Primeros auxilios para controlar mareos y ansiedad

Lorena Castillo, Naturópata holística / Iridióloga / Paramedico

 

Mareo es aquella sensación repentina de vértigo, embotamiento y, en algunos casos, alteración dela conciencia. Puede surgir en diversas situaciones y se activa con una sensación de malestar, hipotonía muscular, y aparición de visión borrosa o efecto túnel.

Son múltiples los motivos por los que podemos llegar a marearnos, tales como deshidratación, hipoglucemia o algunas enfermedades de mayor o menor grave-dad, pero también los mareos pueden ser provocados por estrés continuado, estados de ánimo extremos o ansiedad.

En este artículo aprenderemos a reconocer uno de los mareos más recurrentes, los mareos por ansiedad, y cómo abordar los de manera rápida y efectiva.

 

Mareos por ansiedad

Los mareos por ansiedad se diferencian de los mareos causados por un problema físico subyacente, porque la persona que los sufre suele sentir o experimentar lo siguiente:

Estados de estrés muy altos, por situaciones que le generan miedo, temor, angustia o una tensión excesiva y prolongada. El mareo se manifiesta con: Sensación de que todo da vueltas alrededor o de que todo se mueve de forma repentina.

-Aturdimiento.

-Debilidad generalizada intensa.

-Inestabilidad.

-Alteración de las funciones psicomotoras. En algunos casos severos, la persona puede llegar incluso a desmayarse.

Muchas veces, las emociones negativas son tan intensas que nuestra mente tiene la capacidad de provocar algunos síntomas físicos como los mareos.

 

Alerta de urgencia

 

Miedo y tensión alta: Cuando sentimos miedo, nuestra frecuencia cardíaca aumenta y, con ella, nuestra tensión arterial. Una vez pasado el momento estresante y de angustia, nuestro cuerpo reduce la tensión arterial para equilibrarla, y es entonces cuando muchas personas pueden sufrir mareos y sensación de confusión.

 

Tensión muscular: Este tipo de tensión también puede favorecer la aparición de mareos por ansiedad. Ante situaciones que nos producen miedo o angustia, nuestros músculos se tensan como un mecanismo de defensa o huida.

 

Respiración: Unos niveles de ansiedad elevados provocan una alteración en la respiración, siendo esta más acelerada, entrecortada o superficial. Cuando nuestra frecuencia respiratoria aumenta, podemos sufrir de hiperventilación, lo que significa que en nuestro cuerpo entra una mayor cantidad de oxígeno de la que necesitamos y disminuye el dióxido de carbono. Este desequilibrio provoca que nuestro organismo trate de equilibrar el pH de la sangre, la cual se vuelve alcalina y esto puede generarnos esa sensación de mareo, además de otros síntomas como debilidad, visión borrosa y hormigueo pasajero.

 

Primeros auxilios

 

*Controlar la respiración

Recomiendo como tratamiento de urgencia la respiración diafragmática. Este es un tipo de respiración relajante que usa el diafragma. El diafragma es el músculo que se encuentra debajo de las costillas y arriba del estómago. Cuando los pulmones se llenan de aire el diafragma presiona hacia abajo y el estómago sube (se mueve hacia adelante).

1.Siéntate en una silla cómoda o acuéstate boca arriba con una almohada debajo de tu cabeza. Asegúrate de que tu espalda esté apoyada.

2.Coloca una de tus manos sobre tu pecho y la otra sobre tu abdomen, encima de tu estómago.

3.Inhala lentamente a través de tu nariz. Cuenta hasta 2. A medida que inhalas, tu abdomen debe levantar tu mano. Tu pecho debe mantenerse quieto.

4.Expulsa el aire lentamente con tus labios juntos (casi cerrados). Cuenta hasta 4. A medida que expulsas el aire, debes sentir que tu estómago se hunde.

Observa que al inhalar cuentas hasta 2 y que cuando expulsas el aire cuentas hasta 4. Esto te ayuda a mantener tu respiración lenta y pareja. Practica esta técnica de respiración durante 5 a 10 minutos hasta calmar los síntomas.

 

Los mareos por ansiedad no constituyen un síntoma de grave peligro, y es necesario mantener la calma cuando aparezcan para no empeorar la situación.

 

 * Mirar un punto fijo

Lo que se debe hacer es mantener los ojos abiertos y mirar fijamente a un punto. Esta es una excelente estrategia para combatir la crisis de mareo o vértigo en pocos minutos.

