En estas Fiestas Patrias… cuida tu cerebro

CAROLINA PÉREZ A.

Llegamos a septiembre, mes de fiestas y celebraciones. Y este año es bien particular, porque tendremos al menos cinco días para festejar con comidas y bebidas. Es parte de nuestra tradición y como tal, está muy bien. Los chilenos somos buenos para tomar, dicen, y el problema está en la cantidad. Por eso la idea aquí es mostrarte el efecto que tiene el alcohol en tu organismo, para ayudarte a que tomes conciencia y apeles a la moderación.

El alcohol presente en las bebidas alcohólicas es el alcohol etílico –depresivo y diurético– que se produce como resultado de la fermentación de ciertos alimentos, comúnmente granos y uvas.

A diferencia de los alimentos y las bebidas no alcohólicas que toman tiempo para digerirse, el alcohol puede ser absorbido directamente a través de las paredes del estómago vacío y alcanzar el cerebro al cabo de un minuto. Cerca del 20% del alcohol es absorbido por la sangre directo desde el estómago, y el 80% restante es absorbido desde el intestino delgado.

El alcohol inhibe un neurotransmisor en el cerebro que afecta al sistema nervioso central (SNC). Normalmente, el SNC recibe información sensorial de los órganos del cuerpo (dolor, tacto, etc.), analiza esta información y da una respuesta adecuada. El alcohol interrumpe el flujo de esta información retrasándolo, pudiendo llegar incluso a una completa ruptura en la comunicación entre el cerebro y algunos de sus órganos, si las cantidades son demasiado altas. Como resultado tenemos las clásicas señales de distorsión de los mensajes hacia el cerebro como visión borrosa, dificultad para hablar, pérdida de equilibrio, sudoración excesiva y disminución del dolor.

El alcohol también detiene la producción de la hormona que controla la pérdida de líquido; es por esto que orinamos tanto y tan seguido cuando bebemos alcohol. Esta pérdida de líquido produce deshidratación, desequilibrando la cantidad de minerales en el cuerpo, en particular, de potasio, sodio y calcio. La deshidratación impacta también la capacidad del hígado para eliminar toxinas, forzándolo a sacar agua de otros órganos, incluyendo el cerebro, lo que nos lleva a sentir dolor de cabeza, náuseas y sed al día siguiente.

Por otro lado, el alcohol afecta la corteza frontal del cerebro– el área responsable del pensamiento consciente­– haciendo que la persona pierda sus inhibiciones.

La pérdida de equilibrio es producto también del efecto que tiene el alcohol en el cerebelo, el cual no sólo controla el equilibrio, sino también la coordinación y el movimiento de los ojos.

Sólo el 5% del alcohol consumido es excretado en la orina; otro 5% se pierde a través de la respiración (razón por la que sirve el Alcotest) y la gran mayoría es degradado por el hígado. No obstante, el hígado sólo puede degradar cantidades muy pequeñas por vez. Una ración de ron por ejemplo, le toma al hígado cerca de una hora para metabolizar. Si se bebe más que esto, el exceso circulará en la sangre hasta que el hígado pueda procesarlo.

¿Alcohol o azúcar?

Y el cuerpo también responde a la gran cantidad de azúcar contenida en el alcohol. El páncreas produce más insulina para metabolizar este azúcar. Este proceso continúa hasta que toda el azúcar se ha ido, dejando al cuerpo deficiente en glucosa. Otra de las razones por las que nos sentimos mareados, temblorosos, con sudoración excesiva, visión borrosa y cansancio. También es la razón principal por la que muchos sienten hambre tras beber. El cuerpo, en un esfuerzo por obtener algo de energía, a menudo ansía carbohidratos.

Dormir para ‘pasar la mona’

Muchos intoxicados por alcohol tienden a colapsar, quedándose dormidos.

Pero la investigación ha demostrado que este tipo de sueño no es ni tan profundo ni tan relajante como se ve. El alcohol interfiere con los ritmos naturales de sueño, por lo que la persona no obtiene un sueño de calidad, sintiéndose cansada al despertar. Además, el alcohol relaja los músculos de la parte trasera de la boca, lo que provoca el ronquido que contribuye aún más a una falta de sueño reparador.

