La depresión y la corrupción Vs el antidepresivo y la vaca

Por Gonzalo Carrasco, Director El Guardián de la Salud

 

Solo espero que las masivas protestas, junto con los despreciables y descontrolados hechos perpetuados por vándalos aprovechadores, que ocurrieron casi sin freno debido a la soberbia del gobierno, entreguen claridad sobre lo que real y profundamente estamos viviendo en Chile. Espero que salga a la luz lo que ha hecho estallar el descontento, y la ira que los ciudadanos han ido acumulando al ver tanta corrupción de parte de gobiernos, religiones, autoridades y grandes conglomerados económicos.

Ahora, una parte no menor del problema, tanto su causa como su desenlace, creo que tiene directa relación con los índices de depresión y ansiedad en Chile, los cuales, según la Organización Mundial de la Salud, están por sobre el promedio mundial.

De acuerdo a la Clínica Mayo, la depresión se define como “un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades”, afectando los pensamientos, sentimientos y, por consecuencia, el comportamiento.

Corrupción y falsas soluciones

Las farmacias en Chile venden los fármacos muy por encima de su valor real, además de coludirse para que, entre ellas, salgan todas beneficiadas a costa de los bolsillos de quienes creen ciegamente encontrar alivio en estas drogas que, además de ser ilusiones caras, son altamente adictivas.

El título de esta editorial se debe a lo que hemos podido extraer como síntesis de una historia sobre la depresión y la ansiedad, que compartió Johann Hari en una charla TedTalk:

Hari no entendía por qué existe tanta depresión y ansiedad hoy en día. ¿Por qué con cada año que pasa a más y más de nosotros nos cuesta lidiar con el día a día?

Él mismo padecía estos trastornos y los médicos le decían que se debía a un desequilibrio químico a nivel cerebral. Y obviamente le recetaron fármacos. Pero luego de un tiempo volvía esa sensación de dolor emocional, que era como si saliera desde dentro de su ser.

Según el médico, debía aumentar la dosis del fármaco. Y aún así seguía volviendo esa sensación de un dolor que brotaba desde dentro.

El tema de los desequilibrios químicos a nivel cerebral es una manera demasiado simplificada de abarcar estas problemáticas. Hari viajó por el mundo visitando expertos en depresión y ansiedad, descubriendo que se han comprobado 9 causas para estos males, y solo 2 de ellas tienen que ver con un desequilibrio químico relacionado a la genética, alguna predisposición hereditaria o algún cambio real a nivel cerebral.

Las otras 7 tienen relación con factores de la vida que pueden ser tratados sin fármacos. Es decir, la mayoría de los factores no están en nuestra genética, sino que son factores relacionados con la forma en que vivimos.

Por ejemplo:

  • Si te sientes solo es más probable que te deprimas.
  • Si cuando vas al trabajo no tienes prácticamente ningún control sobre lo que haces, también es más probable que te deprimas.
  • Si no tienes suficiente contacto con la naturaleza también.
  • Y así otras situaciones más que de seguro te puedes imaginar…

Aparte de las necesidades básicas como alimento, abrigo, etc., cada ser humano tiene necesidades psicológicas básicas: sentir que perteneces, que tu vida tiene significado y propósito, que eres visto y valorado, que tienes un futuro que te hace sentido.

Ahora, esta cultura que hemos construido es buena en muchas cosas, muchas cosas son mejores que en el pasado y Hari deja en claro que él se alegra de estar vivo ahora, pero a la vez, enfatiza que nos hemos vuelto peores en cuanto a satisfacer nuestras profundas necesidades psicológicas (que de seguro abarcan también lo espiritual).

La vaca antidepresiva

Hari cuenta que le costó mucho cambiar su forma de pensar acerca de su depresión y dejar de verlo como algo que solo estaba en su mente, para poder considerarlo como algo que era producto de muchas causas relacionadas a la forma en que estamos viviendo todos.

