Aprenda a prevenir y tratar la insuficiencia renal de manera natural y efectiva

Según la medicina convencional, la presión arterial alta y la diabetes son las dos principales antesalas de una insuficiencia renal. Lo cierto es que la enfermedad de los riñones es silenciosa y la gran mayoría de las personas no saben que la tienen hasta que ha progresado a una etapa que amenaza la vida.

 

Por Paola Ramirez, Nt. en Medicina Biológico Ortomolecular / Diplomada en Homotoxicologia y GNM

En sus primeras fases, la persona podría no sentir ningún tipo de malestar, ya que los primeros signos suelen ser generalizados: cansancio, dolores de cabeza frecuentes, malestar físico, es decir, algo que podría compararse con un simple “estrés”. A medida de que la enfermedad progresa, se puede experimentar una necesidad de orinar con mayor o menor frecuencia, pérdida de apetito y pueden aparecer náuseas, colitis y vómitos, sudoración de pies y manos, problemas de concentración, oscurecimiento de la piel y calambres musculares.

¿Cuál es la función renal?

La función específica de los riñones es eliminar los desechos de la digestión y el metabolismo de las proteínas (urea, creatina y ácido úrico), así como el exceso de algunos minerales como sodio, potasio y otras sustancias tóxicas de la sangre, para así mantener la homeostasis normal del sistema. Esta función excretora se lleva a cabo a través de
un sofisticado sistema de filtros llamados glomérulos y túbulos. Si estos filtros pierden su función y su permeabilidad debido a excesos de toxinas, a procesos inflamatorios, degenerativos, o a esclerosis vascular isquémica de su parénquima, aparece la insuficiencia renal.

Además, los riñones regulan los niveles de líquidos del organismo y liberan tres hormonas importantes: la eritropoyetina, que estimula la médula ósea para producir glóbulos rojos; la renina, que regula la presión sanguínea; y el calcitriol, forma activa de vitamina D que ayuda a mantener el equilibrio de calcio en huesos, músculos y sangre.

¿Hay esperanza para la insuficiencia renal en las terapias complementarias?

En la insuficiencia renal aguda se puede hacer un gran trabajo con cataplasmas de barro, nutrición ortomolecular, baños de vapor en cajón (también llamados baños de sangre), y/u ozonoterapia. En casos de insuficiencia renal crónica, mientras quede al menos un 20% de la función renal bilateral, la patología y la función renal pueden recuperarse. Cuando existe un mayor daño igualmente se puede tratar con una alimentación y terapias adecuadas, pero suele no ser curable. Una vez que se inicia la diálisis renal, quiere decir que la función renal es menor al 10%, por lo que el paciente deberá enfocarse en mejorar su calidad de vida.
“Aun así, sabemos que existen casos excepcionales donde ciertas personas han recuperado su función renal lo suficiente como para dejar la diálisis”.

Prevención
Bicarbonato de Sodio

La Revista de la Sociedad Americana de Nefrología informó en el 2009, que una dosis diaria de bicarbonato de sodio podría prevenir el daño renal y la insuficiencia renal crónica, según un estudio a cargo de la nefróloga Magdi Yaqoob, MD, titulado “La Suplementación de Bicarbonato Disminuye la Progresión de la Insuficencia Renal Crónica y Mejora el Estado Nutricional”.

El estudio investigó su uso en 134 personas con acidosis metabólica (acumulación excesiva de ácido en sangre), a quienes se les dio una dosis diaria de bicarbonato de sodio en forma de tabletas. Durante los dos años que duró el estudio, los participantes tuvieron dos tercios menos de disminución de su función renal, en comparación con el grupo de control. Debido a esto, aquellos que consumieron bicarbonato de sodio eran menos propensos a desarrollar insuficiencia renal crónica y con esto, a necesitar de diálisis peritoneal o hemodiálisis.

Citrato de Magnesio

Algunos médicos señalan que el magnesio es contraproducente en casos de insuficiencia renal, sin embargo, como prevención el magnesio es muy beneficioso.

