El Poder De Las Palabras – Cómo Aprender el Lenguaje de Sanación
Compilado por Ruth Amber
“El cómo una persona experimenta una enfermedad o lesión es importante para el proceso curativo y para que la persona no desarrolle un trastorno por estrés postraumático (TEPT),” dice la profesora Judith Simon Prager, quien viaja a través del mundo entrenando a personas en lo que ella llama “primeros auxilios verbales.” La técnica que ella enseña toma en cuenta la respuesta de “luchar-o-huir” e incorpora dos sistemas que son ignorados en gran medida por la medicina dominante: El poderoso sistema de autocuración del cuerpo y su extremadamente influyente sistema de creencias.
Este acercamiento de mente-cuerpo puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte para alguien que sufre de una enfermedad o lesión importante, o cuando está en medio de una crisis.
La respuesta de luchar-o-huir obstaculiza el pensamiento complejo porque hace que la sangre que alimenta el cerebro frontal vaya al cerebro medio. Los pensamientos del cerebro medio están en un estado alterado que la profesora Prager llama la “Zona Curativa”. Ésta es una posición altamente susceptible en la cual la persona dañada o enferma no puede ejercitar el juicio propio; por lo tanto, las palabras que otros dicen alrededor de esta persona pesan mucho sobre sus emociones, porque todas las emociones ejercen una respuesta física.
El acoplamiento de la mente y el cuerpo no es solo una teoría, ya que estudios demuestran que solamente con palabras se puede influenciar actividades nerviosas automáticas del sistema, tales como el ritmo cardíaco y respiratorio. Además, Judith Prager cita dos “misterios médicos” – la enfermedad inducida por el doctor y el efecto placebo-, como prueba de que existe la conexión mente-cuerpo.
El hecho de que el placebo funciona tan bien o mejor que el fármaco en un 33 por ciento de las personas sometidas a una prueba, preocupa a algunos y desconcierta a otros. ¡Ciertamente no es una información que las Grandes Empresas Farmacéuticas quisieran que Ud. mantuviera en su memoria! Recuerde, el cuerpo produce sus propios químicos. ¡Eso es competencia! Pero las elabora de forma natural y de una muy alta calidad para el organismo.
El catedrático M. Eric Wright, de la Universidad de Kansas, comenzó a usar los primeros auxilios verbales en 1970, con dos grupos de técnicos médicos de emergencias. Se le dijo al grupo de control que continuara con el procedimiento normal de respuesta ante emergencias, pero al otro grupo se le dio un sistema de parámetros a seguir:
- Reduzca al mínimo estímulos externos, tales como reacciones de testigos del incidente. (Estas intromisiones pueden asustar o alarmar a la persona que sufrió el accidente y atentar contra los procesos de sanación del cuerpo)
- Diga un párrafo específico que incluya: “Lo peor ya pasó… [Dígale a su cuerpo que se preserve. Anime la curación y la pérdida limitada de sangre]… Usted está en una posición segura. Lo peor ya pasó.
- No hable demasiado sobre cualquier otra cosa.
Después de seis meses de seguir estos parámetros, los pacientes del grupo entrenado fueron admitidos en el cuarto de emergencia del hospital menos frecuentemente, permanecían un tiempo más corto en el hospital y experimentaron un índice de mortalidad mucho más bajo.
Muchos trabajadores en emergencia encuentran que estas sugerencias ayudan mucho, especialmente con problemas de respiración.
El conocimiento de los primeros auxilios verbales es importante para cualquier persona porque puede que algún día sea el único allí para ayudar a alguien que está pasando por una crisis médica.
Recuerde los siguientes principios:
- Céntrese en el momento actual: El mejor regalo que usted puede dar a alguien es su completa atención. Recuerde que usted está allí para ayudar a otro, no se preocupe por sí mismo. Vaya donde está la persona dañada, literal y figuradamente, haga que él o ella se sienta seguro. Por ejemplo, si la persona está caminando de un lado para otro, camine junto a él. En conjunto los ojos, el rostro y la voz pueden aliviar e inspirar. Si no sabes qué decir, está bien decir menos y ser una verdadera ayuda estando completamente presente y comprensivo.
- Deje que la persona dañada o enferma sepa que usted lo entiende: Transmita su condolencia y empatía. Asegúrese de nunca discutir sobre el sistema de creencias de una persona mientras realiza la curación verbal. Encuentre una manera de llevar a la persona a un estado curativo dentro de su propio sistema de creencias.
- Dé sugerencias curativas verbales, incluyendo la reafirmación de su seguridad: “Lo peor ya pasó.” “Respire tranquilamente conmigo.” “Usted está en un lugar seguro.” Asegure cosas realistas; recuerde, la persona se siente vulnerable pero aún puede diferenciar entre una exageración irreal y una afirmación con seguridad. Diga lo que desea que ocurra, no lo que quiere evitar. Por ejemplo, no diga “No vomite”, diga “Permita que tu estómago se sienta calmado y relajado”; en vez de decir “No se muera”, diga “Enfoca toda tu energía en sanar”. Si usted quisiera recitar un párrafo específico, puede encontrarlo por completo en el libro The Worst is Over: What to Say When Every Moment Counts (Lo Peor Ya Pasó: Qué Decir Cuando Cada Momento Cuenta), escrito por la profesora Prager y Judith Acosta.
Ya sea si usted es un terapeuta, enfermera o sólo un ser humano preocupado, lo que diga puede significar todo para una persona en una crisis. Simplemente sabiendo qué decir puede calmar la ansiedad, aliviar el dolor e iniciar la sanación. Estos mismos principios pueden ayudar en cualquier ocasión e involucra una emoción humana, o sea, un momento vulnerable.
Fuentes:
www.naturalnews.com/019386_verbal_first_aid_mind-body_medicine.html