Así, la claridad de un psiquiatra en Sudáfrica lo hizo comprender. Le habló de algo que pasó en Cambodia en el 2001, cuando recién introdujeron los antidepresivos químicos. Ahí los médicos locales nunca habían conocido tal cosa y cuando él como psiquiatra les habló de estos fármacos, ellos le respondieron que no los necesitaban porque ya tenían antidepresivos. Él pensó que le iban a hablar de algún remedio herbal tradicional como la hierba de San Juan, el ginkgo biloba o algo así. Pero en vez, le contaron una historia:

Había un granjero en su comunidad que trabajaba en los campos de arroz. Y un día pisó una mina terrestre que había quedado de la guerra con los EE.UU. y le voló la pierna. Los médicos le dieron una pierna ortopédica y después de un tiempo él pudo volver a trabajar en los campos de arroz. Pero aparentemente es superdoloroso trabajar bajo el agua cuando tienes una prótesis, y probablemente también era bastante traumático volver a trabajar en el mismo campo donde ocurrió la explosión que le quitó la pierna.

El hombre comenzó a llorar todo el día. No quería levantarse de la cama y desarrolló todos los síntomas clásicos de una depresión. “Fue entonces cuando le dimos un antidepresivo”. Explicaron que fueron y se sentaron con él, lo escucharon, y se dieron cuenta de que su dolor tenía sentido, en realidad tenía causas dentro de su vida perfectamente comprensibles.

Uno de los médicos comenzó a hablar con las otras personas dentro de la comunidad y les dijo: “Si le compráramos una vaca a este hombre, él podría volverse un lechero y ya no estaría en esta posición que tan mal lo ha dejado y no tendría que ir a trabajar en los campos de arroz”. Así que le compraron una vaca.

Dentro de un par de semanas su llanto se detuvo, y dentro de un mes su depresión había desaparecido. “Así que, como ves, esa VACA fue un antidepresivo. A eso te refieres, ¿cierto?”

Ciertamente los chilenos no sufrimos todos de depresión, ni estamos carentes de antidepresivos, como nos quieren hacer creer. Más bien, como aquel granjero con su prótesis, nos encontramos soportando políticas con hechos deshonestos y promesas vacías, que aumentan los problemas típicos de una sociedad cada vez más mecanizada y menos humana. La corrupción escandalosa ha rebalsado los depósitos de ira de muchos que hoy ya no creemos en el sistema médico-farmacéutico, en la educación, en el sistema de pensión y, mucho menos, en los políticos en general.

Y me atrevo a decir que nuestra vaca está en Dios, quien puede ayudarnos aumentando nuestra sabiduría para poner en el poder a gobernantes que cumplan con los requisitos de integridad y que contribuyan con buenas decisiones a cambiar el rumbo de nuestro hermoso país hacia algo mejor. Pero por sobre todo, es Dios quien nos puede dar un corazón valiente y fuerte que nos ayude a detener a quienes, por maldad, se aprovechan y destruyen edificios y herramientas dentro de la sociedad que nos aportan y que tanto ha costado tener, poniendo en duda la decencia de la gran mayoría de nosotros.

Hemos querido enfocar esta edición a todas las temáticas de salud que pueden verse provocadas o exacerbadas por los sucesos que hemos estado viviendo a nivel país.

Un abrazo y muchas gracias a nuestros lectores que nos contactaron mostrando su preocupación. Si Dios así lo quiere, será ¡hasta la próxima!

 

 

 

 

Esquizofrenia y la vitamina B3

 

Por equipo GS

 

El Dr. Abram Hoffer es un hombre que, podríamos decir, cambió para siempre la medicina, especialmente la psiquiatría. Desde hace 60 años, él y sus colegas comenzaron a curar pacientes esquizofrénicos. Así como lo lee; mientras la medicina convencional insiste en tildar esta enfermedad de incurable, sus 30 libros y más de 600 artículos científicos dan cuenta de los miles de pacientes tratados con éxito y sanados de esquizofrenia bajo la premisa “la esquizofrenia es la dependencia de vitamina B3”.

