usted

Tal como hay reuniones del tipo narcóticos anónimos, hay reuniones específicamente para los familiares. No tienen costo, y se encuentran en todas partes del mundo. Ahí podrá relacionarse con personas que están pasando por la misma situación con un ser querido adicto.

Fuente: www.mentalhealth.net

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