Por Gonzalo Carrasco y Ruth Modra
Tal vez por nuestra conciencia social acerca del concepto de democracia, donde se supone que gobernamos todos, pero votamos por personas y rara vez por proyectos que realmente impactan nuestra salud, convivencia y estilo de vida (como por ejemplo el transporte o las políticas públicas de salud), es que tenemos errados conceptos de autoridad, y queremos seguir todos los consejos o campañas que hacen.
No obstante, en la práctica existen estrategias para tener éxito, para crear y mantener una buena salud y para sentirse a gusto con los demás que no tienen relación alguna con las “autoridades” o con los “expertos” del tema. Si conocemos a personas que poseen a plenitud todas estas cosas, entonces lo que nos hace falta es descubrir qué es lo que ellos hacen, y aplicar sus métodos para producir resultados similares, ahorrándonos tremendas cantidades de tiempo y esfuerzos.
Debe ser en el campo de la salud donde existe la mayor cantidad de contradicciones, especializaciones y muchísima confusión. Usted podrá confiar en un especialista, o tal vez leer un libro que le indicará los métodos o los fármacos que le permitirán librarse de tal o cual enfermedad. Pero a veces esto no ocurre, y entonces prueba con otro especialista de una rama alternativa o con un libro más reciente, y resulta que estos contradicen a los primeros dejándolo aún más confundido.
Lo peor de todo es que muchas veces son profesionales altamente calificados, incluso con doctorados, e igualmente se contradicen en casi todo. Y es ahí donde uno comienza a darse cuenta de que ya no necesitamos tantos títulos, sino RESULTADOS. Y puede que encuentre en cada caso una parte del resultado que espera.
Experiencia personal del Director
Cuando era un atleta, pasé un tiempo aceptando correcciones inútiles de diversos profesores. Al poco tiempo e instintivamente busqué a los más destacados; les pedí consejos, les consultaba por la alimentación que tenían y los seguía en el gimnasio. Busqué a quienes estuvieran obteniendo resultados más rápido, personas a quienes pudiese admirar en su aspecto y/o salud. Les pregunté cómo lo conseguían, los acompañé a sus rutinas y me dediqué a hacer consecuentemente lo que resultaba mejor.
Hoy puedo ayudar a otros atletas a conseguir notables resultados en menor tiempo, y ahora me dedico a estudiar incesantemente a personas que han logrado bienestar, mejores relaciones y la forma de ser un mejor padre. Sin embargo, antes de leer un libro, reviso si el autor tiene los resultados que promete o los que yo necesito, y este es uno de los motivos que muchas veces me lleva a La Biblia.
Reúnase con esos amigos, familiares o conocidos que lo motivan, llenan de energía y alegría. Vea programas educativos, lea buenos libros y revistas que mejoren en algún aspecto su experiencia de vida. Y evite lo más que pueda la contaminada programación oficial.
Esperamos que esta edición sea un aporte y de su agrado, y los estaremos acompañando nuevamente el mes que viene, si Dios así lo quiere.
¡Un gran abrazo!