Lautaro Puglisevich
Naturópata naturista
En mis años de experiencia, todos los pacientes de cáncer y de otras dolencias “incurables” que traté exitosamente con procedimientos naturales, presentaron en común cálculos hepáticos-biliares. La principal causa de los cálculos hepáticos tiene relación con malos hábitos nutricionales y con el bloqueo funcional de los órganos emuntorios: colon (causa principal), hígado, riñones, pulmones y piel. Estos órganos funcionan asociadamente y son los responsables de la eliminación de los desechos metabólicos del organismo.
La mayoría de los adultos de esta sociedad industrializada, especialmente los que sufren alguna enfermedad “crónica” o “incurable” (para la medicina farmacológica), tienen en común la presencia de cientos de cálculos en su hígado, vesícula y conductos biliares. A pesar de que muchos médicos niegan la existencia de cálculos hepáticos, las evidencias son innegables. Podrán alegar lo que quieran, pero hay evidencia de cientos de cálculos en los conductos del hígado y la vesícula de los pacientes.
La medicina convencional no hace referencia a los cálculos hepáticos porque no tiene forma de diagnosticarlos, ya que en el hígado la mayoría de los cálculos biliares se componen de colesterol. Esto los hace prácticamente “invisibles” a las tecnologías de rayos X y de ultrasonido. Cuando una cantidad excesiva de piedras que tienen colesterol (95%) como componente principal obstruye los conductos biliares del hígado, el ultrasonido revela lo que se conoce como un “hígado graso”. En la vesícula, el 20% del total de las piedras están constituidas principalmente por minerales, sobre todo sales de calcio y pigmentos biliares. Estas sí son fácilmente detectables.
Un hígado graso puede almacenar hasta 20.000 piedras antes de sucumbir a la asfixia y dejar de funcionar. Esto lleva varios años de congestión, hasta generar destrucción celular (hepatitis o inflamación del hígado). Solo entonces los niveles de enzimas hepáticas en la sangre se elevan, haciéndolas detectables en los exámenes. Para entonces, mucho daño ya ha ocurrido.
La doctora Hulda Clark, creadora de un método natural para eliminar cálculos, afirma: “Tal es la razón de que ninguna infección estomacal, renal, úlcera, inflamación intestinal, y hasta cáncer, puede ser curada permanentemente si no se eliminan los cálculos biliares del hígado”.
Para la doctrina naturista, todas las enfermedades o síntomas de mala salud son causados por algún tipo de obstrucción. A continuación, algunos ejemplos.
Un vaso sanguíneo obstruido privará de oxígeno y nutrientes a las células. Las más débiles morirán. Las más resistentes se adaptarán a la situación adversa (mutación celular) y vivirán a partir de productos tóxicos de desecho metabólico. En este caso, la etiqueta es conocida como cáncer.
Un colon constantemente estreñido impide que el cuerpo elimine los productos de desecho contenidos en las heces. Si la situación no se resuelve, generará más de 60 enfermedades.
La infección renal sucede a partir de una obstrucción del flujo de orina en los riñones o la vejiga, por una piedra calcificada.
La mucosa endurecida obstruye los conductos de aire de los pulmones.
La mala audición puede ser resultado de mucosa adherente que ha entrado en los conductos que unen la garganta con los oídos.
Un engrosamiento de la sangre, causado por comidas o bebidas altamente acidificantes, puede restringir su flujo por los capilares y arterias. Esto podría derivar en numerosos problemas físicos, desde una simple irritación de la piel hasta artritis, ataque cardíaco o derrame cerebral. La ancestral ciencia de interpretar los códigos del cuerpo a través de un diagnóstico visual, nos dice que las enfermedades siempre presentan señales previas. Esto nos permite tomar providencias oportunas para la restitución de su equilibrio, de una forma natural y saludable. La idea es no depender de un tardío análisis laboratorial para conocer el estado de nuestro hígado.
A continuación te daremos algunas claves para que sepas si tu hígado está congestionado por cálculos. Si te sientes identificado con uno o más síntomas, ¡cuidado! Tu hígado puede estar necesitando un drenaje hepatobiliar con urgencia.
Síntomas y señales
Impotencia, problemas sexuales, desequilibrios hormonales, problemas urinarios, enfermedades renales, problemas de visión, color oscuro debajo de los ojos, ojos hinchados, ojos y piel amarilla, manchas del hígado, especialmente aquellas en la parte anterior de las manos y la cara. Cabello graso o pérdida de cabello, exceso de peso o debilitación, obesidad, escoliosis, cuello rígido, fuertes dolores en espalda y hombros, dureza de las articulaciones y músculos, extremidades frías, osteoporosis, problemas dentales o de encías, adormecimiento o parálisis de las piernas. Alzheimer, trastornos cerebrales, depresión, personalidad molesta o biliosa, pesadillas, heces de color arcilla, hemorroides, mareos y episodios de desmayos, gota, asma, cirrosis hepática, colesterol alto, trastornos digestivos, candidiasis, herpes, sabor amargo en la boca, úlcera bucal, úlceras en la lengua, cáncer y enfermedades crónicas.