 

*Realizar la maniobra de Epley

La maniobra de Epley es una de las más utilizadas para tratar los mareos y el vértigo:

-Debes acostarte boca arriba, con la cabeza por fuera de la cama, extendiendo el cuello en aproximadamente 45°, manteniendo así por 30 segundos;

-Ahora debes girar la cabeza lateralmente y mantener la posición por otros 30 segundos;

-Enseguida debes girar el cuerpo hacia el mismo lado en que está girada tu cabeza y permanecer por 30 segundos; Después debes levantar el cuerpo de la cama, pero mantener la cabeza girada por otros 30 segundos;

Por último, puedes girar la cabeza hacia enfrente, y permanecer parado con los ojos abiertos por algunos segundos más.  Esta maniobra no debe ser realizada en caso de hernia cervical, y en lo posible debe hacerse con la ayuda de otra persona debido a que la cabeza debe ser movida lentamente.

 

Métodos preventivos:

A continuación, algunos ejercicios que pueden ser realizados en casa a diario, en un momento tranquilo, como método preventivo:

1.Sentado con la cabeza en movimiento: Sujeta un objeto con una mano y colócalo enfrente con el brazo estirado. A continuación debes abrir el brazo hacia un lado y seguir el movimiento con los ojos y con la cabeza. Repetir 10 veces hacia un lado y luego repetir el ejercicio hacia el otro lado.

2.Sentado con la cabeza en movimiento: Sujeta un objeto con una mano y colócalo enfrente con el brazo estirado. A continuación debes mover el brazo hacia arriba y hacia abajo 10 veces, y seguir el movimiento con los ojos y la cabeza.

3.Sentado con la cabeza fija y con los ojos en movimiento: Mueve el brazo hacia un lado y mantén la cabeza fija. Sigue el objeto solamente con los ojos.

4.Sentado con la cabeza fija y con los ojos en movimiento: Estira el brazo hacia enfrente y mantén la mirada sobre el objeto. A continuación debes acercar el objeto hacia tus ojos, hasta llegar a una distancia más o menos de una palma de la mano, siempre mirando fijamente el objeto mientras se aproxima y se aleja.

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Equilibrio entre sodio y potasio

Por Matías Jeffery

Investigador de El Guardián de la Salud, Australia

Ante el diagnóstico de hipertensión, ¿qué es lo primero que te piden? DEJA LA SAL. Esto resulta extraño, ya que desde finales de los años 50, muchos estudios han demostrado que en las sociedades industrializadas no es el aumento de sal el factor significativo en la alta presión sanguínea, sino la disminución en el consumo de potasio.

El sodio y el potasio son dos de los minerales más esenciales de nuestro cuerpo. El potasio es abundante en el interior de nuestras células, mientras que el sodio se encuentra en el exterior de éstas, en el fluido extra celular. Ambos son electrolitos que, entre otras cosas, conducen el flujo bio-eléctrico por todo nuestro cuerpo, ayudando a mantener el voltaje a través de la membrana celular. Los nervios dependen de este voltaje para producir una corriente que pueda pasar de las fibras nerviosas a nuestros músculos.

La insuficiencia de potasio promueve la acumulación de líquidos

Bajo condiciones normales, el potasio permanece dentro de las paredes de las células y el sodio afuera. Cuando hay una deficiencia de potasio, sin embargo, el sodio reemplaza al potasio entrando a las células, llevando con él grandes cantidades de agua. El resultado es una hinchazón de las células. A menudo se culpa de esta retención de líquido (edema) a un exceso de sal, cuando de hecho, la causa es una insuficiencia de potasio. Dicha retención da la apariencia de sobrepeso.

La medicina moderna lucha contra los edemas al tratar los síntomas de la enfermedad. En este caso se expulsa el exceso de líquido y sodio usando fármacos diuréticos. Desafortunadamente, estos fármacos también son muy efectivos en la eliminación de muchos nutrientes necesarios, tales como el potasio. El sodio removido será rápidamente reemplazado, gracias a nuestra dieta moderna. La deficiencia de potasio, sin embargo, es sólo exacerbada, una vez más gracias a nuestra dieta moderna. Por lo tanto, mientras los diuréticos resuelven el síntoma principal en corto tiempo, contribuyen, en realidad, a acentuar la causa del edema, que es una deficiencia crónica de potasio, pudiendo conducir a muchas complicaciones de salud.

