Helicobacter pylori y su control natural

Por Jaime Pacheco Cabezas / Iridólogo / Naturópata Holístico

La Helicobacter pylori es una bacteria que requiere muy poco oxígeno para sobrevivir. Su presencia puede causar irritación en el estómago (gastritis) y acidez, náuseas, hinchazón abdominal y úlceras digestivas. La infección por Helicobacter pylori está asociada con el 90-95% de las úlceras duodenales y el 70% de las úlceras gástricas. También está relacionada con la enfermedad de Ménétrier (síndrome de intestino irritable) y el cáncer de estómago.

Esta bacteria puede crecer y desarrollarse en la capa mucosa que recubre el interior del estómago. Para sobrevivir al medio ácido, secreta una enzima llamada ureasa, que convierte la urea química en amoníaco, neutralizando la acidez. Su forma espiral le permite penetrar la capa mucosa y adherirse a las células que revisten la superficie interna del estómago. Su acción en el estómago lesiona el epitelio (tejido protector) ocasionando dolor o molestia en la parte central del abdomen superior y generando síntomas de gastritis, úlceras gástricas o duodenales.

El tratamiento con antibióticos

Antes de 1982 se creía que la causa de las úlceras gastroduodenales era la hipersecreción de ácido gástrico en pacientes estresados y angustiados, asociados a factores secundarios tales como tabaquismo, alcohol, medicamentos, alimentos irritantes, etc. Hoy, con el descubrimiento de la Helicobacter pylori y su relación con la gastritis y las úlceras pépticas, el tratamiento es a base de antibióticos.

Actualmente se usan dos antibióticos: Amoxicilina y Claritromicina, más omeprazol, un inhibidor de la secreción de ácido, con un sinnúmero de efectos secundarios (dolor articular, debilidad, mareos, náuseas, infección por hongos, etc.). Pero entre un 20% a un 30% de los pacientes no responden al tratamiento antibiótico, debiendo sufrir los efectos adversos y el debilitamiento del sistema inmunológico.

De los que sí responden, estadísticamente un 20% sufre una recaída antes de los seis meses. Al quedar impotentes frente a la bacteria, los especialistas tratan solamente los dolores que son muy molestos y los agudos episodios de crisis.

Y como cada vez más pacientes tienen bacterias resistentes a los antibióticos, se añadió otro antibiótico más: la levoflaxacina, que aumenta el riesgo de desarrollar tendinitis o la ruptura de un tendón durante el tratamiento o varios meses después.

La fiebre interna

La inflamación y fiebre de las mucosas internas son las primeras condiciones que se deben tratar pues, según Manuel Lezaeta Acharán, conducen a la permeabilidad de la pared intestinal y a la intoxicación del organismo por venenos intestinales. Es por esto que, tratar esta fiebre evitando el desequilibrio ácido-base orgánico, es clave para recuperar la salud. La fiebre interna se verifica por el pulso y el examen a través del iris (irisdiagnóstico).

Tratamiento natural

Primero, es importante prevenir el contagio de la bacteria lavándose bien las manos antes de las comidas y después de ir al baño. Además, se deben evitar elementos irritantes de la mucosa gástrica: alcohol, aspirina, pimienta, cafeína, tabaco, comida chatarra, mantequilla, queso amarillo, cecinas, embutidos y frituras.

-El sulforafano combate y destruye la Helicobacter pylori, además de otras cepas resistentes al tratamiento antibiótico. El brócoli es la mejor fuente de sulforafano. Sus brotes contienen más de 40 veces el sulforafano que la planta madura. Los vegetales crucíferos como la coliflor, la col y el zapallo también son buenas fuentes.

-La Tabebuia heptaphylla es un árbol de América del sur, cuya corteza y madera tienen químicos que fortalecen el sistema inmunológico, ayudan a controlar virus, bacterias y hongos, además de prevenir infecciones. Sus propiedades constituyen un potente bactericida contra la Helicobacter pylori.

-La canela, el aceite de coco y el ají inhiben la bacteria, pero no la matan. La bromelina (enzima de la piña) contiene azufre que combate la infección.

Ajo, cebolla, capsicum, melisa, ulmaria, jengibre, echinácea, tomillo, cardamomo y propóleo, todos contribuyen a inhibir y erradicar la bacteria.

El clavo tiene efectos positivos contra las úlceras estomacales por sus propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, cicatrizantes y analgésicas con ligero poder anestésico.