 

En su autobiografía recuerda que lo último que quería en el mundo era convertirse en psiquiatra, que en ese entonces era la rama menos respetada de la medicina. Su acercamiento al mundo de la esquizofrenia y el posterior desarrollo de la psiquiatría ortomolecular fueron el resultado de una serie de eventos que él no eligió.

 

En 1950, el Dr. Hoffer comenzó a organizar la división de investigación en psiquiatría del gobierno de Saskatchewan, quienes estaban muy esperanzados de llevar al Hospital de Salud Mental al siglo XX. “Mi jefe era muy comprensivo, a pesar de no entender mucho lo que hacíamos. El Dr. Humphry Osmond se nos unió, desde Inglaterra. Él y John Smythies habían elaborado la hipótesis de que en los pacientes con esquizofrenia había un químico con las propiedades psicológicas de la mezcalina y relacionado de alguna forma con la adrenalina. Eso me hizo mucho sentido y nos dio un mapa para seguir la búsqueda de una toxina alusiva a la esquizofrenia. Sin una escuela de medicina que dictara los paradigmas de nuestra investigación, desarrollamos la hipótesis del adrenocromo, que dice que la adrenalina se oxida como adrenocromo y eso ocasiona la enfermedad”, relata.

De ahí pudieron deducir que se podrían utilizar grandes dosis de vitamina B3 y vitamina C para realizar terapias a sus pacientes. Los primeros en recibir el tratamiento de niacina (B3) en megadosis respondieron muy bien. Y los primeros casos de personas sanadas de esquizofrenia comenzaron a surgir, gracias a la terapia ortomolecular. Seguir la hipótesis del adrenocromo les permitió además direccionar otras investigaciones hacia áreas fructíferas, como el descubrimiento de que la niacina reduce los niveles de colesterol, además de encontrar mejores formas de tratar al paciente mental.

“Mis colegas y yo demostramos que la niacina bajaba el colesterol total en un estudio de 1954 y nos deberían haber dado un premio por eso. Pero, por supuesto, la niacina no es una droga y no se puede patentar, y por lo tanto nuestro descubrimiento permanece como una gran molestia para las farmacéuticas que no han sido capaces de descubrir nada que sea sano y efectivo. Es destacable que la niacina es lo mejor para los niveles de lípidos en sangre y también para las psicosis. La naturaleza no es tonta”, cuenta.

Lamentablemente, la Asociación Americana de Psiquiatría y el Dr. Hoffer no se llevan bien, y su Comité de Ética ha tomado esas investigaciones y las ha desacreditado lo más posible. En palabras del propio Dr. Hoffer, “luego de que Linus Pauling publicara su informe en la revista Science, en 1968, la Asociación Americana de Psiquiatría efectivamente mató el interés en el uso de vitaminas para tratar la enfermedad mental (…) Ellos tienen mucha responsabilidad en evitar que un tratamiento que habría salvado a millones de pacientes de sufrir los terribles efectos de la esquizofrenia crónica sea usado por todos (…) tal como una vez la psiquiatría fue cautivada por el psicoanálisis, ahora es cautivada por las farmacéuticas (…) está prejuiciada y no hay evidencia suficiente para persuadir a quien no quiere escuchar”.

Los supuestos peligros de la terapia con niacina

Existen datos compilados por la Asociación Americana de Centros de Control de Venenos (AAPCC) que indican que, durante los últimos 25 años, ha habido un total de una o dos muertes atribuibles a la niacina. Es más, la comunidad médica tradicional afirma que altas dosis sostenidas de niacina pueden elevar la función hepática en exámenes, y eso es evidencia de daño.

La respuesta del Dr. Hoffer a estas afirmaciones son muy claras:

“No han habido muertes por niacina, jamás. La LD 50 (dosis peligrosamente alta) para perros es de 6.000 mg por kilo de masa corporal. Eso equivale a 225.000 mg de niacina, y ningún humano consume esa cantidad sin sentir náuseas mucho antes de alcanzar esa dosis. La mayor dosis de niacina que conozco fue una chica de 16 años con esquizofrenia que tomó 120 tabletas (de 500 mg) en un día. Eso es 60.000 mg de niacina. Las “voces” que había estado escuchando en su cabeza se fueron inmediatamente. Luego siguió tomando 3.000 mg al día para mantener el bienestar”.