Dieta moderna

Debido a que el potasio se encuentra en la mayoría de los alimentos naturales (no refinados), resulta difícil darse cuenta, a nivel superficial, que existe un problema de deficiencia de este mineral. Pero es así porque el estilo de vida moderno ha reducido increíblemente la cantidad de frutas, verduras y granos integrales que comemos.

Usualmente, cuando sí comemos verduras, el potasio contenido en éstas es literalmente desperdiciado cuando desechamos el agua usada para hervirlas. El pan integral que venden en todas partes es, a menudo, un menjunje de harina blanca, una penosa cantidad de harina integral y mucho colorante caramelo. Y las frutas, como bocadillo, ya perdieron la popularidad contra las galletitas, los dulces, los pasteles y los confites.

En resumen, hemos reemplazado muchas fuentes de alimentos crudos por alimentos refinados o preservados. Frecuentemente estos tipos de alimentos son abundantes en sodio, pero deficientes en cada nutriente, incluyendo potasio.

El potasio es la clave

Debido a lo anterior, tenemos una deficiencia de potasio y un exceso de sodio. Sin embargo, la clave es el potasio. Puedes dejar de comer toda la sal que quieras, pero si no restauras tus niveles de potasio, tus músculos, venas y órganos se verán afectados. Por lo tanto, debes aumentar la ingesta de potasio al comer más alimentos NO refinados: frutas crudas, verduras crudas o cocidas al vapor y granos integrales.

La reducción de la sal también es necesaria, ya que consumimos demasiado de ésta. De hecho, la sal es tan frecuente en nuestra dieta que si dejáramos de cocinar con ella y agregáramos sal sólo para saborizar, esto reduciría nuestra ingesta de sodio en sólo un 12%. El 88% restante proviene de condimentos o preservantes en los alimentos refinados y procesados.

Cuando existe una deficiencia de potasio, el exceso de sodio exacerba el problema. El sodio filtra el potasio desde las células para que luego se pierda en la orina. Alcohol, cafeína, cigarrillos y muchas drogas de uso recurrente también filtran el potasio, agravando el problema.

Tratamientos

Los estudios han demostrado que las dietas altas en potasio son tanto protectoras como efectivas en el tratamiento de los problemas de presión sanguínea y otras enfermedades relacionadas. Sin embargo, las deficiencias minerales no pueden ser patentadas ni vendidas, así como tampoco resultan de interés para los accionistas de las farmacéuticas. De hecho, este tipo de información representa un peligro para la existencia de muchos medicamentos orientados al tratamiento (ojalá eterno) de los síntomas de la hipertensión.

¿Qué pasaría si la ingesta de potasio del ciudadano promedio aumentara a niveles importantes? ¿Qué pasaría si las sociedades industrializadas comenzaran a consumir más alimentos sin refinar; más fruta, más verduras, más granos integrales y reemplazáramos la sal de mesa por sal de mar que tiene muchos minerales necesarios para una buena salud? Comenzaríamos a disfrutar de una vida mejor y necesitaríamos menos medicamentos farmacéuticos.

Consume potasio para controlar tu hipertensión

La dieta de los indios Yanomami (originarios de Brasil), libres de hipertensión, consiste en cuatro partes de potasio por una de sodio. Un Yanomami adulto tiene una presión sanguínea promedio de 95/60 mm Hg (mercurio por milímetro) que no aumenta con la edad. Esta presión estaría catalogada como relativamente baja para los índices que se consideran normales, es decir 120/80 mm Hg. Sin embargo, estos indios son perfectamente saludables.

Una persona promedio en nuestra sociedad consume más de 10.000 mg de sal por día, o doble de lo que se considera saludable, y si desea suplementar su dieta con potasio, lo más probable es que encuentre uno que sólo le aporte 100 mg de potasio al día. En ese caso, es mejor que coma un plátano, ya que éste contiene 422 mg de potasio. Cada persona debería comer al menos tres porciones de alimentos ricos en potasio al día. Estos incluyen:

Camote (1 taza, horneado) = 950 mg

Papaya (mediana) = 781 mg

Damascos secos (1/3 taza) = 610 mg

Papa horneada (mediana) = 610 mg

Porotos pinto o burro (1 taza) = 583 mg

Espinaca (1 taza, cruda o al vapor) = 574 mg

Jugo fresco de tomates (1 vaso) = 556 mg

Jugo fresco de naranjas (1 vaso) = 496 mg

Melón calameño (1 taza) = 473 mg

Plátano (1 mediano) = 422 mg

Higos (6 medianos) = 390 mg

 

Además puedes leer un completo especial de Salud Cardiovascular en la Revista Soluciones Nº2

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