-Se debe fortalecer el sistema inmune incrementando la microbiota intestinal con bacterias saludables tales como Lactobacillus salivarius y bifidobacterium, y usar suplementos intestinales para reducir la inflamación del colon.

-La dieta debe ser alta en proteínas y vitamina C, para curar el revestimiento del estómago. La vitamina C en altas dosis, además, combate la infección y fortalece el sistema inmune.

-La vitamina A repara los tejidos y fortalece la función de las membranas mucosas. Se encuentra en: hígado, verduras verdes, zanahoria, espárragos, espinaca, durazno, melón, etc.

Receta para matar la bacteria

Hervir una cebolla grande con 5 dientes de ajo en un litro y medio de agua, por un minuto. Dejar reposar por 8 horas. Colar y tomar 2 vasos en ayunas y otros 2 antes de la cena. Pasado 2 meses, reducir solamente a un vaso por la mañana y otro por la noche.

(Publicado originalmente en la edición 122 de El Guardián de la Salud, en su edición impresa)

Sufres de acidez, estreñimiento o malestares constantes en tu sistema digestivo? No te preocupes, tenemos grandiosa información para ti haciendo click aquí:

https://blogguardiansalud.cl/product/revista-soluciones-digital-no12-deporte-y-sistema-digestivo/

 

 

Microbioma humano: ¡todos somos bacterias!

Por Paulina Pizarro

Nuestro cuerpo está lleno de bacterias. El mundo está lleno de bacterias. Por siglos hemos temido a los microbios. Nos obsesionamos con controlarlos, estudiarlos y aniquilarlos. Siempre hemos hablado de ellos como “formas primitivas de vida”. Decimos que son “tan pequeños que necesitamos microscopios para verlos”.

La hipótesis de los “viejos amigos”

Las superficies y cavidades de nuestro cuerpo que están en contacto con el exterior, están plenamente habitadas por bacterias y microorganismos. Muchas funciones fisiológicas necesarias para nuestra salud dependen de estos organismos, que habitan en simbiosis con nosotros. Se ha demostrado que alteraciones en el equilibrio de dichas especies afectan a diversas áreas de nuestro metabolismo, incluso áreas tan sorprendentes como nuestro comportamiento.

“El término simbiosis se refiera a una íntima relación de ayuda o apoyo mutuo que se establece entre entidades o entre diferentes organismos, para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital”.

El siguiente reporte es parte del trabajo del doctor Francisco Guarner, Director de la Unidad de Investigación del Sistema Digestivo del Hospital Universitario Vall d’Hebron, de España. Guarner habla sobre los últimos descubrimientos acerca de la microbiota. Estos resaltan la importancia de la simbiosis.

Los viejos amigos microbianos

Hoy existe una nueva hipótesis sobre la higiene: la de los “viejos amigos”. Ésta postula que la pérdida de contacto con los “viejos amigos microbianos” puede ser un factor fundamental en el incremento de una gama aún más amplia de enfermedades graves. La hipótesis sugiere que además de alergias, hay otras enfermedades inflamatorias crónicas, como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y algunos tipos de cáncer que parecen tener su origen en problemas de regulación de nuestro sistema inmunológico. La deficiencia en la exposición microbiana podría ser clave en el aumento de alergias y de enfermedades inflamatorias.

No necesitamos volver a las infecciones, dice el doctor Guarner. Pero en la lucha contra las infecciones, han desaparecido muchísimas bacterias que ancestralmente estaban con nosotros. Hemos generado otro tipo de bacterias que son resistentes a los sistemas de limpieza. Por ejemplo: a los antibióticos.

El contacto ancestral con bacterias es lo que ha hecho que haya una gran masa de células reguladoras que ayudan a que el sistema inmune no se equivoque, lo ayudan a que no rechace a su propio cuerpo. Es decir, existe un contexto en donde el sistema inmune es tolerante a los alérgenosal gluten y a las sustancias que generalmente causan una respuesta inmune descontrolada.

No podríamos imaginar un mundo sin bacterias

¿Cómo ejemplificar la importancia del trabajo de las bacterias en el cuerpo? La vaca, que transforma pastos frescos en proteína de la más alta calidad, puede ayudarnos a responder esta pregunta. El secreto es el sistema digestivo.

La vaca tiene un estómago que contiene diferentes cavidades que albergan bacterias con capacidad de reducir el nitrógeno y los nitratos, muy comunes en las plantas. Al producir amonio y urea, las bacterias son capaces de sintetizar aminoácidos esenciales que los mamíferos no pueden. Y sintetizan también proteínas, creando una biomasa que pasa por el intestino delgado de la vaca sin haber cruzado el umbral de su boca. Cientos de gramos de proteínas que luego se lleva el lechero, fueron producidos por simbiosis bacteriana.