“La niacina no es tóxica para el hígado. La terapia con niacina incrementa las funciones hepáticas en exámenes. Pero esta alza significa que el hígado está activo. No indica una patología hepática subyacente. El Dr. Bill Parsons argumentaba muy bien esto en su libro sobre niacina y colesterol (Cholesterol Control Without Diet). Personalmente he estado tomando 1.500 a 6.000 mg diarios desde 1955. El peligro más grande de tomar niacina es que se vive más tiempo. Uno de mis pacientes tiene 112 años. El miedo que tienen los doctores a la niacina no se basa en datos o hechos y, como cualquier mito, es difícil de erradicar”.

3 formatos de niacina (vit. B3)

Para la esquizofrenia tanto la niacina (ácido nicotinico) como la niacinamida son igualmente efectivas. El inositol hexaniacinato igual funciona, pero no es tan efectivo. Mientras que para el control de colesterol, sólo la niacina (ácido nicotinico) y el inositol hexaniacinato pueden bajarlo, la niacinamida no.

¿La medicina ortomolecular funciona siempre?

Según el doctor Hoffer, para los esquizofrénicos, la tasa de recuperación con medicina ortomolecular es de 90%. Con drogas, sólo el 10%. Si sólo usan drogas, no mejorarán. Esto se debe a que las enfermedades mentales generalmente son bioquímicas. Son desórdenes de la función cerebral. La esquizofrenia es la dependencia de vitamina B3 (niacina). No es una deficiencia, es una dependencia.

“Abram Hoffer falleció el 27 de mayo del 2009. Gracias al Dr. Hoffer, la medicina jamás será la misma. Ése será el mejor de los legados”. (Andrew Saul*)

*Andrew Saul (PhD) tiene 38 años de experiencia en educación en salud natural. Su famoso y gratuito sitio web educativo www.doctoryourself.com es revisado por sus pares y es la mayor fuente de investigaciones en salud natural no comerciales de Internet.

Fuente: www.doctoryourself.com/Hoffer2009int.pdf

 

¿Tienes ganas de leer sobre este tema?

Aquí te entregamos una lista de aquellos libros más recientes y los más recomendados para quienes recién se adentran en los campos de la medicina ortomolecular:

–   Cómo Vivir con Esquizofrenia (How to Live With Schizofrenia)

–   Juntando Todo: La Nueva Nutrición Ortomolecular (Putting It All Together: The New Orthomolecular Nutrition)

–   Sanando la Esquizofrenia. Tratamientos Complementarios de Vitaminas y Drogas (Healing Schizophrenia. Complementary Vitamin & Drug Treatments)

–   Sanando Desórdenes de Atención y Comportamiento en Niños: Tratamientos Complementarios Nutricionales y Psicológicos (Healing Children’s Attention & Behavior Disorders: Complementary Nutritional & Psychological Treatments)

–   Medicina Ortomolecular para Todos (Orthomolecular Medicine for Everyone)

–   La Cura Vitamínica para el Alcoholismo (The Vitamin Cure for Alcoholism)

 

También te invitamos a leer un especial completo sobre Salud Mental en Revista Soluciones Nº7: Estrés, Alzheimer, memoria, depresión y más, encuéntrala AQUÍ

https://aminas.cl/aminas.cl/producto/niacina-pura/

 

 

 

 

Estrés y fatiga crónica… Descubre su relación

Carolina Pérez A.

Editora de Soluciones

 

La fatiga crónica, es decir, el cansancio constante con sus múltiples síntomas debilitantes, afecta a hombres y mujeres de todas las edades, incluso a adolescentes. Estas personas experimentan una falta de energía permanente que no les permite siquiera realizar tareas mínimas sin sentirse agotados, quedando incapaces de lidiar con la vida. Incluso el cuerpo y sus funciones básicas se ven mermadas, como la digestión de los alimentos, la construcción de tejido muscular, el pensamiento coherente, el goce y el disfrute, etc.  Pero, ¿alguna vez te has cuestionado cuál es la verdadera causa de esta condición? Bueno, quizás te sorprendas, pero el culpable es el estrés.

