El café, un combustible aromático que eleva nuestra productividad

Por Equipo GS

Sea como fuere el verdadero origen del café, lo que se sabe a ciencia cierta es que su consumo empezó en Etiopía, que desde ahí se extendió al resto del mundo musulmán y que en 1583, Léonard Rauwolf, un médico alemán recién llegado de un viaje de diez años por Oriente Medio, fue el primer occidental en describir el brebaje:

“Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Sus consumidores lo toman por la mañana, con toda franqueza, en una copa de porcelana que pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y el fruto de un arbusto llamado bunnu”.

La semilla es la parte que se aprovecha comercialmente. Estas se tuestan y se muelen para la elaboración de las bebidas de café. Las semillas o granos de café maduros son de color rojo oscuro; después de secadas y tostadas adquieren un color que va desde castaño oscuro hasta negro.

Hablamos de aromas, sabores, acidez y cuerpo del café, al igual que lo hacemos con el vino. La principal diferencia entre el café y el vino radica en que el café no se clasifica por añadas. El café tostado no se conserva durante años. Cuanto más fresco sea el tostado, más aromática será la bebida de café. Si se deja envejecer se crearán aromas y sabores desagradables.

Propiedades nutritivas del café

Cuando hablamos del café pensamos únicamente en su alcaloide cafeína y, por tanto, mucho café se equipara a mucho nerviosismo. Pero el café tiene otros componentes beneficiosos y desconocidos, igualmente importantes:

–    Aminoácidos como la metionina y asparagina

–    Fitoesteroles como estigmaterol, betasisosterol y campesterol, que actúan controlando el metabolismo

–    Taninos que disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas

–     Minerales como calcio en las hojas, y hierro y fósforo en semillas y hojas

–    Vitaminas como niacina, riboflavina y tiamina

Beneficios del consumo de café

–    Estimulante del sistema nervioso central: por su elevado contenido de cafeína, el café se utiliza para estimular el organismo. Se ha demostrado que este componente mejora el rendimiento y mantiene la mente más despierta.

–    Previene enfermedades degenerativas: en dosis moderadas, el consumo de café ayuda a prevenir algunas enfermedades neurodegenerativas como Parkinson o Alzheimer, ya que contribuye a conservar la memoria y aumenta el rendimiento físico y mental.

–    Retrasa el envejecimiento: por su contenido en antioxidantes (polifenoles), tomar dos tazas diarias de café de grano puede detener el deterioro celular y, de este modo, retardar el proceso de envejecimiento.

–    Previene la gota: el café tiene propiedades diuréticas, lo que incrementa el volumen de orina y por lo tanto la cantidad de ácido úrico excretada.

–    Combate el asma: la cafeína dilata los bronquios y, de este modo, favorece el pasaje libre y moderado de oxígeno.

–    Controla la depresión: debido a su poder estimulante y energizante, el café es un gran aliado para regular el estado de ánimo. Esta bebida actúa sobre los neurotransmisores, provocando que liberen endorfinas y dopamina, dos sustancias claves para contrarrestar la depresión.

–    Reduce las cefaleas: el café reporta energía y puede aliviar el dolor de cabeza al dilatar los vasos sanguíneos del cerebro, siempre que lo consuma en dosis moderadas.

–    Favorece la mente: es una rica fuente de potasio, magnesio y fluoruro; por eso ayuda al buen desempeño de la mente y la memoria.

–    Fatiga: el poder estimulante de la cafeína combate los síntomas del cansancio.

¿El café tiene contraindicaciones?

El contenido de cafeína varía mucho entre las dos especies de café más cultivadas: café robusta y café arábica. El primero tiene una cantidad de cafeína de casi el doble que el segundo.

Según el British Medical Journal, el consumo moderado de café durante el embarazo no perjudica la salud ni afecta el desarrollo del bebé, aunque cabe aclarar que la cafeína y el embarazo podrían ser incompatibles en dosis mayores a una taza diaria.

Cómo preparar un buen café de grano

Primero, es fundamental que la proporción de café y agua sea la adecuada. Lo recomendado es 10 gramos de café por cada 180 ml. de agua.

Si le parece demasiado fuerte, puede añadir un poco de agua caliente al café ya preparado. En cuanto a la temperatura, la idónea para optimizar el proceso de extracción del café es de 85 a 95 grados centígrados, es decir, justo antes de hervir.

Dos reglas básicas:

– No se debe apurar el proceso de extracción de los aromas y sabores.

Por ello, durante la preparación del café no se debe utilizar ningún método que cueza y recueza el líquido.

– Nunca se debe recalentar el café una vez que se ha dejado enfriar.

Este debe prepararse justo en el momento en que se va a tomar.

Pruebe tomando café mezclado

Se trata de mezclar el café con otras infusiones. Por ejemplo, se pueden añadir hojas de té para dar otro sabor al café y así tener lo mejor de los dos mundos. También puede agregarle unas gotitas de limón, menta o canela –que suena muy sugerente–, o bien tomar el café con granos de cacao molido… aquí las combinaciones pueden ser infinitas.

 

Fuentes:

www.natursan.net/beneficios-de-beber-cafe-solo-y-sin-azucar/

www.vitonica.com/alimentos/analisis-nutricional-de-una-taza-de-cafe

www.cafedecolombia.com/particulares/es/el_cafe_de_colombia/un_cafe_sobresaliente/

www.alimentatubienestar.es/propiedades-y-beneficios-saludables-de-tomar-c

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