Por Chepita Fuentes Naturópata Hortelana, Guardiana de la Salud
Queridos lectores, con esta oleada de días calurosos en la zona central, y sin saber cómo se presentará el verano, y para colmo con el sistema nervioso alterado con todo lo que los chilenos estamos viviendo, nosotros, los de la tercera edad, somos quienes más lo resentimos. Nuestras várices y las almorranas se dejan notar por un sistema circulatorio trabajando en forma deficiente. Por mi parte, siento las piernas pesadas, con picazón intensa, arañitas azules y saliéndose esos cordones morados antiestéticos. Por primera vez a mis 81 años veo asomarse algunos. Y he sentido cansancio y falta de agilidad.
Sumí mi cabeza en el baúl de mi abuelita buscando sus múltiples secretos y, revisando también mis apuntes (cajas de cuadernos escritos), me puse manos a la obra con un sencillo y barato tratamiento que me alivió de inmediato.
Por la noche, mezclé 1 taza de avena con dos tazas de agua fría, revolví bien y dejé la pasta en el refrigerador toda la noche. Al otro día, después de una intensa mañana de trabajo, almorcé liviano y me acosté a mi siesta (obligatoria para mí que despierto como a las 5 a.m.). Impregné unas telas que uso para cataplasmas (también pueden ser vendas), con el preparado lo más helado posible y me las apliqué en mis piernas, cerca de la rodilla donde se me estaban asomando unas venas. Reposé mi siesta con los pies más elevados que mis hombros. Lo hice 5 días seguidos y ahora lo hago dos a tres veces por semana solamente.
Por las mañanas y por las noches, acostada, hago los siguientes ejercicios: Con las piernas estiradas girando el tobillo, muevo de un lado al otro las puntas de los pies; después de adelante para atrás y finalmente hago círculos. Luego, levantando las piernas hago bicicleta y termino masajeándome las piernas desde la punta de los pies hasta llegar a los muslos, siempre hacia arriba con aceite de coco o de oliva.
Antes del mes, ya no tengo arañitas, y los pequeños cordones que estaban asomando ya no están. Tomo, además, tres veces al día, 20 gotas disueltas en un poco de agua de un compuesto de hamamelis con castaño de Indias.
Y aunque tuve que hacer un viaje al sur largo y pesado, no sentí ninguna molestia.
Recomiendo esto para las personas que trabajan sentadas, y para toda persona que tenga una circulación deficiente. Y no se olviden de tener una alimentación sana. Yo consumo frutas, verduras y semillas, nada más y me mantengo sanita. Me refuerzo con nutrientes que compro en Aminas Nutrición por ser naturales: vitaminas C y E, omega 3 y 9, vitamina D3, magnesio, clorofila, complejo B, etc. Doy vueltas el año alternando estos nutrientes.
Les dejo mis mejores deseos de salud y felicidad durante estos ajetreos de fin de año. ¡Dios bendiga a todos nuestros lectores!
Encuentra este artículo en la Edición 187 de El Guardián de la Salud Digital
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