5 principales categorías de estrés

1. De sobrevivencia física o de necesidades básicas de la vida: insuficiente agua, abrigo, dinero, etc.

2. Bioquímico: falta de sueño, desequilibrios hormonales, desnutrición, medicamentos, demasiada cafeína o estimulantes, etc.

3. Mental: compromisos laborales, plazos de entrega, constante presión en el trabajo, en la universidad, pensamiento o análisis excesivo, etc.

4. Ambiental: contaminación acústica y toxicidad química del ambiente, o toxicidad química repentina por una filtración de mercurio de una amalgama en una pieza dental o por la inhalación de vapores de pintura, por ejemplo.

5. Emocional: todo lo que tenga que ver con las relaciones interpersonales, contacto humano (familia, amigos, etc.), amor y vínculos.

 

El estrés, ya sea mental o emocional, produce estragos en nuestro sistema mental/corporal con síntomas debilitantes, en particular, si es prolongado.

Pero… ¿qué tiene que ver el estrés con la fatiga crónica?

¡Todo! De acuerdo al Dr. Hans Selye –también conocido como ‘el padre de la respuesta al estrés’, por ser el primer médico en explicar en profundidad la respuesta del Síndrome de Adaptación General–, el estrés constante conduce a fatiga crónica, y si no se trata, puede resultar en una falla adrenal total e incluso en falla cardíaca.

Dolor de cabeza, insomnio, hipertensión, ansiedad/ataques de pánico y enfermedades renales y cardiovasculares son todas condiciones producidas por el estrés, afirma el Dr. Selye.

Para entender cómo y por qué se produce la fatiga crónica, necesitamos tener una comprensión básica de las funciones de las glándulas adrenales. Estas son glándulas del tamaño de una nuez ubicadas arriba de cada riñón. Su propósito es ayudar al cuerpo a lidiar con el estrés y a sobrevivir.

Las glándulas adrenales son importantes centros de control para muchas hormonas del cuerpo. La capa externa de la glándula, llamada corteza adrenal, produce hormonas como cortisol, DHEA, estrógeno y testosterona. Los centros de las glándulas producen adrenalina, la hormona por la que reciben su nombre.

La tarea básica de las glándulas adrenales es utilizar todos los recursos del cuerpo y ponerlos en el modo “pelear o huir”, aumentando la producción de adrenalina y otras hormonas. Cuando están saludables, frente a un estímulo de estrés, las adrenales pueden aumentar de manera instantánea los latidos cardíacos y la presión sanguínea, liberar almacenamientos de energía para uso inmediato, retardar la digestión y otras funciones secundarias, y agudizar los sentidos.

Cuando estamos estresados, las glándulas adrenales producen cortisol en exceso. El cortisol también es llamado la hormona de la muerte, debido a que en exceso es altamente tóxica y cataboliza (literalmente destroza) la masa muscular para obtener energía, reduce la fuerza y la velocidad de recuperación, y hace que las personas sean incapaces de lidiar con la vida diaria. La fatiga adrenal también conocida como fatiga crónica, se produce cuando la cantidad de estrés excede la capacidad que tiene nuestro cuerpo de recuperarse de los desafíos estresantes.

Y esa lista de desafíos físicos, mentales y emocionales es interminable. Como resultado, las glándulas adrenales están en constante alerta y es cuando comienzan a manifestarse los siguientes síntomas, todos directamente relacionados al estrés: falta de memoria, libido baja, aumento de peso, falta de energía durante todo el día, necesidad de café o de otros estimulantes para partir el día, dolor en la espalda o en el cuello sin razón aparente, depresión leve, alergias alimentarias, piel seca y delgada, hipoglucemia (azúcar sanguínea baja), nerviosismo, palpitaciones y pérdida de cabello.

