Aprende a prevenir los calambres o espasmos musculares

Los calambres o espasmos musculares son una dolencia muy común en las personas. Consisten en una contracción involuntaria de uno o varios músculos, casi siempre de las piernas y rara vez en otras articulaciones. Generalmente aparecen de repente durante unos segundos o minutos, y suelen hacerlo en horas de la noche, interrumpiendo el sueño y disminuyendo la calidad del descanso por las incomodidades que generan.

 

Mario Véliz, Quiropráctico – Paramédico

 

Las causas de los espasmos son variadas, pero las principales están relacionadas con:

• Movimientos (o la falta de ellos).
• Ingesta insuficiente o excesiva de ciertos nutrientes.

 

En la primera causa podemos dividir a los calambres en dos grupos:

Aquellos que aparecen por hacer demasiado ejercicio o esfuerzos (por ejemplo, atletas que no estiran después de la rutina, o en personas que realizan tareas domésticas fuertes todo el fin de semana). Pero también pueden aparecer por todo lo contrario; es decir, por quedarnos quietos varias horas al día (es el caso de los oficinistas o quienes tienen hábitos demasiado sedentarios).

En cuanto a la segunda causa, merece la pena saber que, por ejemplo, la deshidratación conlleva este problema, así como también no consumir una cantidad adecuada de magnesio, calcio o potasio.

Finalmente, entre otros motivos de espasmos musculares (nocturnos o diurnos) podemos destacar el consumo de ciertos medicamentos como diuréticos, antihipertensivos y betabloqueadores, y algunas enfermedades como la diabetes y las relacionadas con la tiroides, ya que en ambas el metabolismo se ve alterado.

¿Qué hacer frente a un calambre?

Los episodios pueden durar pocos segundos hasta algunos minutos, y para obtener alivio, debemos frotar el músculo afectado con el fin de que se relaje y estire. Cuando el calambre se produce en la pantorrilla, ponerse de pie suele ser bastante efectivo. Los estiramientos en general y la aplicación de hielo o una almohadilla térmica son buenos remedios en estos casos, pero lo más importante será siempre prevenir su aparición, y para esto se recomienda:

 

Hidratación:

Beber un mínimo de 2 litros de agua por día. Con esta cantidad el cuerpo se hidrata y las células y órganos pueden trabajar como corresponde, al igual que los músculos, tendones y sangre.

 

Realizar estiramientos:

No importa si practicamos deporte o no, siempre es bueno estirar los músculos, al menos una vez al día, ya que de esta forma se pueden evitar los calambres nocturnos y los dolores musculares en general.

Se aconseja cumplir la siguiente rutina antes de dormir, siempre teniendo en cuenta las posibilidades físicas de cada uno.

Siéntate en la cama, estira las piernas y desciende el tronco. El objetivo es que toques la punta de los pies con las manos (o lo más cerca posible). Otro ejercicio que te puede servir se hace de pie, colocando la pierna derecha sobre la cama y la izquierda bien estirada. Lleva el torso hacia el pie derecho. Repite con la otra pierna.

 

Buena alimentación:

Para evitar los dolores por las noches, elige alimentos que sean ricos en potasio (por ejemplo, el plátano) y en magnesio, el cual también puedes suplementarlo. 

Como vez, puedes conseguirlo en multiples formulas y formatos dependiendo de tus necesidades.

También no debes olvidar consumir alimentos sanos: frutas, verduras y frutos secos, y dejar de lado las harinas refinadas, los azúcares y los fritos.

La mezcla de una cucharada de miel de abejas con dos cucharadas de vinagre de manzana en medio vaso de agua, tiene sustancias alcalinas que ayudan a lograr un equilibrio en estos procesos.

 

Buen calzado:

Muchas veces los calambres aparecen por caminar de forma incorrecta. Por ejemplo, las mujeres que pasan demasiadas horas en tacones o aquellos que no tienen buen calzado para hacer ejercicio suelen ser los más afectados por los espasmos.

Trata de escoger zapatos que te permitan apoyar bien la planta de los pies y que las pantorrillas no deban hacer un esfuerzo enorme por llevarlos.

