Por Sr. Watcher (Observador)
´’Una publicación o Journal en inglés es la “biblia” del médico; es lo que valida cualquier investigación científica, aunque no sea completamente correcta. Por ende, constituye el dogma para el mundo científico y médico.
En conocimiento y precisión, sin embargo, la ciencia médica está muy atrás con respecto a las demás. Para la medicina moderna, el cuerpo es algo semi-desconocido, caprichoso, que funciona a veces y a veces no, por motivos muchas veces desconocidos.
¿La razón? Hay demasiados intereses, comerciales quizás, que no permiten que los reales avances lleguen a las páginas de las revistas científicas y, por ende, a la consulta médica y a usted. No vemos medicina ortomolecular o celular, no vemos la terapia de Gerson, no vemos las 5 Leyes Biológicas descubiertas por el doctor Hamer, (que ponen a la ciencia médica a la altura de la física o química en cuanto a precisión), etc.
En el 2008 se realizó un estudio –Hood y Kemperi– sobre la influencia monetaria de las farmacéuticas en las revistas médicas (como el Journal of the American Medical Association, el British Medical Journal, entre otros) que incluyó el uso de suplementos nutricionales, y fue titulado “¿La publicidad farmacéutica afecta lo que las revistas publican acerca de los suplementos dietarios?” Una de sus conclusiones fue “Los datos son consistentes con la hipótesis de que una mayor propaganda farmacéutica está asociada a una menor publicación de artículos sobre terapias de suplementos nutricionales, y a una publicación mayor de artículos con conclusiones de que los suplementos alimenticios no son seguros” i.
Así mismo vemos que los journals ignoran algunos artículos y favorecen otros, o sea, favorecen las terapias farmacológicas altamente rentables y desfavorecen las alternativas. El Dr. Bo Jönsson MD, PhD, del Instituto Karolinska, Suecia, escribió sobre los mismos suplementos nutricionales: “Reportes positivos acerca de altas dosis de vitaminas han sido ignorados por mucho tiempo por los establecimientos médicos, en vez de ser más estudiados y examinados científicamente” (2009).
Vale destacar que los suplementos nutricionales constituyen una de las terapias más seguras existentes: hay cero fallecimiento comprobado en todo el periodo 2011, según el 29º reporte anual del National Poison Data System (NPDS) en EE.UU., con 60 mil millones (165.000.000 al día) de comprimidos ingeridos en ese lapso de tiempoi, versus las 100.000 muertes al año causadas por medicamentos debidamente ingeridos y recetados, y los 2 millones de efectos adversos que reporta la FDAii en su página oficialiii.
Los descubrimientos de la Dra. Angell sobre la industria farmacéutica
Desde que salió de la escuela de medicina, Marcia Angell, tuvo una carrera brillante. Esto la llevó a ser, por 17 años, editora en jefe de la prestigiosa revista científica New England Journal of Medicine (NEJM o Revista de Medicina de Nueva Inglaterra). Trabajando allí, descubrió demasiado sobre las compañías farmacéuticas:
1. Las grandes compañías y sus arreglos fuera de tribunales
Casi todas las grandes farmacéuticas han pagado enormes sumas de dinero en acuerdos para que, fuera de los tribunales, se arreglaran cargos en su contra por actividades ilegales. Por ejemplo, Pfizer en el 2009 pagó 2,3 mil millones de dólares por marketing ilegal, pero los cargos por los que se acusa a las compañías van desde la promoción de drogas, después de que se sabía que no eran seguras, hasta la supresión de información adrede sobre su poca seguridad para que la gente y el médico las usaran pensando que eran inocuasiv.
2. Un negocio que no es riesgoso (económicamente)
Durante el 2008, las 10 mayores farmacéuticas ganaron 310 mil millones de dólares y representan el 40% de todos los medicamentos de prescripción vendidosv.
3. El costo no es sólo por la investigación, sino también por el marketing
Del presupuesto total de 83 mil millones para marketing y administración, 70 mil millones se destinaron para marketing. En lo relacionado a la investigación, las farmacéuticas gastaron 40 mil millones para investigación, o sea la mitad. Esto significa que cuando dicen que sus costos son muy altos por la investigación, en realidad son muy altos por el marketing que costean.
4. Las drogas “Me Too”
Cada nueva droga se prueba comparándola con una pastilla de azúcar, no con otra droga, por lo que simplemente son mejores que nada, no mejores que la droga anterior. En el periodo 2000-2007, de las 667 drogas aprobadas, sólo el 11% fueron mejores que drogas ya presentes en el mercado o fueron drogas nuevas; el resto fueron peores, iguales o drogas “Me Too”, que son variaciones triviales de antiguas. Dentro de las “Me too” está el Lipitor y el Celexa, por ejemplo. El punto es que para que la farmacéutica venda una droga “Me Too” tiene que convencer a la gente que es igual o mejor que la original, siendo que en el 89% de los casos es inferiorvi.
5. Patente de monopolio
Cuando una nueva droga entra al mercado, el gobierno le da un monopolio exclusivo de venta por un tiempo limitado. Pero lo que sucede es que, posteriormente, las compañías cambian un poco el producto para ganar otra patente de monopolio.
6. No son tan innovadores como dicen
El 55% de las investigaciones publicadas que llegan a ser drogas nuevas las hacen universidades y laboratorios independientes financiados por el NIH (Instituto Nacional de Salud), el 30% deriva de fuentes gubernamentales de países fuera de EE.UU., y el 15%, de las farmacéuticas. Esto quiere decir que la innovación proviene del NIH (financiado por los contribuyentes) y no de las farmacéuticas.
