Por Ruth Modra, Naturópata Holística / Editora Ejecutiva del Guardián de la Salud
Investigadores del Instituto de Cáncer Roswell Park en Buffalo, EE.UU, descubrieron que comer tan solo tres porciones pequeñas de vegetales crucíferos crudos por mes, tales como brócoli y repollo, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de la vejiga en un asombroso 40%.
No obstante, cabe destacar que los investigadores no encontraron una ventaja protectora en comer la misma cantidad de vegetales crucíferos cocidos. Esto indica que las características anticáncer de los vegetales crucíferos son destruidas al cocinarlos. Los alimentos cocidos carecen de la medicina natural que tienen los alimentos crudos.
Por años, la medicina convencional ha pasado por alto a los alimentos crudos, diciendo que no tienen absolutamente ningún efecto sobre la salud en el cuerpo humano. Lo que estamos encontrando hoy es que los alimentos crudos no sólo son una buena medicina, sino que de hecho son la MEJOR medicina para casi todas las enfermedades importantes que hoy devastan la civilización occidental.
Los vegetales crucíferos, también conocidos como vegetales de la familia de la mostaza o de la col, se conocen por ser altos en elementos importantes tales como vitamina C y selenio, y también contienen centenares de compuestos que se sabe combaten el cáncer. Uno de estos grupos, los isotiocianatos, ha generado enorme interés en los últimos años como una medicina anticáncer proporcionada por los alimentos. La familia de la col no sólo incluye repollo, brócoli y coliflor, también coles de Bruselas, berro, rábano, rábano picante, mostaza, nabo y otros.
Los isotiocianatos inhiben el cáncer y el desarrollo de tumores bloqueando directamente la acción cancerígena de los radicales libres.
Evitan que los radicales libres ataquen las células sanas y las vuelvan cancerosas. Una variedad específica, fenetil isotiocianato, ha demostrado inducir la muerte celular en ciertas variedades de cáncer, incluyendo los que son resistentes a las drogas de la quimioterapia. Por su parte, los oncólogos siguen indignados insistiendo que los pacientes con cáncer no deben utilizar alimentos para tratar su enfermedad. Así como tampoco permitieron al Dr. Max Gerson trabajar tranquilamente con su terapia.
«No es que no lo entiendan, el problema es que las sustancias naturales son la competencia y no pueden ser patentadas ni controladas.»
Las frambuesas negras son particularmente altas en antocianina, un antioxidante de gran alcance encontrado en muchos alimentos, incluyendo el repollo rojo. Las antocianinas están entre los pigmentos que le dan sus colores brillantes a las frutas y las verduras. Cada color brillante encontrado en un alimento fresco es una poderosa medicina natural. Los estudios han demostrado que las antocianinas no sólo protegen contra el cáncer, sino que también contra la diabetes, las infecciones bacterianas, la inflamación, las enfermedades neurológicas y los síntomas del envejecimiento.
Sin embargo, estas medicinas a base de plantas son moléculas delicadas que se destruyen fácilmente por el calor. Cocinar estos alimentos destruye la medicina que contienen. La irradiación de los alimentos también lo hace: Pasar el brócoli por el microondas destruye hasta el 98% de sus fitonutrientes, incluyendo sus nutrientes anticáncer.
Curiosamente, la FDA desea aprobar regulaciones que permitirían irradiar en secreto el suministro nacional de alimentos, sin exigir que dicho tratamiento se mencione en la etiqueta de los alimentos irradiados. ¿Es esto una meta importante para la FDA? ¿Por qué? Porque los alimentos frescos son justamente lo único que salva a mucha gente de los productos farmacéuticos y los mantiene fuera del hospital. Al quitar la medicina natural encontrada en los alimentos crudos, se creará un aumento inesperado de la enfermedad y duplicará o triplicará las ganancias de las compañías farmacéuticas.
La conclusión de todo esto es que consumir frutas y verduras crudas es una manera asombrosamente poderosa para detener las enfermedades degenerativas y el cáncer, revertir la diabetes, terminar con la enfermedad cardiaca y potenciar su salud. No existe producto farmacéutico en el mundo capaz de competir con la energía protectora de las millares de medicinas naturales proporcionadas por la Madre Naturaleza y encontradas en las mismas plantas que están en su almacén, tienda o feria más cercana.
Esta es la razón por la cual hacer jugos de frutas y verduras frescas diariamente es una de las estrategias alimenticias más importantes que usted puede seguir para protegerse contra las enfermedades degenerativas. Comience a usar su saca jugos hoy con: apio, zanahorias, perejil, manzanas, limón o pomelo, repollo, espinaca y otras verduras verdes, pedazos pequeños de raíz de jengibre, cúrcuma y remolacha, brotes frescos (brotes de alfalfa o de brócoli para las personas con cáncer), etc.
Los jugos de verduras son el secreto para revertir la enfermedad ahora y prevenirla durante el curso de la vida. Pero tiene que ser jugo fresco, crudo, vivo. Recuerde, los jugos pasteurizados son JUGOS MUERTOS. Eso significa que no tienen casi ninguna de las ventajas curativas alimenticias del jugo fresco, vivo. Es interesante notar que los productores más grandes de alimentos utilizan irradiación y se les permite referirse a ello como pasteurización. Los jugos de verduras son el futuro de la medicina. Curan el cáncer y la enfermedad cardiaca.
Estabilizan el colesterol y la presión arterial. Eliminan cálculos del riñón y de la vesícula biliar. Mejoran la depresión y la psicosis.
Construyen huesos y músculos fuertes. Revierten absolutamente la diabetes en cuestión de días, y reducen la obesidad en cuestión de semanas. Y al hacer todo eso, hacen que casi todos los productos farmacéuticos se vuelvan obsoletos.
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