El efecto destructivo de altos niveles de cortisol

En su función normal, el cortisol nos ayuda a sobrellevar los desafíos estresantes, convirtiendo las proteínas en energía, liberando glicógeno y contrarrestando la inflamación.  Por un tiempo breve, esto está bien. Pero cuando se mantienen los niveles, el cortisol gradualmente desgasta el cuerpo.

El estrés aumenta los niveles de cortisol y esto afecta no sólo el cuerpo, sino también la función cerebral completa, reduciendo nuestra capacidad de enfocarnos/concentrarnos y recordar cosas.

Es importante enfatizar el rol de los factores emocionales. Culpa, dolor a causa de un triste pasado o presente, hábitos autodestructivos, problemas sin resolver, frustración, ira, tristeza, apatía, etc. tienen un efecto sumamente debilitante en nuestros sistemas mental/corporal, y fuerzan a las adrenales a liberar más hormonas de estrés.

En resumen, nuestra capacidad de lidiar con el estrés –ya sea físico o emocional– es la piedra angular de nuestra sobrevivencia humana. Nuestras glándulas adrenales están equipadas para repeler y modular todo el estrés. Cuando estas glándulas se vuelven disfuncionales y/o se agotan, la capacidad de nuestro cuerpo de manejar el estrés se reduce, y surgen entonces los múltiples síntomas.

Para lograr una recuperación completa, es necesario que identifiquemos el estrés emocional o mental que estamos sintiendo, reconociendo el impacto que éste tiene en nuestra mente/cuerpo. Equilibrar el estrés nos permite responsabilizarnos de nuestros síntomas y asumir nuestro propio proceso de sanación.

Cómo equilibrar la fatiga crónica

1. Equilibrar y proporcionar al cuerpo la nutrición adecuada. Una buena nutrición se convierte en una fuerte base bioquímica para los sistemas mental/corporal, lo que permite manejar mejor el estrés.

2. Al mismo tiempo, reconocer y equilibrar los temas mentales/emocionales subyacentes, junto con los patrones de comportamiento que obviamente drenan energía de la mente y el cuerpo.

3. Mantener una función adrenal apropiada. Para esto es de suma importancia mantener constantes los niveles de azúcar en sangre durante todo el día. Para ello:

a. Come dentro de la primera hora después de despertar. Es importante desayunar comidas altas en proteína junto con un poco de carbohidratos y grasas saludables. Huevos, quesos, jamón de pavo, carnes orgánicas libres de hormonas, junto con tostadas de pan integral, son una buena opción.

b. Come antes de sentir mucha hambre, para que no se produzca hipoglucemia (baja azúcar en sangre), lo que pone un estrés adicional a las glándulas adrenales.

c. Evita consumir más carbohidratos que proteínas, ya que los carbohidratos en exceso causan una sobre secreción de insulina, conduciendo a menudo a intervalos de hipoglucemia. Una ingesta excesiva de carbohidratos también conduce a una secreción excesiva de cortisol, lo que contribuye al agotamiento adrenal.

4. Elije y consume suficientes grasas adecuadas:

Cuando se trata de equilibrar la fatiga crónica, las grasas correctas en la dieta son muy importantes y algunas personas necesitan entre 15-30% de grasa en cada comida. Las mejores grasas son las presentes en la yema de huevo, los omega 3 en pescados grasos como el salmón, la mantequilla de campo, la palta y la leche de coco. La grasa debería ser parte de cada comida, ya que en presencia de carbohidratos y almidón, ésta baja el aumento repentino de insulina en el torrente sanguíneo ocasionado por los carbohidratos.

5. Evita y reemplaza los estimulantes:

Para la mayoría de las personas, lo más difícil es dejar el café, el té negro y el azúcar o las bebidas energéticas (contienen guaraná/cafeína) en esos momentos en los que ansían tener energía. Sin embargo, una taza de café por ejemplo, puede mantener tus niveles de cortisol altos por hasta 18 horas en tu organismo. Básicamente, el café sólo se suma al estrés en tu sistema nervioso central, ya que activa la respuesta pelear/huir del sistema nervioso simpático (SNS); y una constante sobre estimulación al SNS es lo que crea la fatiga crónica en primer lugar.

