Por Equipo GS
Ya se están instalando en nuestro entorno los temidos resfríos, y con ellos, las sinusitis, las gargantas apretadas, los ojos llorosos y en muchas ocasiones, la molesta AFONÍA.
Ya hemos conversado sobre el valor desinfectante de las benditas cebollas, pero ahora verá cómo le ayudarán a poder hablar de nuevo.
Preparación
En una taza coloque la mitad de una cebolla mediana bien picadita y añada sobre ella el jugo de un limón, más uno o dos granitos de sal de mar o de minas (la sal de mesa corriente no sirve).
Revuelva bien y deje macerar toda la noche al lado del enfermo en el velador. La cebolla tiene la propiedad de absorber la contaminación del entorno, y al dejarla cerca, ayudará a limpiar la garganta relajada por el sueño. La sal, que también es un gran desinfectante, potencia esta acción. Por eso es que al otro día, se saca con mucho cuidado la primera capa que cubre la taza, tratando de no revolverla, y se bota.
Lo que queda se mezcla bien y se coloca en un lienzo para filtrar, de tal manera que se apriete hasta sacarle el máximo de jugo. Con una cucharadita de té de este jugo haga gárgaras lentamente hasta ir tragándolo poco a poco. Repita durante el día hasta que se termine el jarabe.
Hay afonías muy rebeldes que necesitarán dos o más preparados, pero generalmente con uno es suficiente. Esto se usaba, y aún se usa mucho, entre los cantantes de ópera y zarzuelas.
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