Migrañas: qué las desencadena y cómo prevenirlas

Por Gonzalo Carrasco 

Se estima que un 13% de la población mundial sufre de migrañas en un mayor o menor grado.

La condición es más prevalente entre las mujeres, con cerca del 15-18% de ellas padeciéndolas a nivel mundial, en comparación con un 6-7% de los hombres. Cerca del 60% de las mujeres afectadas tienen migrañas relacionadas con la menstruación, lo que significa que éstas tienden a coincidir con su ciclo menstrual.

A pesar de la prevalencia, las migrañas son todavía uno de los trastornos médicos menos entendidos. Parte del problema se debe a que las experiencias de aquellos que sufren migrañas pueden variar muchísimo.

Además del dolor agudo y palpitante, que puede o no ser de un solo lado, algunos experimentan “auras” antes del ataque, mientras que otros no. También puede haber náuseas, vómitos, fiebre, escalofríos, sudoración y/o sensibilidad a la luz, sonido y olores.

Aquellos que nunca han tenido una migraña antes pueden asustarse mucho por los síntomas neuro-lógicos, que pueden simular a un derrame cerebral, ya que la persona puede comenzar a tener visión borrosa, o incluso pérdida de visión temporal y/o visión de puntos u ondas, y/o sentir cosquilleo en un brazo o una pierna.

Desencadenantes comunes de las migrañas

Los factores ambientales parecen tener un rol importante en el desenlace de un ataque de migraña. Mientras que hay muchos desencadenantes potenciales (y lo que le desencadena una migraña a uno puede no desencadenarla a otro), los siguientes son algunos de los factores más comúnmente informados:

Alimentos y bebidas: muchas personas experimentan migrañas cuando comen ciertos alimentos, en particular: trigo, lácteos, azúcar, preservantes artificiales o aditivos químicos, carnes curadas o procesadas, alcohol (en especial vino tinto y cerveza), aspartame, cafeína, glutamato monosódico, y a veces por el consumo excesivo de frutos secos.

Cambios en los ciclos del sueño: tanto la falta de sueño como dormir demasiado pueden desencadenar una migraña.

Hormonas: algunas mujeres experimentan migrañas antes o durante sus periodos, durante el embarazo o la menopausia. Otras pueden sufrir migrañas por medicamentos hormonales tales como anticonceptivos o terapia de reemplazo hormonal.

Alergias: incluye alergias alimentarias o sensibilidades alimentarias, y sensibilidades a los químicos.

Estrés/Post-estrés: cualquier tipo de trauma emocional puede desencadenar una migraña, incluso después de que haya pasado el estrés*.

Estímulos externos: luces brillantes, luces fluorescentes, sonidos altos y olores fuertes (incluso placenteros) pueden desencadenar una migraña.

Deshidratación y/o hambre: saltarse comidas o hacer ayuno son desencadenantes comunes.

Esfuerzo físico: el ejercicio extremadamente intenso o incluso el sexo son conocidos por causar migrañas (en estos casos principalmente causados por la deshidratación y/o tensión o esfuerzo mal dirigido).

Cambios climáticos, y/o cambios de altitud.

*“Esto ya ha sido ampliamente comprobado con los estudios y verificaciones del Dr. Hamer, dejando en claro que la recuperación siempre es dirigida desde el cerebro y va acompañada de presión interna por acumulación de líquido (neuroglía) en el cerebro, ocasionando intensos dolores de cabeza, temperatura y, dependiendo del órgano correspondiente a la zona del cerebro que está siendo afectado (recuperado), puede presentarse también infección y diversas molestias físicas”.

Esté alerta del aspartame y del glutamato monosódico (MSG)

Tanto el aspartame como el MSG son conocidos por causar dolores de cabeza y migrañas. El aspartame también desencadena otros síntomas neurológicos como perturbaciones visuales y cosquilleo en las extremidades. De hecho, el doctor Mercola cuenta que “diagnostiqué a mi hermana con migraña, quien también trabajaba para mí como jefe de personal cuando comencé a ejercer. Ella tenía el aura visual común que hace que uno sienta como si fuera a tener un derrame. En su caso, ella era altamente reactiva al aspartame, e incluso si olía este endulzante le daba migraña.”