Al otro día…

Dependiendo de la cantidad de alcohol consumido, el hígado puede estar todavía degradando el alcohol que queda en el sistema, y aparece la temida resaca. Esa horrible sensación de asco, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, boca seca, sed, y donde se suele escuchar la famosa frase “¡No tomo nunca más!”

Lo que has hecho básicamente es intoxicarte, y tu cuerpo te lo está haciendo saber. ¿Y qué sueles hacer? Recargar a tu ya colapsado hígado con más toxinas tomando aspirina, paracetamol o ibuprofeno, todos con posibles graves efectos secundarios que se ven amplificados por el alcohol, tales como un mayor daño hepático o sangramiento estomacal.

Pero la resaca no es simplemente una sensación desagradable.  Según un estudio conducido por la Dra. Lauren Owen, investigadora postdoctoral Marie Curie de la Escuela de Psicología de la Universidad de Keele, Reino Unido, se ha comprobado que la resaca también impacta tu ‘memoria de trabajo’.  Los resultados iniciales de la investigación indican una baja entre un 5 y un 10% del desempeño de la memoria de trabajo y un aumento en los errores en cerca de un 30% durante una resaca. Además, los tiempos de reacción también son más lentos en aquellos con resaca y representan a alguien de 20 años con los tiempos de reacción equivalentes a alguien de 40 años.

En fin, aquí tienes la película casi completa de lo que ocurre en tu organismo, sin entrar en más detalle, mencionando por ejemplo el resultado tóxico de la química que se produce en tu hígado al descomponer el alcohol. Por eso, y repito, lo importante es que si vas a beber lo hagas con moderación, para que el daño a tu organismo no sea grave y no tengas que lamentar las consecuencias después.

Y si aún con toda esta información, igual se te pasa la mano con los tragos, acá te dejo unos remedios prácticos naturales que pueden ayudarte a aliviar esa desagradable resaca.

Hidrátate y elimina toxinas

El agua aquí es lo más importante antes, durante y después del consumo de bebidas alcohólicas.  Un consejo muy difundido es tomar un vaso de agua por cada copa o vaso de alcohol que bebas, intercalándolos. Además, antes de ponerte a dormir, bebe al menos dos vasos más de agua. Cuando despiertes, puedes consumir más agua, pero lo mejor será tomar una de estas dos opciones (ideal las dos) que te ayudarán a reponer los electrolitos y a volver el azúcar sanguínea a la normalidad. A) Un vaso de agua con el jugo de medio limón más una cucharada de miel, una pizca de sal de mar y un gramo de vitamina C pura. B) Un vaso de jugo de tomate con una pizca de pimienta de cayena y una pizca de sal de mar. Bébelos varias veces al día.

Come plátanos

Como has perdido mucho potasio producto de la deshidratación, este fruto te ayudará a reponerlo. Los cítricos como la naranja, también son buena fuente de potasio.

Usa jengibre

Muy útil con las náuseas y la sensación de asco. Corta unas 10 rebanaditas delgadas de raíz de jengibre y ponlas a hervir en 4 tazas de agua por 10 minutos. Cuela y mezcla el té resultante con el jugo de una naranja, medio limón y media taza de miel. Obtendrás cuatro porciones que puedes ir tomando durante el día para sentirte mejor.

 

Consume sopa de pollo casera

Y no tiene que ser sólo de pollo, puede ser de carne o de pescado. Pero lo importante es que sea casera, porque las sopas en sobre no son más que ingredientes artificiales, colorantes, glutamato monosódico y sal común. Cuando te sientas un poquito mejor, comienza a beber la sopa de a pequeños sorbos, según las vayas tolerando. Es muy reponedora.

 

Referencias:

http://www.royalgazette.com/article/20120424/ISLAND05/704249960

http://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/howaboutthat/10213764/Hangovers-can-make-you-stupid.html

http://health.howstuffworks.com/wellness/natural-medicine/home-remedies/natural-hangover-cures.htm

http://www.realfoodwholehealth.com/2012/12/natural-hangover-cures-that-really-work-home-remedies-for-hangovers/