Nada de plataformas, calzado pesado o con suela pequeña. Mejor si es cerrado o, al menos, que no se “mueva” al caminar.

Usa buenos calcetines. Si están muy ajustados pueden bloquear la irrigación sanguínea y apretar sobremanera los músculos, haciéndolos más vulnerables a los calambres.

 

Dato útil:

Remedio con leche, miel y limón

La combinación de leche, miel y limón nos da como resultado un remedio relajante para prevenir la aparición de los calambres nocturnos. Sus propiedades ayudan a disminuir la tensión muscular y, a su vez, inducen a un sueño profundo.

Ingredientes

  • 1 vaso de leche (200 ml)
  • 1 cucharada de miel de abejas (25 g)
  • 1 cucharadita de jugo de limón (5 ml)

Pon a calentar la leche y mézclala con la cucharada de miel y el jugo de limón.

Retira del fuego y deja reposar. Consúmelo caliente antes de irte a dormir.

Fuentes:
-mejoresconsalud.com
-www.intramed.net
-aarp.org

Artículo publicado originalmente en la Edición Nº161 de El Guardián de la Salud

https://aminas.cl/aminas.cl/producto/magnesio-puro/

La relación entre el ejercicio físico y la concentración

Paula Lizama / Profesora de Educación Física 

 

A lo largo de los siglos, los antiguos filósofos ya apreciaban una conexión entre músculo y cerebro. Y es que los pensamientos comienzan a fluir desde un cuerpo sano, desde el movimiento.

El cerebro del niño, desde la gestación comienza a desarrollar importantes cambios estructurales. Desde que nacemos buscamos movernos y comenzar a voltearnos, gatear, luego a caminar, y durante toda la vida vamos desarrollando nuestra musculatura. Así, desde una perspectiva tanto histórica como evolutiva, la relación entre músculo y cerebro es clara. Las últimas investigaciones sugieren que para mantener un cerebro sano es fundamental el ejercicio físico; este no solo disminuye el riesgo de muerte por todas las causas, sino que además, mejora la capacidad de concentración, la memoria, el aprendizaje y los síntomas de la depresión.

Durante el ejercicio el músculo libera diversas miosinas, que son pequeñas proteínas producidas por las células musculares como respuesta de la contracción muscular, y que modifican diferentes respuestas en el cerebro.

De esta forma, la cascada de respuestas producidas por el ejercicio hace del músculo un verdadero órgano endocrino, resultando la relación músculo-cerebro evidente. Por ello, es de vital importancia preservar la masa muscular y realizar ejercicio físico para tener un sistema nervioso sano, además de un cuerpo más saludable.

Es por ello que cada día se vuelve más relevante el tema de realizar actividad física desde pequeños, sobre todo, en la edad escolar. Sin embargo, la educación física siempre ha sido la cenicienta de la educación, una asignatura infravalorada por padres, políticos e incluso profesores. Quizás debido a esto, nuestra sociedad presenta niveles alarmantes de sedentarismo y un aumento exponencial de los casos de obesidad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

La falta de actividad física también puede repercutir en el correcto desarrollo motor y cognitivo del niño y, por ende, en su rendimiento académico. Las políticas de educación actuales reducen las horas de actividad física con el objetivo de aumentar el rendimiento académico, como si hacer actividad física repercutiera de forma negativa en las asignaturas estrella de la educación, las “mates” y la “lengua”. Pero, ¿es verdad que reducir las horas de educación física repercute en el rendimiento académico? ¿Para bien o para mal?

Con el objetivo de responder estas preguntas, una revisión sistemática estudió la relación entre el rendimiento académico y la realización de actividad física en el colegio, ya sea en forma de clases de educación física, deporte extraescolar o ejercicio físico de forma libre. Se estudiaron los vínculos entre el éxito académico y la participación en programas deportivos extracurriculares, clases de educación física, asistencia en los gimnasios y actividad física en el colegio.

