La hierba de San Juan es una planta herbácea que podemos encontrar fácilmente en los márgenes de los caminos, jardines y prados. Su nombre se debe a que florece alrededor del 24 de junio, fecha en que celebramos a San Juan Bautista.
Fundación Chile (FCh) ha identificado que en el país existen zonas con características agroclimáticas adecuadas –únicas en el mundo– que favorecen el crecimiento de esta planta, aumentando el ciclo de vida del cultivo y su sanidad. Además, la baja humedad relativa que prevalece durante el verano, neutraliza la carga microbiológica de las partes vegetales destinadas a la cosecha, al punto de convertir a Chile en el exportador de la mejor Hierba de San Juan del mundo.
Todas las partes de la planta, excepto la raíz, son utilizables, y su recolección debe hacerse preferiblemente mientras está floreciendo.
Remedio natural contra la depresión y el acné
En usos internos, está indicada en el tratamiento de la ansiedad, depresión, terrores nocturnos, trastornos neurovegetativos asociados al climaterio, disquinesias biliares (dolor en los conductos biliares), espasmos gastrointestinales, gastritis, úlceras gastroduodenales, diarreas, colon irritable, asma, várices, hemorroides y fragilidad capilar.
En Alemania es la sustancia más recetada para casos de depresión, superando incluso a fármacos como el Prozac, porque según se ha demostrado, la presencia de hipericina le otorga propiedades antidepresivas. Sin duda, puede ser una esperanza para las personas que padecen de depresión leve o moderada y que reciben como tratamiento farmacológico peligrosos y adictivos antidepresivos sintéticos, porque la hierba de San Juan prácticamente no posee efectos secundarios.
Tónico nervioso: Su uso prolongado –entre 4 y 6 meses– constituye un tónico reparador del sistema nervioso. A diferencia de otros sedativos, no tiene efectos negativos por acumulación de toxinas en la sangre, sobre todo para el hígado.
Digestivo: Excelente remedio cuando aparece la acidez gástrica y sobre todo, en el tratamiento de la úlcera de estómago, diarreas y vómitos.
También se utiliza para las palpitaciones del corazón, el mal humor y otros síntomas de la menopausia, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el trastorno afectivo estacional (TAE).
Además, se ha probado su efectividad para el agotamiento, como ayuda para dejar de fumar, para la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica (SFC), las migrañas y otros tipos de dolor de cabeza, para los dolores musculares y de los nervios, para el síndrome de colon irritable, el cáncer y la hepatitis C.
Precauciones:
La hierba de San Juan NO debe usarse durante el embarazo y la lactancia, por su ligera acción útero-tónica. Asimismo, en el caso de que se pretenda quedar embarazada, el uso del hipérico parece ser contraproducente.
El uso interno de esta planta puede verse comprometido si se toman otros medicamentos, pues presenta incompatibilidad con algunos de ellos. De esta forma, lo recomendable es consultar con un profesional para ver la posibilidad de suspender estos fármacos al emprender tratamientos con la hierba de San Juan.
En usos externos, su riqueza en taninos ha convertido a esta planta desde la antigüedad en una de las mejores armas para la cicatrización de heridas y la curación de quemaduras o llagas. La podemos considerar como el antibiótico de la edad media, por la gran importancia que tuvo esta planta en la curación de las heridas de guerra. De hecho, en el siglo XVI se la llamó hierba de las heridas y posteriormente hierba militar.
Debe manejarse con precaución por su contenido de principios fotosensibilizantes: La exposición al sol de las zonas tratadas puede originar quemaduras, ya que la hipericina es un agente fototóxico.
En casa podemos usarla de dos formas:
En decocción: para 1 taza de agua agregue 1 o 2 cucharaditas de té de la hierba seca. Deje hervir durante 10 minutos y beba 3 veces al día.
El aceite de hipérico, se obtiene por la maceración de sus hojas en aceite de oliva. Su nombre en latín “Hipericum perforatum”, procede del griego hiper (sobre) y eikon (imagen); para los griegos era, por tanto, una planta con propiedades sobre lo imaginable. ¿Cuánto debo tomar? Lo recomendado es 3 ml, (una cucharadita de té) de aceite de hipérico tres veces al día.
Por todas sus propiedades, esta maravilla de la naturaleza es indispensable en el botiquín casero, ya que su aceite también calma dolores reumáticos o se puede aplicar inmediatamente después de sufrir un golpe, masajeando la zona afectada.
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