A medida de que la enfermedad renal progresa, el aumento de los niveles séricos de calcio y fosfato conduce a la calcificación de los tejidos blandos, sobre todo de los vasos sanguíneos. El tratamiento médico de la insuficiencia renal crónica que no ha llegado a diálisis se centra en atacar el fósforo. Utilizan quelantes del fósforo a base de calcio pero, lamentablemente, estos medicamentos pueden causar hipercalcemia (exceso de calcio en sangre).

El magnesio disminuye el calcio y el fósforo de manera natural, y dado que es necesario en alrededor de 1.300 sistemas de enzimas en el cuerpo, puede estar seguro de que es requerido por los riñones.

¿Afecta la alimentación?

Claro que sí. En la insuficiencia renal se presenta un estado hipercatabólico donde se destruyen los tejidos del organismo. Si no existe un aporte nutricional adecuado, se dañarán todas las estructuras internas y habrá pérdida de masa muscular.
Esta alteración conlleva a una serie de procesos que pueden conducir a resistencia a la insulina y finalizar en un cuadro de diabetes.

Alimentos prohibidos son todos aquellos de pH ácido: harinas blancas, carnes, embutidos, productos refinados como, arroz blanco, bebidas, jugos industriales, lácteos, frituras, snacks industriales, fideos, cremas y salsas, lácteos, dulces, chocolates, pan, pasteles, etc.

Consuma frutas: uva, piña, manzana, durazno, níspero, sandía, mandarina (son diuréticas y sólo aportan niveles moderados de potasio). Puede consumir también: mora, frutilla, cereza, castaña y arándano. Evite frutas de pH ácido como: ciruela, higo, melón y frutas deshidratadas, las cuales son altas en potasio, al igual que el plátano.
: Apio, berenjena, espárrago, alcachofa, coliflor, pimentón, berro, zapallo italiano, cebolla, repollo, zanahoria, poroto verde, verduras de hoja, zapallo, choclo, papa.
Si usted es un paciente que se realiza diálisis, deberá poner atención en el consumo de líquido.  Consulte con su profesional tratante sobre las cantidades y la calidad de frutas y verduras a consumir.

Ácidos grasos esenciales: Las pros-taglandinas derivadas del ácido eico-sapentaenoico (Omega 3 tipo EPA) mejoran el flujo sanguíneo renal y, por tanto, ayudan a la disminución del daño renal.
Los ácidos grasos esenciales de origen vegetal también son muy recomendados. Sugiero incluir aceite de oliva extra virgen y lecitina granulada a los hábitos diarios de alimentación.
Consuma pequeñas dosis de sal de mar (donde el sodio bioquímicamente está neutralizado por la perfección de las moléculas de potasio y magnesio).

Zumoterapias:

Espinaca con perejil y manzana por la mañana, por ser alto en clorofila y vitaminas C, E, complejo B, hierro, magnesio y fósforo, entre otros nu-trientes. Preparar en extractor de jugo y servir inmediatamente por
la mañana en ayunas.

Manzana con zanahoria: Preparar en extractor y servir inmediatamente por las tardes previo a la cena.

Suplementación sugerida en casos de insuficiencia renal sin diálisis:
Vitaminas C, D y E (aceite de germen de trigo) y Omega 3. Sólo en casos
de insuficiencia renal aguda o a modo de prevención de insuficiencia
renal crónica: magnesio.

“Un dato simple pero efectivo para estimular la recuperación y disminuir el estrés (que está muy relacionado a los problemas renales), es darse baños de tina con agua tibia y abundante sal de mar (1kg. de sal por 99 litros de agua). Además, es muy importante estar rodeado de un ambiente hogareño y acogedor, pues los problemas renales suelen estar asociados a un conflicto existencial y de aislamiento”.

Fuentes:
http://www.naturalnews.com/ 038713_kidney_disease_magnesium_nutrition.html
http://www.naturalnews.com/023142_disease_blood_kidneys.html
http://www.revistanefrologia.com/revistas/P-E/P-E-S-A5465.pdf
Libro: “Terapia Gerson, cura cáncer y otras enfermedades” por Charlotte Gerson

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