Los datos indican que incluir una hora adicional al día de educación física dentro del tiempo curricular no afecta de forma negativa al rendimiento académico. Es más, un aumento en las horas de educación física en el programa escolar puede provocar una mejora en el promedio de las calificaciones escolares. Esto además tiene una lectura interesante, ya que implementar un programa con más horas de educación física exige una reducción sustancial del tiempo que se emplea para las demás asignaturas, y puesto que los niños alcanzan un rendimiento mayor con menos horas de clase, la eficiencia en el aprendizaje aumenta. A todo ello debemos sumar que la mayoría de los programas han demostrado una mejora significativa en las aptitudes físicas, lo que ayudaría a combatir en parte el problema de obesidad y enfermedades cardiovasculares y metabólicas antes mencionado.

Por lo tanto, un aumento de las horas de actividad física en el programa curricular ha demostrado que no empeora los resultados académicos sino que ayuda a mejorarlos. Por el contrario, añadir horas académicas en detrimento de horas de educación física no mejora las calificaciones, resultando además perjudicial para la salud.

De esta forma, el debate sobre la cantidad de horas de educación física en los colegios, debería pasar a cómo implementar un programa curricular con una mayor presencia de esta asignatura. Hasta que esto ocurra, nosotros, como adultos, debemos tener la responsabilidad de guiar a nuestros hijos a desarrollar actividades y/o talleres que sean beneficiosos para llevar la carga académica.

Es por eso que, como mamá y profesora, te invito a realizar actividad física. Puedes inscribirte en alguna actividad programada o acudir a nuestro gimnasio LADY GYM, que es exclusivo para mujeres y que cuenta con una asesoría personalizada de atención, con profesionales con una vasta preparación y experiencia que pueden guiarte a cumplir tus objetivos físicos y a mejorar tu salud.

Y si tienes hijos, aprovecha de salir con ellos y disfrutar de paseos al parque y caminatas al aire libre en familia. No solo es entretenido, sino también muy saludable.

 

 

Puedes encontrar este artículo en la Edición Nº182 de El Guardián de la Salud Digital Especial “Memoria”

La dieta ultrasimple

Por Vera Lea

¿Por qué una dieta para sólo una semana? Porque el Dr. Mark Hyman, médico experto en bienestar que la diseñó, dice que es, en realidad, un programa de salud acelerado, donde una de las consecuencias naturales que se obtiene es una pérdida de peso saludable.

Al cambiar la dieta por una sola semana, cualquier persona puede demostrarse a sí misma lo rápido que se puede sentir más energizada, tener una piel de mejor apariencia, bajar de peso, aumentar su ánimo y sentir alivio de muchos síntomas de enfermedades.

Tener una salud vigorosa es la clave para bajar de peso, porque las mismas cosas que nos hacen crónicamente enfermos, cansados, deprimidos y nerviosos son también las que nos hacen engordar… toxicidad e inflamación.

La toxicidad, en particular, es como tener un camión lleno de toxinas en nuestro cuerpo que perturba los mecanismos de salud naturales de éste. Si no se deshace de esta carga tóxica, cuando comience una dieta inicialmente bajará de peso, pero luego se estancará y le será casi imposible bajar más. ¿Le suena familiar?

Algunos pueden preguntar: “Si bajo de peso tan rápido, ¿no es sólo líquido lo que estoy perdiendo?” y “¿No es poco saludable adelgazar más de 1 kilo por semana?”

La verdad es que usted quiere perder peso de líquido.

La inflamación y la toxicidad causan retención de líquido. Limpiar su sistema por una semana consumiendo una dieta desintoxicante y antiinflamatoria, lo ayudará a eliminar toxinas y líquido rápidamente, lo que resulta en un rápido descenso de peso que es tan seguro como saludable bajo estas circunstancias.

¿Qué es una dieta súper simple?

Simple. Elimine aquello que lo intoxica y le causa inflamación. Dele a su cuerpo alimentos y actividades que lo ayuden a desintoxicarse y a bajar la inflamación.

Su cuerpo hace el resto en forma automática. Él tiene una capacidad natural para encontrar equilibrio y sanar, una vez que usted deja de hacer cosas que lo sacan de balance y le entrega cosas que le devuelven el equilibrio. 

