Estoy lavando mis zapatillas con las que hago mis caminatas que me mantienen saludable y ágil, y me han hecho recordar que todavía no les doy a ustedes mi secreto de abuela para lavarse los pies después de esas caminatas, donde la transpiración invade el ambiente.
La ducha no es suficiente, por lo que si tiene tiempo es recomendable que se haga además un lavado especial de pies; ellos se lo merecen, nos llevan a todas partes y generalmente son mal cuidados.
Este lavado refresca, desinfecta, desodoriza, es especial después de una caminata o de un largo paseo, y su efecto dura varios días.
En una palangana llena de agua tibia que cubra sus pies, agregue el jugo de un limón, tres cucharadas de sal de mar y tres cucharadas razas de bicarbonato.
Sumerja sus pies y lea un libro, vea televisión o haga cualquier cosa que lo entretenga y le haga olvidarse de sus extremidades. Deje que sus pies se relajen unos 15-20 minutos y cuando finalice el tratamiento ojalá no los seque con un paño, sino con el secador de pelo, especialmente entre los dedos.
Luego aproveche esa agua para hacerle un enjuague por dentro a sus zapatillas o calzado que esté usando. Si no los puede mojar por fuera, empape una esponja y pásela por dentro para desinfectar y desodorizar también el calzado.
¡Y así será muy agradable estar a su lado a pesar de la caminata!