Esto revela la importancia vital de las bacterias. Sin ellas no podríamos vivir. ¿Por qué? Porque las bacterias se adaptan realmente a cualquier condición de vida. Desde el círculo polar Ártico hasta el Sahara, se adaptan. Porque son comunidades de diversas especies, que comparten, contribuyen y actúan realmente como un ser multicelular. De hecho, nuestras células humanas están insertas en una comunidad de bacterias.

Todos somos bacterias

Las bacterias que viven en el intestino han demostrado ser capaces de cambiar incluso la anatomía de un individuo.

En experimentos de hace ya varias décadas cuando científicos lograron producir animales germ free (libres de gérmenes) en entornos de cuidado se observó que ellos eran distintos a los que fueron criados en forma normal, junto a sus madres, y que adquirieron microflora. Los animales germ free tenían órganos más pequeños (corazón, hígado y pulmones). Además tenían una actividad gastro-cardíaca más baja, consumían menos oxígeno y necesitaban mayor ingesta de comida. Para crecer menos, necesitaban comer más. De esto se dedujo que la simbiosis de las bacterias ayuda en la nutrición del individuo.

Sabemos hace años que hay una simbiosis necesaria entre el mamífero y sus bacterias. En años recientes se ha creado el concepto de microbioma humano, que se refiere a una colectividad de microorganismos que vive en asociación con nuestro cuerpo humano.

Tenemos bacterias que viven en nuestras superficies: en la piel, en las mucosas, en las cavidades que están en contacto con el exterior, en la boca, en la luz del tubo digestivo, en la vagina. La máxima diversidad está en el colon, que es un órgano muy adaptado a alojar bacterias.

Las bacterias tienen un rol importante en el sistema inmune

Nuestra lucha eficaz contra las enfermedades infecciosas, ha conseguido que desaparezcan muchas patologías, incluso virales.

Pero probablemente hemos extinguido bacterias, helmintos y protozoos que ponían en marcha sistemas reguladores y que evitaban el crecimiento epidemiológico que hemos observado desde 1950. Hoy nos enfrentamos a condiciones extrañas. En el caso de la diabetes tipo 1, el sistema inmune combate y destruye a las células promotoras de insulina. Otras veces aniquila a las células mielínicas del sistema nervioso. En el caso de la enfermedad de Crohn, embiste contra la flora. En el asma, antígenos del aire que no matan ni dañan desencadenan una respuesta inflamatoria que puede poner en peligro la vida humana.

La línea de investigación más prometedora ha descubierto que probablemente las bacterias no se encargan del trabajo duro por sí mismas, en su interacción con el sistema inmunitario. Gozan de la ayuda de asistentes: los metabolitos que producen. Estos elementos, engendrados cuando las bacterias desarrollan sus actividades diarias, son los que afectan a las células inmunitarias clave y ajustan la inflamación.

Sin duda éste es un tema interesante y muy reciente. La actividad científica se volcará a este nuevo mundo por descubrir. Resulta muy esperanzador para aquellas personas que buscan causas desconocidas de enfermedades. En este enfoque de la enfermedad la alimentación es crucial. La investigación científica así lo prueba.

(Artículo publicado originalmente en El Guardian de la Salud, edición 144, en su versión impresa)

Fuentes:

-Dr. Francisco Guarner, El Microbioma Humano, Grup de Recerca en, Fisiologia i Fisiopatologia Digestiva (IR-HUVH).

XII Conferència Anual: Dr.Guarner, El Microbioma Humano

Dr. Francisco Guarner: “Microbiota intestinal, un órgano más para la gastroenterología”.

Ajustar las respuestas inmunitarias mediante los microbios intestinales

En la página 26 de la edición 166, podrás ver una revisión del libro “Yo contengo Multitudes”, el cual toca el tema de los microbios que nos habitan y de como estos nos entregan una visión más amplia de la vida. Puedes adquirir la edición 166 haciendo click aquí: 

Edición 166 ¿Hígado graso? Guía de tratamiento Natural – El Guardián de la Salud Digital

Te gustarÌ_a aprender sobre como potenciar y cuidar de tu sistema inmunolÌ_gico? Pues debes sin duda hacer click aquÌ_: 

Revista Soluciones Digital Nº9 Defensas y memoria