Poder

Experimente por usted mismo, en una semana, el poder que tiene de perjudicar o sanar a su cuerpo, el poder que tienen los malos alimentos para crear enfermedad y el poder que tienen los buenos alimentos para fomentar la salud y la pérdida de peso.

  1. Su cuerpo puede renovarse y rejuvenecerse, disminuyendo el estrés tóxico y eliminando por sólo 7 días las principales fuentes de toxinas de su vida —hábitos adictivos tales como: café, azúcar, alcohol, alimentos procesados, comida chatarra, grasas trans y jarabe de maíz de alta fructosa.
  2. Su cuerpo puede recuperarse, eliminando las principales fuentes de inflamación de su dieta —alergias alimenticias, productos hechos con azúcar y harina, y grasas dañinas.
  3. Al comer alimentos integrales, desintoxicantes y antiinflamatorios, el poder de la inteligencia natural de su cuerpo hace el resto.

Su cuerpo sabe qué hacer si usted deja de maltratarlo. Si le da un descanso y la posibilidad de repararse y sanar, lo hará.

Libérese de los alimentos dañinos que causan toxicidad e inflamación.

Una semana antes de la semana de la dieta, comience gradualmente a eliminar todos los alimentos dañinos mencionados en los puntos 1 y 2 (café, azúcar, productos hechos con harina, grasas malas, etc.) de manera de que se reduzca la reacción a la abstinencia. Luego deje de consumirlos por completo durante la dieta de 7 días.

Hay algunos alimentos que pueden irritar el sistema inmunológico más que otros: el gluten (trigo, cebada, centeno y avena), los lácteos (leche, queso, mantequilla y yogurt), el maíz, el huevo, la soya, el maní, las solanáceas (tomates, pimentón, papas y berenjenas), los cítricos y la levadura (levadura de panadería, de cerveza y productos fermentados como el vinagre).

Por lo general, la única forma en la que sabrá si alguno de estos alimentos le da problemas, es elegir una categoría a la vez, eliminarla de su dieta por un corto periodo de tiempo, y ver cómo se siente. Luego cómala de nuevo y vea lo que ocurre. Esto le dará más información que cualquier examen médico.

Durante la dieta de 7 días, aléjese de todos estos alimentos.

Incorpore buenos alimentos

Consuma alimentos que sean desintoxicantes y antiinflamatorios.

Combine ‘buenas’ proteínas, ‘buenos’ carbohidratos y ‘buenas’ grasas en cada comida. Las grasas buenas están en: pescado, aceite de oliva, aceitunas, almendras, nueces, avellanas, pistachos, semillas y palta. Entre los carbohidratos buenos están los porotos, los vegetales, los granos enteros (especialmente el arroz integral) y la fruta. Las proteínas buenas están en: pescado, huevos orgánicos, pequeñas cantidades de carne de ave magra, frutos secos, granos integrales y legumbres.

Beba al menos 6-8 vasos de agua filtrada al día.

Desintoxíquese

Beba 3-4 tazas al día de este caldo desintoxicante y limpiador especial, que aporta muchos nutrientes sanadores y alcalinizantes al sistema:

Agregue a 3 litros de agua una cebolla grande picada, 2 zanahorias en rodajas, 1 taza de zapallo cortado en cubos grandes, 1 taza de nabo picado, 3 tazas de perejil, cilantro o espinaca picados, 2 tallos de apio, ½ taza de alga marina (cochayuyo, wakame, spirulina, etc.), ½ taza de repollo, 4 rebanadas pequeñas de jengibre, 2 dientes de ajo enteros y sal de mar para saborizar. Hierva por al menos 60 minutos. Deje enfriar, cuele, y conserve el caldo en el refrigerador. (No debe consumir las verduras restantes.) Caliente el caldo antes de consumir. Rinde aprox. 8 tazas.

Nota: en caso de no conseguir algunos ingredientes aumente la cantidad de las otras verduras.

Cuidado intestinal básico

-Consuma a diario dos cucharadas de semillas de linaza molida espolvoreada sobre ensalada, verduras o en su caldo desintoxicante. Esta semilla absorbe mucha agua, por lo que mantiene la humedad en sus intestinos, y aporta grasas omega 3 y fibra.