Consejos naturales para prevenir y aliviar migrañas

La prevención de las migrañas comienza por evitar los desencadenantes. La mayoría de las veces, esto significa comer alimentos integrales saludables (evitando casi todos los procesados) y manejar el estrés de manera efectiva. Seguir un plan alimenticio que incluya muchas frutas y verduras frescas, cantidades moderadas de frutos secos y aceites procesados en frío junto con pescado, carnes blancas orgánicas y carne de vacuno alimentado con pasto, parece reducir las migrañas en cerca de un 80%, aunque toma algo de tiempo para que funcione.  Se trata de un cambio de estilo de vida, no de una solución rápida y fácil. Evitar el trigo, los granos, el azúcar y todos los líquidos excepto el agua parece ser particularmente efectivo.

El ejercicio regular también puede ayudar a mantener las migrañas bajo control, al mejorar la respuesta al estrés junto con las condiciones inflamatorias subyacentes que pueden desencadenar las migrañas.

Ya mencionamos los factores en los que puede enfocarse para reducir sus migrañas. Ahora, si sufre una migraña y necesita alivio inmediato, puede intentar con uno o más de los siguientes puntos:

Estimule la capacidad analgésica natural de su cuerpo. Ejerciendo presión en el nervio que pasa justo bajo su ceja, puede hacer que su glándula pituitaria libere endorfinas analgésicas de inmediato.

Tome un par de cucharaditas de pimienta de cayena disueltas en un vaso de agua. Cuando la cayena entra en contacto con el recubrimiento de su estómago, el cerebro libera endorfinas. Otra alternativa es comer ají o tragar una pizca de pasta de wasabi.

Huela esencia de manzana verde. Un estudio encontró que esta esencia alivió significativamente el dolor migrañoso. Esto puede funcionar con otras esencias que usted disfrute, así que consulte con un aromaterapeuta cuál puede ser beneficiosa.

Aplique compresas frías/calientes: alterne compresas frías y calientes en su frente y/o detrás de su cuello.

Masajee sus orejas y la ‘corona’ de su cabeza (el aro de músculos que forman un círculo en la cabeza donde se pondría una corona).

Testimonio

Unos años atrás, antes de asumir como director de El Guardián de la Salud, cuando me dedicaba al entrenamiento de alto rendimiento y al mismo tiempo tenía un trabajo en el área del deporte muy estresante, sufría de migrañas constantes.

En ese tiempo, un grave error que cometía era beber mucha Coca-Cola Light (fuente de aspartame), consumía demasiado café muy cargado y siempre exigía mi físico al límite, lo que me llevaba a caer algunas veces en sobre-entrenamiento, perjudicando mi descanso nocturno.

El primer paso hacia mi recuperación fue hacerle caso a mi esposa y dejar de tomar Coca-Cola, reemplazándola por abundante agua pura. Con esto las molestias se redujeron inmediatamente en un 50% (hasta ese minuto lo que sabía de los daños de la Coca-Cola para mí era sólo literatura).

En la búsqueda de mejores resultados, un día me atreví a retomar mi gusto por el ají verde y la sal de mar, alimentos que había determinado no seguir consumiendo a causa de un leve reflujo (curiosamente esto último también desapareció cuando retomé su consumo).

“Para más información sobre el ají y su relación con las migrañas y el reflujo puede ver el Remedio Milagroso de la Ed. 85, pág. 38 del GS

Acto seguido aumenté al doble mi consumo diario de vitamina C (de 2 a 4 gramos), y el aceite de germen de trigo (fuente de vitamina E natural) a 900mg, lo cual me llevó a una sensación de salud plena.

Hoy sólo tengo dolores de cabeza cuando estoy en recuperación de episodios muy estresantes.

Fuentes: Extracto del artículo del www.mercola.com

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