7. Lobby
De los 70 mil millones en marketing, 15 mil millones van a visitadores médicos, marketing en general y revistas científicas. Los 55 mil millones restantes, según Marcia Angell, van al lobby a políticos, contribuciones políticas, grupos Grassroots que apoyan a las drogas y regalos a instituciones diversas (educativas, médicas, comunitarias y culturales). Pero eso no es todo.
8. La “educación” médica
La Dra. Angell piensa que la mayor parte de los 55 mil millones de dólares va para la “educación” médica, o sea, las farmacéuticas pagan gran parte de la educación continua que los doctores tienen que tener para que mantengan sus licencias. Hacen de auspiciadores de la gran mayoría de importantes asociaciones de profesionales, subsidian conferencias, materiales educativos, regalos, cenas, viáticos y sobre todo, financian lo que los médicos aprenden: medicina basada en drogas, porque escriben los papers (informes) médicos que los médicos leen y que están llenos de casos de investigaciones parciales a favor de la industriavii.
La Dra. Angell expone la “educación” médica facilitada por la farmacéutica de la siguiente manera: “Si alguien quiere un curso de francés, esta persona paga por un curso de francés, pero si el curso de francés le paga a la persona, ¿esto qué significa? Es sólo para ganar acceso a la profesión médica y para poder comprar el corazón y la mente del médico, y así, vender más de sus productos, nada más” viii.
Consumidores, estén atentos
Según la Dra. Angell, tenemos que tomar la menor cantidad de drogas posible, evitar la polifarmacia y los fármacos nuevos, pues en ambos casos puede haber efectos secundarios indeseados. Debemos acordarnos de que los cambios del estilo de vida son los más importantes y los más seguros –además, los estudios que se han hecho comparando los cambios del estilo de vida contra las drogas han dado una abrumadora ventaja a los primeros. Hay que ignorar los anuncios mediáticos de las drogas; revisar Internet cuidadosamente en busca de tratamientos y de información de medicamentos, ya que no todos los sitios son confiables (un libro muy recomendado es Worst Pills, Best Pills: a consumer’s guide to avoiding droug-induced death or illness (Mejores Pastillas, Peores Pastillas: una guía para el consumidor para evitar la enfermedad y muerte inducida por fármacos) por Sid M. Wolfe, 2005.
Hay que tener ojo crítico con los artículos científicos. Los estudiantes y profesionales tienen que aprender a leer la literatura científica críticamente, y leer el artículo completo, no sólo el abstract ya que muchas veces las conclusiones no siguen a los resultados. También hay que leer críticamente los estudios financiados por la industria. Por ejemplo, no hay mucha evidencia de que un medicamento haga lo mismo con toda la gente, o interactúe con otros medicamentos de la misma forma entre diferentes personas, pero la industria espera que creamos lo contrario.
Como extra podemos leer artículos científicos serios e independientes, como los publicados en el Journal de Medicina Ortomolecular; o revisiones de pares de los siempre presentes artículos sobre la ineficacia de los tratamientos no farmacéuticos que normalmente sólo son ataques mediáticos sin base científica para desacreditar a estas terapias y provocar desconfianza.
Lo importante es entender que, aunque algunas drogas funcionan para lo que fueron hechas, o sea como parches, muchas no funcionan, y los desarrolladores de éstas nos ven principalmente como consumidores, y a los médicos, como vendedores de sus productos.
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i Bronstein AC, Spyker DA, Cantilena LR et al. 2011 Annual Report of the American Association of Poison Control Centers’ National Poison Data System (NPDS): 29th Annual Report. Clinical Toxicology (2012), 50(10), 911-1164. Pág. 1134, tabla 22B. aapcc.s3.amazonaws.com/pdfs/annual_reports/2011_NPDS_Annual_Report.pdf
ii Food and Drug Administration. EE.UU.
iii Bronstein AC, Spyker DA, Cantilena LR et al. 2011 Annual Report of the American Association of Poison Control Centers’ National Poison Data System (NPDS): 29th Annual Report. Clinical Toxicology (2012), 50(10), 911-1164. Pág. 1134, tabla 22B. aapcc.s3.amazonaws.com/pdfs/annual_reports/2011_NPDS_Annual_Report.pdf
iv www.forbes.com/fdc/welcome_mjx.shtml
v www.imshealth.com/deployedfiles/imshealth/Global/Content/StaticFile/Top_Line_Data/Global-Top_15_Companies.pdf
vi The truth about the drug companies: How they deceive us and what to do about it, Marcia Angell, 2005.
vii Links de interés a artículos relacionados con la influencia farmacéutica sobre las investigaciones científicas y los Journals en especial: Pharmaceutical industry sponsorship and research outcome and quality: systematic review. BMJ 2003; 326:116. www.bmj.com/content/326/7400/1167
Dark Side of Medical Research: Widespread Bias and Omissions
www.livescience.com/8365-dark-side-medical-research-widespread-bias-omissions.html
Flacking for Big Pharma Drugmakers don’t just compromise doctors; they also undermine top medical journals and skew medical research theamericanscholar.org/flacking-for-big-pharma/#.UwbZmoUjSF8
Commercial influence and the content of medical journals. 10.1136/bmj.332.7555.1444
www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1479665/
High reprint orders in medical journals and pharmaceutical industry funding: case-control study. BMJ 2012;344:e421. www.bmj.com/content/344/bmj.e4212
Evidence b(i)ased medicine—selective reporting from studies sponsored by pharmaceutical industry: review of studies in new drug applications. 10.1136/bmj.326.7400.1171. www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC156459/
viii Presentación de Marcia Angell “La verdad sobre la industria farmacéutica” 2009.