-Tome dos a cuatro cápsulas de 100-150 mg. de citrato de magnesio dos veces al día. Reduzca la dosis o detenga su consumo por completo si presenta diarrea. Muchos de nosotros tenemos un déficit de magnesio. Los síntomas comunes de déficit son estreñimiento, dolores de cabeza, calambres musculares, calambres menstruales, insomnio, palpitaciones y ansiedad.

-Tome 1.000 – 2.000 mg de ácido ascórbico —Vitamina C— en polvo o cápsulas 3 veces al día. Esto también ayuda con la desintoxicación y la desinflamación.

En caso de que no evacúe antes de almuerzo, tome un laxante herbal en la noche antes de dormir, solamente durante los 7 días del programa, para mantener los intestinos limpios. Dentro de los laxantes herbales comunes están el ruibarbo, la senna y el aloe vera. Estos no deben ser usados a largo plazo —y dejará de necesitarlos al cabo de un tiempo de seguir los pasos del cuidado intestinal antes mencionado.

Reduzca la inflamación

Prepare este delicioso batido antiinflamatorio dos veces al día mezclando:

1 taza leche de almendras*

1 cdta. de aceite de germen de trigo u otro prensado en frío

2 cdas. de semilla de linaza molida

1 taza de fruta fresca no cítrica (plátano, manzana, pera, etc.)

½ taza de agua filtrada

*Ponga 20 almendras a remojar en agua recién hervida durante varios minutos, hasta que suelte la piel. Pélelas y ponga en una licuadora junto con ¼ taza de agua fría. Licúe, adicione ¾ taza de agua y mezcle de nuevo.

Realice ejercicio fácil

Treinta minutos de caminata todos los días… Es todo. Pero no es indispensable, porque igual bajará sin la actividad física.

Relájese

Tome un exquisito baño de tina relajante y desintoxicante todas las noches.

Agregue dos tazas de sales de Epsom (magnesio y sulfuro desintoxicantes), 1 taza de bicarbonato de sodio (alcalinizante para equilibrar el pH), y 10 gotas de aceite de lavanda a la bañera con agua tan caliente como la pueda tolerar, y permanezca sumergido en ella durante 20 minutos justo antes de acostarse, todas las noches. O tome un sauna o baño de vapor por 30 minutos cada día para aumentar la eliminación de las toxinas a través de la piel.

Reflexione

Piense y escriba en un diario lo que está aprendiendo y cómo se está sintiendo durante este programa.

Como un ejercicio preliminar, haga una lista de 3 de sus comportamientos más tóxicos a nivel físico (ejemplo: comer dulces, no descansar, comer en forma descuidada), de sus 3 hábitos más tóxicos para la mente (ejemplo: postergar las cosas, andar de malhumor, tener baja autoestima), y de las 3 relaciones personales más tóxicas. Describa cómo se vería su vida sin estos malos comportamientos, hábitos y relaciones.

Qué hacer cuando terminen los 7 días

Una vez que termine este periodo y compruebe el poder que una semana de cambios dietarios y de estilo de vida tienen en su bienestar y cintura, puede continuar con este programa tanto tiempo como guste mientras sigue adelgazando y recuperando su salud. Y el regalo más grande que se puede dar es identificar a qué alimentos es alérgico y qué puede comer y disfrutar con seguridad, al reintroducir los alimentos muy cuidadosamente a medida que vaya dejando el programa. 

Lleve un registro en su diario de cualquier síntoma que experimente a medida que reintroduzca diferentes grupos alimenticios en forma lenta, uno a la vez. Los síntomas pueden ocurrir en cualquier momento, desde pasado algunos minutos hasta 72 horas después de la ingestión, y pueden incluir fatiga, confusión mental, cambios de ánimo, dolores de cabeza, molestias digestivas, perturbaciones de sueño, sarpullido, dolor articular o retención de líquido.

