Chile está en un proceso de cambios sociales, y en medio de esta contingencia el uso de “memes” es otra forma de lidiar con el acontecer nacional, utilizándolos para reírse y así disipar el estrés natural que puede provocar la incertidumbre.
Daniela Carrasco
Técnico en Enfermería Nivel Superior
Asesora en Aminas Nutrición
La risa se define como un acto involuntario (en la mayoría de los casos) y contagioso, impulsado y ejecutado por los músculos faciales. Se expresa totalmente al ejercer estímulos sobre el sistema nervioso. Está directamente relacionada con el sentimiento de felicidad y alegría y, por supuesto, alienta al pensamiento positivo frente a diversos hechos.
La risa como terapia o risoterapia canaliza la energía de las personas a través de la risa, para mejorar el estado físico y psicológico de quien la practique. Consiste en realizar ejercicios o circuitos de juegos en actividades grupales que siempre guía un monitor. Estos se pueden complementar con juguetes o música para inducir a un estado de relajo y comodidad plena, con el fin de liberar tensiones y transportar a la persona tratada a un estado de paz y tranquilidad, consigo misma y con el ambiente, tratando de hacer el diario vivir más llevadero.
¿Cómo beneficia al organismo?
Una risa profunda fortalece el corazón, dilata los vasos sanguíneos, mejora la circulación y la respiración, fortalece el sistema inmunológico, aumenta la producción de células “anticancerígenas”, es un relajante muscular, actúa como masaje interno aumentando el peristaltismo intestinal (contracción y relajación de los músculos) mejorando así el estreñimiento, reduce el estrés, aumenta la capacidad de alerta, potencia la memoria, y mejora la interacción personal y las relaciones sociales.
Pero el uso de esta técnica no es nuevo. Por ejemplo los bufones, ahora llamados payasos, eran bastante requeridos por reyes adinerados que buscaban distracción y entretención en sus palacios. Filósofos y sabios en épocas pasadas hacen mención también a este maravilloso acto natural, como Leonardo da Vinci y Jean de Bruyere, entre otros.
Bien dijo un doctor, “la risa es un verdadero desintoxicante natural capaz de curar o atenuar nuestros males y, además, no hay ningún peligro si se supera la dosis”.
Cuando reímos, activamos casi 400 músculos de nuestro cuerpo. Además, el ánimo positivo se multiplica, las ideas y la creatividad fluyen de manera natural y el cerebro se activa también. Con este simple ejercicio liberamos tensiones, experimentamos sensaciones placenteras, reducimos los niveles de estrés, oxigenamos los tejidos, reforzamos la seguridad en nosotros mismos y aumentamos nuestra autoestima. La risa, actúa como analgésico; 10 minutos de risa disminuyen por lo menos 2 horas de dolor.
¡Para poner en práctica!
Lo mejor es comenzar por casa: aprender a reírnos de nosotros mismos. Luego comenzar por lo cotidiano; el trabajo, por ejemplo, no puede ser tan malo si lo miramos desde el lado correcto. Las personas con más capacidad de aceptar críticas son también las más solidarias, resilientes, tolerantes, amigables, positivas y por supuesto las más risueñas y optimistas. Como dice el refrán, “no se ahogan en un vaso de agua”. En el ámbito laboral este tipo de personas no se frustra fácilmente y resuelve problemas con mayor rapidez y eficacia.
Pongámoslo en práctica, aprendamos de los niños, ellos son maestros en muchas cosas. Realicemos ejercicios de respiración y relajación, aceptemos las cosquillas y, por sobre todo, seamos felices, sin importar las circunstancias. Ahora ¡a reír!
Fuente:
Publicado originalmente en la Ed. 116, pág. 19 de El Guardián de la Salud.