En vez de café, disfruta de ricas tazas de té verde o cacao orgánico con stevia. Ambas bebidas son muy altas en antioxidantes y ayudan a elevar la energía en el cuerpo sin sobre estimularlo. Evita el azúcar y todos los dulces derivados, ya que aumentan los niveles de azúcar sanguínea muy rápido y exacerban aún más los problemas de las glándulas adrenales.

Cómo manejar el estrés emocional/mental

Para equilibrar el estrés emocional/mental subyacente es importante que te hagas un tiempo para descansar, para divertirte, para sentir placer y de esta manera desconectarte por unos momentos de los problemas que te agobian. Puede ser un tiempo en contacto con la naturaleza o simplemente en algún lugar tranquilo que te permita reflexionar.

Debes tomar breves descansos de 5-10 minutos en cada instante del día que sientas la necesidad. Estos descansos son el mejor remedio, ya que ayudarán a que tu cuerpo recupere un poco de energía.

Es bueno que dediques también 20 minutos diarios a la reflexión, donde obligues a tu mente a pensar en cosas agradables, tratando que tu respiración sea profunda pero pausada, es decir, dándole a tu cuerpo descanso y relajación, que es lo que necesita para recuperarse.

Al tratar con tus emociones, es importante que sólo las aceptes sin analizarlas en profundidad, controlarlas o tratar de arreglarlas, ya que esto crea más tensión, lo que suma más estrés. También crea una lucha interna con lo que experimentamos, y justamente es esta necesidad de controlar nuestros sentimientos y sobre analizarlos lo que puede crear la fatiga crónica en muchas personas que no están conformes con sus propias emociones.

En conclusión, la recuperación completa de la fatiga crónica requiere un enfoque integral aplicado simultáneamente. Primero, equilibrar la fuga de energía con una nutrición apropiada para apoyar a las glándulas adrenales y suministrar energía al cuerpo y segundo, equilibrar las emociones de temor/ansiedad/ira que son las que causan la mayor fuga de energía del cuerpo, y no nos permiten ser feliz.

 

Otros factores que contribuyen al estrés

  • Divorcio, muerte de algún ser querido, ansiedad, vergüenza o temor, sensación negativa hacia uno mismo
  • Excitación
  • Aburrimiento, falta de actividad o interés
  • Fatiga extrema
  • Falta de sueño adecuado y regular
  • Nutrición deficiente (comer comida chatarra o saltarse comidas)
  • Hipoglucemia (baja azúcar sanguínea)
  • Consumo de alcohol
  • Calor y/o humedad
  • Consumo de grandes cantidades de comidas o bebidas de una vez
  • Alergias
  • Ciclo menstrual
  • Vejiga demasiado llena (por retención de orina)
  • Estreñimiento
  • Fiebre, resfríos, infecciones
  • Abuso de drogas, especialmente las estimulantes tales como el PCP (clorhidrato de fenciclidina) y las anfetaminas
  • Abstinencia de drogas relajantes como barbitúricos, valium o alcohol
  • Desorden en las dosis de medicamentos (debido a la dependencia)
  • Intoxicación por medicamentos (demasiada cantidad)
  • Estimulación sensorial tal como un ruido fuerte o un flash de luz repentino

Otras técnicas para manejar el estrés

  • Descubre métodos para reducir tu estrés con:
  • Terapia musical, especialmente música clásica como Mozart.
  • Técnicas de relajación.
  • Técnicas de autoconocimiento y crecimiento personal.
  • Ejercicio: Dale a tus células y cerebro una cantidad óptima de oxígeno haciendo cualquier tipo de ejercicio aeróbico; es decir, que acelere los latidos de tu corazón: baile, caminata enérgica, trote, bicicleta, etc. Por lo menos 3 veces por semana.
  • Sueño adecuado: Asegúrate de dormir la cantidad de horas que tu cuerpo necesita (entre 7 y 8 horas para la mayoría de las personas), y duerme siesta si te falta descanso o te sientes estresado.
  • Nutrición: Sigue una dieta saludable, asegurándote de consumir muchas verduras, proteínas y frutas. Elimina o reduce la ingesta de azúcar, carbohidratos refinados (principalmente con harina blanca), sal, alcohol y cafeína. No te saltes comidas. Asesórate acerca del consumo de suplementos naturales tales como vitaminas del complejo B, lecitina, vitamina C, aminoácidos y calcio/magnesio.