Cuando identifique los alimentos a los que es alérgico, es mejor evitarlos por 90 días. Luego puede re-introducirlos nuevamente, pero sin comerlos más allá de una vez cada 4 o 5 días.

«Alimentos» o ingredientes que debe evitar en forma permanente:

Jarabe de maíz de alta fructosa, grasas trans o hidrogenadas, alimentos procesados o comida chatarra, comida rápida, endulzantes artificiales y alimentos con aditivos, preservantes y colorantes. (Lea las etiquetas de los productos que consume)

Si estás animado/a a lograr tus objetivos desintoxicando tu organismo, creemos que podrías complementarlo con la beneficioso del deporte. Toda la información que necesitas para lograr tus objetivos están  una gran guía, solo haciendo click aquí: 

https://blogguardiansalud.cl/product/revista-soluciones-digital-no20-especial-fitness-y-culturismo/

La importancia de la actividad física en el adulto mayor

La falta de actividad física a toda edad es semejante a las aguas estancadas que forman pantanos. Nuestro sistema inmunológico necesita que el líquido que circula por los vasos linfáticos sea impulsado por el movimiento de las extremidades y de la compresión muscular.

 

Por Roberto Pino Arias

Preparador físico – Fisioterapeuta deportivo – Estudiante de psicología.

Chile es el segundo país más envejecido de Latinoamérica, pero aún así, por lo general, son pocas las personas que escucho reflexionando acerca de las condiciones físicas en las que desean llegar a su vejez. Si bien el envejecimiento es un proceso irreversible, sí es posible retardarlo o modificar la manera de sobrellevarlo, por ejemplo, cuando un adulto mayor considera que aún tiene mucho que entregar, y que su familia necesita de su presencia y sabiduría. Así, lo más importante es saber cómo y por qué cuidarse, para mantenerse en estos años con una vigencia y lucidez que desafíen las desalentadoras expectativas de la senectud.

La falta de actividad física a toda edad es semejante a las aguas estancadas que forman pantanos. Nuestro sistema inmunológico necesita que el líquido que circula por los vasos linfáticos sea impulsado por el movimiento de las extremidades y de la compresión muscular. Algunos componentes del líquido linfático son gérmenes, células cancerosas, restos celulares, desechos metabólicos, etc. Por lo tanto, el estancamiento de este líquido debido a la inmovilidad, puede implicar la formación de edemas, además de acumulación de toxinas y dolor.

Es importante destacar que la persona que ha consumido medicamentos por largo tiempo, ha sometido a trabajo extra a sus órganos de limpieza como el hígado y el riñón. Afortunadamente, la piel, a través del sudor, funciona como un filtro al igual que los mencionados órganos. Por esto, quien suda gracias al ejercicio físico, colabora con su propio proceso de limpieza interna, expulsando toxinas almacenadas en los tejidos. Además, la circulación sanguínea potenciada con el ejercicio contribuye a la oxigenación de los tejidos, favorece el intercambio de nutrientes y la salida de los desechos de las células.

Ya desde la tercera década de vida comenzamos a perder tejido cerebral con una disminución concomitante del rendimiento cognitivo. Así, áreas cerebrales relacionadas con la percepción corporal y espacial, el control motor, el autocontrol y la memoria se ven disminuidas con la edad. No obstante, ciertos estudios de resonancia magnética mostraron que el área prefrontal (involucrada en el control emocional, la toma de decisiones, la planificación e inhibición de conductas inadecuadas), y el volumen de materia gris temporal (aprendizaje y recuerdos), incrementaron en sujetos mayores activos en comparación con los controles sedentarios.

La actividad física y la neuroprotección

Las personas en el rango de 65-85 años de edad están en la “zona de peligro” para enfermedades como Alzheimer, Parkinson y accidentes cerebrovasculares. Hay evidencia que indica cómo el ejercicio aeróbico, los cuidados de la alimentación y los desafíos intelectuales pueden estimular las neuronas para que mejoren su función, aumentando la resistencia al estrés y previniendo el envejecimiento prematuro. Estos desafíos pueden estimular la producción de factores neuroprotectores, los cuales mejoran el metabolismo de energía neuronal, y potencian la capacidad de las células cerebrales para reparar el ADN dañado y eliminar las proteínas y las mitocondrias dañadas.

