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Lorena Castillo Allier
Paramédico Clínico
Nutrición y Dietética Ortomolecular
La artritis es una enfermedad auto inmune que se maneja satisfactoriamente, según mi experiencia profesional, con una dieta adecuada y rigurosa. En la mayoría de los casos se debe optimizar el tratamiento con terapias complementarias para potenciar la curación, ya que es un trastorno crónico en fases agudas secuenciales.
El enfoque inicial del tratamiento está orientado a desintoxicar el organismo y, paralelamente, a equilibrar procesos de regeneración y desinflamación de tejidos y órganos afectados. Se logra el fortalecimiento articular con un efecto inmunopresor óptimo, para evitar el avance de la artritis y mejorar la calidad de vida.
La artritis es fácilmente diagnosticada mediante la iridología, la cual permite identificar los daños puntuales causados en las articulaciones y órganos afectados.
Actividad física para dar inicio al tratamiento
El ejercicio regular reduce el dolor articular, fortaleciendo la musculatura y propiciando una reducción de peso. Se recomiendan ejercicios sin impacto tales como natación, pilates o sencillamente caminar de 15 a 30 minutos al día en un horario fijo, al mismo ritmo, para lograr activar el metabolismo.
Recomendación nutricional para equilibrar el organismo
1. Ácidos Grasos omega 3, para controlar la producción de hormonas prostaglandinas y así lograr un efecto desinflamatorio en articulaciones. Se encuentra en: salmón, sardina y bacalao (además incorporar aceite de oliva, aceituna y palta). Consumir estos pescados 2-3 veces a la semana, de lo contrario, suplementar con omega 3 todos los días en un horario (ej. 17:00 hrs.). Su efecto óptimo se nota de 2 a 3 meses.
2. Hojas verdes, como berro, rúcula, escarola, perejil, cilantro y albahaca, por su aporte de calcio, hierro, folatos, clorofila y vitamina C, que tienen un efecto regenerador a nivel muscular, óseo y articular. Consumir los vegetales crudos en ensaladas 7 veces a la semana, aliñados con aceite de oliva extra virgen.
3. Vegetales en flor, como brócoli, coliflor y espárrago, para obtener potasio, sodio, calcio, fibra y vitamina C, y aprovechar su efecto de fortalecimiento muscular por el aporte de electrolitos. Consumir al vapor 3 veces a la semana acompañados con algún tipo de almidón (papas, arroz integral, quinoa, etc.).
4. Raíces, principalmente jengibre y zanahoria, que son ricas en antioxidantes y vitaminas A y C, con propiedades antiinflamatorias y descongestionantes a nivel generalizado. Consumir crudas en ensaladas, cocidas en guisos o infusión a diario.
5. Tubérculos, cebolla y ajo, que son ricos en azufre, cromo y selenio, todos minerales con efectos depurativos de toxinas y neutralizantes del pH a nivel inmunológico. Consumir 5 veces a la semana, de preferencia crudos.
6. Tallos, apio y penca, que entregan potasio y zinc, y tienen un efecto antiinflamatorio y depurativo. Consumir 4 veces por semana en zumos o ensalada.
7. Frutas, piña y papaya, ricas en potasio, fibra, vitamina C y enzimas proteolíticas por sus efectos digestivos a nivel enzimático, como regenerador muscular y para desinflamar. Consumir en ayuno como zumo 4 veces por semana sin agregar endulzante.
8. Granos, quinoa y arroz integral, por ser fuente de vitamina B, calcio y magnesio y lograr un efecto regenerador de masa magra y tejido óseo. Consumir acompañando con vegetales 3-4 veces por semana.
Opciones para seguir una dieta deliciosa y terapéutica
Ensalada de hojas verdes como rúcula y perejil aliñada con aceite de oliva. Opcional, incorporar salsa de palta con albahaca y aceitunas.
Salmón al horno con cebolla pluma, anillos de zanahoria y jengibre (horneado por 20 minutos). Acompañar con trozos de brócoli, espárrago y ajo al vapor como guarnición.
Quinoa con zanahoria picada y ajo. Cocinar por 15 minutos en agua caliente. Opcional, incorporar rebanadas de champiñón en la cocción para dar sabor. Acompañar con salsa de jengibre.
Importante:
Suplementar con calcio, magnesio, vitamina D3, omega 3, zinc y vitaminas C y B.
Eliminar de la dieta todo alimento manipulado, enlatado, gasificado, refinado o saborizado; entre otros, margarina, café y té.
En la mayoría de los casos se deben eliminar los lácteos y el trigo, ya que activan la reacción de antígenos alérgicos que provocan una reacción inflamatoria.
Recomendación de terapias complementarias
Geoterapia/Cataplasmas de barro: Una terapia muy efectiva que se aplica en las zonas afectadas. Utilizar tierra o arcilla combinada con infusión de árnica por su efecto desinflamatorio. La cataplasma debe ser compacta, no debe escurrir líquido. Se debe disponer sobre un género y aplicar en la zona directamente, luego cubrir con papel de diario para aislar la temperatura y finalmente con plástico para formar un microclima térmico conductual. Dejar actuar por 60 minutos como mínimo y cuando el barro esté quebradizo retirar con agua tibia con árnica. Este tratamiento puede ser realizado en casa en zonas puntuales, y profesionalmente en zonas gangliares extensas.
Reflexología: Esta terapia debe realizarla un profesional que logre activar los terminales plantares de tal manera que se logre estimular los puntos reflejos tales como columna, articulaciones, hígado, riñón y el drenaje en ganglios.
Drenaje Linfático: Maniobras realizadas mediante masajes corporales estimulando un drenaje en zonas de ganglios, con el fin de movilizar toxinas acumuladas y evitar retención de líquido e inflamación articular.
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