 

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Efectos mentales de la actividad física y cómo aprovecharlos

Por Gonzalo Carrasco / Coach deportivo

 

Quisiera comenzar con una frase que alguna vez leí: “Y si no cuidas tu cuerpo, ¿dónde vas a vivir?”

No espere llegar al final del camino, como muchos que dicen: “la juventud es un error, la adultez es una lucha y la vejez es un pesar”.

Mi abuelo nunca permitió que le dijéramos viejo, y era un hombre sabio y alegre.

En alguna edición anterior, dijimos que hay dos tipos de edades: biológica y cronológica. La edad biológica, la más importante, podríamos dividirla en física (motor) y psicológica (el piloto), que están íntima y directamente relacionadas (depende del conductor, el rendimiento y funcionamiento del motor).

La edad física hace referencia al estado y desgaste corporal, y la psicológica a la edad con que uno se siente psíquicamente, así como a los pensamientos y emociones habituales.

Ahora describiremos tres beneficios no físicos que produce el ejercicio en ese alguien que pilotea, que va al volante (el ser detrás del disfraz).

-Hacer ejercicios hace que piense en cómo complementar los resultados.

El ladrón pensó en robar antes de hacerlo, usted piense en cómo lograr sus metas. También se ha visto en estudios que el ejercicio ayuda a mejorar la capacidad de memoria.

-Al inscribirse en un gimnasio, sede, club, asociación, etc., logrará comunión. Sociabilizar es mucho más fácil y sano en estos lugares, pues comparten más de un interés.

-Realizar una actividad que le guste (como cantar, bailar, caminar, etc.) además de combatir el estrés, también combate la depresión.

Interesantemente, esto también fortalece los huesos. El corazón alegre constituye buen remedio, mas el espíritu triste seca lo huesos (Proverbios). El conflicto de autodesvalorización puede llegar a gatillar hasta la osteolisis, o agujeros en los huesos (Dr. Hamer). Lo mismo para la musculatura externa o estriada.

Si se está preguntando cómo lo hago, aquí van algunos pasos básicos:

1º Si sufre enfermedades, converse con su terapeuta o médico, y que él de su aprobación para iniciar el programa.

 

2º Fije objetivos y seleccione sus preferencias, esto determinará la actividad física a realizar. Por ejemplo, si le gusta el fútbol, comience por buscar un grupo que lo practique; si le gusta bailar, hay academias y talleres en gimnasios, teatros y programas municipales.

 

3º Fije objetivos realistas, a estos póngales plazo para autoevaluarse, a corto (3 meses), mediano (1 año) y largo plazo (2 años y más).

4º No se apresure. En cada ejercicio busque corrección de los movimientos hasta dominarlos a la perfección. Si trabaja con pesos, entonces que sean ligeros aumentándolos gradualmente. No olvide calentar  5 a 10 minutos con caminata o bicicleta estática antes de la sesión, y elongar lentamente antes y después de cada sesión.

5º No haga sesiones largas. Las sesiones cortas lo mantendrán motivado, y evitará la fatiga muscular y mental. A los músculos y a la mente hay que mantenerlos ‘estimulados’ y no agotados. Las sesiones ideales para esto son entre 30-40 minutos. Actividades más intensas son efectivas con 30 minutos, 3 veces por semana.

 

 

6º  Varíe ejercicios y/o lugares donde los realiza.

7º  Siempre mantenga la respiración fluida, no retenga el aliento.

En una buena película escuché: “si este viaje va a ser el último, entonces tiene que ser el mejor”. Una forma de lograrlo es haciendo ejercicio, a su propio ritmo, pero hacia adelante.

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