Más fuerza y menos estrés

A medida de que envejecemos ocurren cambios que modifican la composición corporal. Hay un aumento de grasa y una disminución del metabolismo por la reducción de la masa muscular. O sea, que al contar con escasa masa activa (músculo) la persona cuenta con menos motor de quema calórica y, por ende, la tendencia a engordar es mayor. En 1999 el Journal of Applied Physiology publicó un estudio de entrenamiento de fuerza de 10 semanas que convocó a dos grupos de hombres (30 y 62 años de edad). Con el entrenamiento, el grupo de mayor edad demostró un aumento significativo de la hormona testosterona total en respuesta al ejercicio de fuerza, junto con una disminución significativa del cortisol en reposo. En síntesis, conservaron su masa muscular, su fuerza y redujeron sus niveles de estrés en reposo.

Efecto positivo sobre la diabetes

En un estudio sobre el envejecimiento llevado a cabo por la Universidad de Tufts, se trabajó con un total de 62 hombres y mujeres latinos residentes en la comunidad mayores de 55 años, todos con diabetes tipo 2 de al menos 3 años de duración. Al azar se asignaron a los participantes a 16 semanas de tratamiento convencional (grupo control) o a atención estándar más entrenamiento de resistencia progresiva (con máquinas de pesas). Este último grupo fue sometido a sesiones de entrenamientos con pesas de 45 minutos, tres veces por semana. Los resultados del estudio evidencian cuán eficaz fue el entrenamiento como parte del tratamiento de la diabetes en estos adultos mayores. El entrenamiento de resistencia progresiva mejoró significativamente el control glicémico (del azúcar en sangre), aumentó la masa muscular (libre de grasa), redujo la necesidad de medicamentos para la diabetes, disminuyó la adiposidad abdominal y la presión arterial sistólica, y aumentó la fuerza muscular y la actividad física espontánea.

El ejercicio y el equilibrio de las emociones

Es sumamente notable cómo la regularidad del ejercicio físico nos hace más adaptables también a las crisis emocionales. Es probable que muchos adultos mayores vivan con grandes cargas de estrés por realidades familiares que los agobian, y a raíz de esa lucha mental liberan exceso de azúcar, colesterol y triglicéridos a su torrente sanguíneo. Así, con estos elementos elevados en su sangre, reciben varios tipos de medicamentos, incluyendo antidepresivos para mejorar su estado anímico. Sin embargo, lo que nadie les enseña es que esas sustancias elevadas en su sangre, e incluso las que están bajas como la serotonina por una posible depresión, pueden ser equilibradas con algo tan realizable y de bajo costo como lo es la práctica perseverante de ejercicio físico.

Un antiinflamatorio natural

El ejercicio regular intensivo tiene un efecto antiinflamatorio en nuestro organismo, ya que reduce la proteína C reactiva que es un factor que provoca inflamación. Esto es de particular interés con respecto a varios informes recientes que muestran cómo la concentración de dicha proteína en el plasma sanguíneo, otorga un valor predictivo en el riesgo de infarto de miocardio, trombosis venosa o derrame cerebral.

Resulta imprescindible potenciar el movimiento, muy útil a la hora de lidiar con los dolores, pues este aumenta las beta endorfinas, nuestros analgésicos naturales que además nos otorgan una sensación de optimismo y bienestar. La serotonina, poseedora de cualidades sedantes, antidepresivas y ansiolíticas, también se ve aumentada gracias a la práctica regular de ejercicio físico.

Los adultos mayores son el único vestigio vivo que nos queda de un ayer que nos sobrepasa en capacidad de esfuerzo y sacrificio, convirtiéndose en un aliciente en estos tiempos mucho más cómodos que los que ellos tuvieron que enfrentar. Por eso, mis más sinceras felicitaciones a los héroes del ayer entre nosotros.

(Artículo publicado originalmente en la edición 153 de El Guardián de la Salud en su versión impresa)

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Revista Soluciones Digital Nº 7 Salud mental y emocional