La limpieza del hígado es simple, pero requiere supervisión de un experto para evitar situaciones desagradables. Desde ya, advertimos que se deben seguir al pie de la letra las indicaciones. Detallaremos el protocolo resumido del tratamiento de limpieza de hígado. El tratamiento para personas con dolencias crónicas, y que tienen bloqueos reactivos de órganos emuntorios, es distinto del protocolo para personas que sólo necesitan drenar cálculos hepáticos por prevención.
Nos referiremos al segundo caso. Por su simplicidad, las personas pueden hacerlo por sí mismas y en su casa, previa orientación y preparación.
Paso 1. Preparación del conducto de evacuación.
Tres a cuatro sesiones de hidrocolonterapia son imprescindibles para desobstruir el colon y para evitar reacciones adversas durante la expulsión de los cálculos. Existen algunos equipos que inyectan y retiran el líquido del colon. Estos lavan, pero no propician la expulsión inmediata de la materia que por años se ha acumulado en el colon. Para ello se requerirá del doble de sesiones, o más.
Paso 2. Reblandecimiento de los cálculos.
Durante siete días, bebe desde un litro de jugo de manzana verde, dividido en varias tomas, desde que despiertes hasta el mediodía. A partir de las 13 horas, come según orientación. El ácido málico de la manzana reblandece los cálculos del hígado y de la vesícula, para que se adapten a los conductos cuando sean expulsados sin provocar molestias ni dolor.
Paso 3. Drenaje y expulsión de los cálculos.
Si es posible, recomendamos que este procedimiento se realice el último día del brebaje del jugo de manzana o -a más tardar- el día siguiente. Será mejor todavía, si esto coincide con un fin de semana. A partir de las 14 horas de ese día, no debes comer nada. Bebe sólo agua (nada fría) e infusiones de manzanilla sin azúcar.
Es necesario que dispongas con antelación de los siguientes elementos necesarios para esta etapa:
Un frasco con tapa. En éste deberás mezclar ¾ de litro de agua con tres cucharadas de sales de Epson o sal inglesa. Las sales tienen la gran virtud de dilatar los canales del hígado y el colédoco, lo que facilitará la salida de piedras. Después las sacarán con la diarrea que provocan.
Otro frasco con tapa. En él deberás mezclar una taza de jugo de pomelo rosado con igual cantidad de aceite de oliva. El aceite, además de ser lubricante para la expulsión, es bilioso. Provocará una reacción de todo el conjunto hepático, segregando mucha bilis y haciendo que el hígado y la vesícula reaccionen.
Las horas indicadas son críticas y deben ser respetadas. A partir de las 18:00 debes comenzar el proceso, bebiendo la cuarta parte de las sales. A las 20:00 tienes que beber otro cuarto y a las 22:00 -de pie al lado de la cama- debes beber la mezcla de aceite y pomelo. Deberás acostarte inmediatamente de espaldas y sobre el lado derecho, alternando. Puedes ir al baño cuantas veces necesites.
Al día siguiente, a las 08:00 de la mañana, debes beber otro cuarto de sales. Y a las 10:00 el último. A las 12:00 debes terminar el proceso bebiendo una taza de jugo de pomelo recién exprimido, solo, sin aceite. A las 14:00 puedes comer según orientación.
Recomiendo a mis pacientes que coloquen un colador de plástico en el baño para recoger las piedras expulsadas. Sugiero que las fotografíen o que las guarden si lo desean (en el freezer, porque son de grasa), para exhibirlas como trofeo de guerra.
Paso 4. Limpieza final.
Al día siguiente, se finaliza el tratamiento con la última sesión de hidrocolonterapia, que es imprescindible para retirar del colon los cálculos y ácidos que no fueron expulsados durante el proceso.
La textura, el color y la forma de los cálculos nos permiten identificar su origen. Los de la vesícula son duros y calcificados. Los del hígado tienen sedimentos verdes, como guisantes. Cuanto más negros, más antiguos y profundos, debido al bilirrubinato.
El color verde es por causa de la bilis. Los blancos son por el contenido de calcio. Estos provienen de la vesícula.
Expulsar estas piedras por medio de varias limpiezas de hígado, nunca antes de 15 días, y manteniendo una dieta y estilo de vida equilibrado, permitirá que el hígado y la vesícula restauren su eficiencia natural. La mayoría de los síntomas de incomodidad o enfermedad empezarán a ceder. Las alergias disminuirán o desaparecerán. El dolor de espalda se disipará. La energía y el bienestar mejorarán de forma espectacular. Esta limpieza es uno de los procedimientos más importantes y poderosos para recuperar o mejorar la salud, ganar belleza y conseguir longevidad con calidad de vida.
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